Andorra es un país independiente in illo témpore. Un microestado, el más grande de los microestados de Europa, grado que comparte con San Marino, Liechtenstein, Mónaco, Malta y Ciudad del Vaticano. Incrustado en la cordillera de los Pirineos, linda con Francia y España a partes casi iguales. Pero tiene su soberanía. Jamás perteneció políticamente a ninguna de las dos grandes naciones que lo envuelven. Si hacia algún lado se escora, es más hacia los vecinos franceses que hacia la historia española, pues su régimen de gobierno contempla una singular jefatura del estado, compartida, a partes iguales entre el presidente de la República Francesa y el obispo de La Seu d'Urgell, comarca española de la provincia de Lérida, de la comunidad autónoma de Cataluña. En este doble cargo de ambos en Andorra, ostentan el título de copríncipes. 

Andorra tiene su selección nacional de fútbol desde 1994, cuando la FIFA y la UEFA dieron el visto bueno a que compitieran infinidad de pequeños países del mundo al mismo nivel que cualquier otro estado. Este país no pertenece a la Unión Europea. Es un paraíso fiscal. Se mueve en coordenadas socio-político-financieras distintas al resto de países del Viejo Continente. El idioma oficial es, también de modo singular y ancestral, el catalán. Ni el francés ni el español. Tiene su bandera, que el equipo utiliza como colores oficiales en su primera indumentaria (azul, amarilla y roja a bandas verticales, que el nuevo uniforme ha variado a horizontales). Posee su himno nacional. Sus coches tiene matrículas propias. La fiscalidad es distinta y muy alejada en todos los parámetros a la de España (y Francia). Solo se comparte la moneda, el euro, al que por comodidad sí se acogieron los andorranos en su día. Y, en una Europa de circulación carretera abierta entre los países de la Unión Europea, sorprende por estas latitudes que en Andorra las aduanas estén en plena vigencia y funcionamiento.

Sirva este preámbulo de detalles básicos e indispensables para definir el duelo liguero de esta 26ª jornada para el Real Zaragoza como un partido 'internacional' dentro de la liga española. Porque, en puridad, así cabe catalogarlo. 

El FC Andorra es una anomalía en la liga española, eso sí, contemplada desde hace muchas décadas en los estatutos de la Real Federación Española de Fútbol y recogidos, en su nacimiento, también en la Liga de Fútbol Profesional. En 1946, cuando este club andorrano nació y sus pioneros dirigentes quisieron competir de verdad, tuvieron que pedir bula a la FIFA (Asociación del fútbol mundial) para que les permitiese adherirse a otra organización de un país ajeno. Obtuvieron ese permiso y se afiliaron a la Federación Catalana de Fútbol para jugar las ligas regionales de la época. Por extensión, el FC Andorra entró así en el mecanismo de ascensos y descensos del fútbol español, cuya federación también recogió en su normativa tal excepcionalidad. 

El caso del Andorra con España se dio, en fechas igualmente pretéritas, con el Mónaco y la Federación Francesa o, más adelante, con el Vaduz (capital de Liechtenstein), club del que vino recientemente al Real Zaragoza el suizo Grippo, y la Federación Suiza. Los equipos de países minúsculos, sin ligas entres sus fronteras, tuvieron el privilegio de afiliarse a federaciones extranjeras, limítrofes. Y esa tradición ha ido ganando solera por puro paso del tiempo.

El ascenso del FC Andorra a la Segunda División española el verano pasado generó esta rareza en el fútbol profesional de España. Por primera vez desde 1946, los andorranos pasaron a competir en el segundo escalón de la élite. Antes, su techo estuvo en la vieja Segunda B, en los años 80 y 90, muchas veces compartiendo grupo, entre otros, con los clubes aragoneses (Huesca, Aragón, Binéfar, Endesa Andorra...). Precisamente, los duelos Andorra-Endesa Andorra dieron durante mucho tiempo lugar a equívocos entre los menos avezados conocedores de la geografía, pensando que se trataba de un derbi y no de dos Andorras distintas. En las radios nacionales se implementaron fórmulas de explicación en la narración de los resultados para aclarar al oyente (Andorra, de Teruel, se decía del Endesa para diferenciarlos).

Por todo esto es posible que el Real Zaragoza, como el resto de equipos españoles, vayan a jugar a Andorra la Vella un partido oficial de liga española en territorio extranjero. En La Liga solo pueden inscribirse, por supuesto, los equipos de España... y los de Andorra. El baloncesto, hace varios lustros, fue el deporte pionero que hizo emerger esta excepción del deporte español de primer nivel, cuando el Andorra Basket (Morabank en su patrocinio) logró ascender y asentarse un tiempo largo y con poderío en la Liga ACB. 

Así pues, con el necesario 'roaming' preparado en los teléfonos móviles de la expedición blanquilla, controlando el cambio de tarifas telefónicas móviles para evitar disgustos pues los precios en Andorra no se corresponden con los intercambios en la Unión Europea, el Real Zaragoza afrontará este domingo 5 de febrero de 2023 un partido 'internacional' en la liga española. ¿Habrá que computarlo en la historia como tal?