derbi aragonés

El mejor Real Zaragoza del año golea 3-0 a un desdibujado Huesca

Francho y Simeone pusieron enseguida en ventaja a los zaragocistas, en apenas 13 minutos. Vada, al final, marcó el tercero en el primer penalti de la temporada. Los oscenses no existieron.

Real Zaragoza-SD Huesca.
Real Zaragoza-SD Huesca.
Toni Galán

La mejor versión del Real Zaragoza apareció en el partido de rivalidad regional ante el Huesca en esta gélida noche sabatina de diciembre y goleó por 3-0 a un desdibujado y romo conjunto azulgrana. En un inicio fulgurante del choque, los de Escribá apuntillaron con dos goles y el partido fue de una comodidad extraordinaria en todo momento para los locales, que redondearon la diferencia en tiempo de aumento.

El partido comenzó con la adrenalina a tope por parte zaragocista y con un sorprendente caso de somnolencia de los oscenses. Sobró motivación a los locales en cada poro de su cuerpo mientras que los visitantes se mostraron desbordados en cada acción durante el primer cuarto de hora. Algo falló en la preparación psicológica del vestuario azulgrana. Y también en la táctica, pues el sistema de tres centrales manifestó enseguida chirridos entre los dos Pulido y Florian Miguel. Ello, acompañado de un acierto inusual ante la portería rival de los hasta ahora defectuosos rematadores blanquillos durante cuatro meses de liga, derivó en que en el minuto 13 el Zaragoza ganaba ya 2-0. Una circunstancia novedosa, que costaba creer después de los padecimientos terribles sufridos desde agosto.

En el minuto 2 Francho, pareja de un activo Zapater en la maquinaria del medio campo blanquillo, firmó el 1-0 con un chute suave, colocado junto al poste izquierdo de un despistado Andrés Fernández, tras recoger un mal despeje de Ratiu en una jugada procedente de un saque de banda sobre el área oscense. Fue un pase a la red, sin ánimo de ser presuntuosos, como dispara Messi, a colocar, sin romperla. No es el remate el fuerte de Francho, pero esta vez su empalme fue de oro molido. El Zaragoza salía del vestuario con el marcador a favor. Y el Huesca se quedó grogui, aturdido. No están los azulgranas acostumbrados a empezar por detrás en el marcador tan súbitamente. Y ese golpe al hígado fue duro y certero.

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Con La Romareda enfervorizada, Fuentes arrancó solo hacia portería en posición de ‘9’ tras el rechace de un córner a favor del Zaragoza que Gerard Valentín había intentado convertir en una contra individual de máximo veneno. El catalán perdió el balón a pies de Zapater y Fuentes, que aún no había reculado, encontró un balón de oro. Su pase de gol a Mollejo no acabó dentro porque ese se quedó entre un disparo a puerta y un nuevo centro al colombiano en su definición ante Andrés. Rubén Pulido echó a córner bajo palos y abortó el segundo gol local. Pero a la salida de se saque de esquina, el sueño fatal del Huesca patrocinó, ahora así, el 2-0. Vada lanzó, tocó de espuela Francés en el primer palo, Zapater alargó a la media vuelta hacia el segundo palo donde Simeone, solo, empalmó por alto un trallazo letal. El zaragocismo liberó emociones positivas como hacía días y el cuadro oscense y sus seguidores no daban crédito a este efervescente inicio que los tenía tumbados en la lona.

Después de estos dos goles originados en el balón parado, los de Escribá bajaron el diapasón y le dieron el balón al aturullado Huesca. Ziganda mandó irse dos pasos adelante a los suyos. Gerard Valentín encontró huecos ante Fuentes. Carrillo y Escriche pelearon todo arriba. Pero los minutos fueron pasando sin que los altoaragoneses lograran templar su juego. Hasta el minuto 30 no se produjo un remate suyo, de cabeza por medio de Escriche tras un centro de Ratiu, que se marchó fuera por poco. En el 38, en medio de una tranquilidad enorme de la zaga zaragozana en todo momento, con el debutante Rebollo aportando seguridad bajo palos en los dificultosos córneres cerrados que siempre saca el Huesca, Vilarrasa se inventó una volea cruzada dentro del área y el arquero andaluz sacó a dos puños un balón con marchamo de gol. Fue lo único que dio de sí el escaso equipo de Ziganda en el primer tiempo, lleno de carencias de todo tipo en sus filas.

El Real Zaragoza, que de fútbol ligado dejó pocas muestras por falta de continuidad en su dominio, terminó crecido de nuevo con varios ataques del estimulado Simeone que generaron peligro siempre. Mollejo en el 41, junto con Francho, no llegó por centímetros a un centro cerrado del argentino al área pequeña. Podía haber sido el tercero. Y en el 43, de nuevo Mollejo, cabeceó un córner por encima del larguero por poco. El final de un eléctrico primer periodo, con aire de derbi en varios roces y tanganas entre jugadores, dejó muchas cuestiones pendientes en las filas azulgranas y una enorme sensación de satisfacción en los anfitriones. Por primera vez estaban administrando dos goles de ventaja en cuatro meses de liga y, además, desde el minuto 13. Una rareza positiva que hacía largo tiempo no se degustaba en La Romareda.

En segundo tiempo empezó sin cambios nominales. Diez minutos tardó Ziganda en darse cuenta de que no había reacción real de los suyos, por lo que introdujo a Cristian Salvador y Joaquín, tantos días titulares, en un intento de crear el peligro que no llegaba ante Rebollo ni por asomo. Los zaragocistas arrancaron este periodo con enorme sosiego, seguros de su fortaleza en un día especialmente atinado en los detalles de balones divididos, cortes puntuales y decisiones acertadas las más de las veces entre su tropa. La lesión del árbitro Arcediano, que tuvo que ser suplido por el cuarto, el canario Pérez Peraza en el ecuador de este tramo decisivo, rompió cualquier posibilidad de continuidad en cualquier planteamiento de reacción de los de Ziganda. Esta vez, el cronómetro era jugador del Zaragoza, al contrario de tantas otras ocasiones.

A mitad de segunda parte no había sucedido nada de nada en las áreas. Nada es nada. Incapaces los que perdían, comodones los que tenían el mando a distancia del partido en la mano. Siempre fallaba el último pase, cuando no el penúltimo. La calidad futbolística de la heladora noche no fue elevada, muy a tono con la pauta de la categoría todo el curso. En el Huesca, Kento Hashimoto, el sustituido Timor y compañía estuvieron sin brújula todo el rato. En el Zaragoza los movimientos atacantes buscaban a Simeone y poco más. Fue un trecho aburrido, de ida y vuelta corta sin tino por parte de ningún protagonista. Zapater empezó a incrustarse como tercer central a menudo cuando el Huesca trataba de armar alguna llegada colectiva. A Escribá el tempranero 2-0 le pareció magnífico desde muy pronto .

Y tan satisfecho estaba con lo que veía que no movió el banquillo ni una vez hasta la lesión de Simeone en el minuto 76. No hacía falta. La velada era plácida y favorable a todas caras. Puche fue su relevo, un mediapunta más. Otro matiz que describía lo que sucedía: el Zaragoza metido atrás a la búsqueda de algún contragolpe veloz, mientras los azulgranas dominaban estérilmente. Hasta pasado el minuto 79 no hubo un remate oscense, lo hizo Escriche de cabeza a un metro del palo izquierdo. Rebollo no se había manchado la ropa y la faena iba a concluir pronto. Y ese plan estuvo a punto de bordarlo Escribá, pues Mollejo acabó en gol en el 80 esa contra fulgurante soñada, pero arrancó en fuera de juego por milímetros y se anuló.

Ziganda apostó por Villlar y Soko en el 81 a la desesperada, buscando frescura más que modificación táctica. No sirvió de nada para sus intereses porque nada cambió. El Zaragoza y su cloroformo triunfaron sobre la ineficacia total oscense. Y para que la fiesta zaragocista fuera completa, en el 89 tuvo lugar el primer penalti de la temporada. Cabeceó Zapater un córner y el balón dio en la mano de Villar. El VAR sacó de dudas al debutante cuarto árbitro que lo señaló con retardo. Vada lo anotó en el 92 para llevar la euforia a los graderíos justo antes de marchar a casa. El 3-0 describía de manera cristalina lo acontecido. Esa fue realmente la distancia entre los dos equipos en esta jornada 20.

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Rebollo; Gámez, Francés, Jair, Fuentes; Zapater, Francho; Bermejo (Grau, 85), Vada (Lluís López, 94); Mollejo (Eugeni, 94) y Simeone (Puche, 77).

SD Huesca: Andrés Fernández; Ratiu, Rubén Pulido, Jorge Pulido, Florian Miguel; Kento Hashimoto (Sielva, 97), Timor (Cristian Salvador, 55); Gerard Valentín (Soko, 81), Vilarrasa (Joaquín, 55); Escriche (Villar, 81) y Carrillo.

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castellano-Manchego), sustituido por lesión por el cuarto árbitro, el canario Pérez Peraza en el minuto 62, Amonestó a Carrillo (17), Jair (17), Kento Hashimoto (84) y Villar (90).

Goles: 1-0, min. 2: Francho. 2-0, min. 13: Simeone. 3-0, min. 92: Vada, de penalti.

Incidencias: Noche muy fría en Zaragoza, con apenas 4 grados al inicio del partido, que bajaron con el paso de las dos horas del evento. El césped de La Romareda presentó un buen estado. En las gradas hubo alrededor de 27.000 espectadores, la mejor entrada de lo que va de curso. En el palco estuvo el presidente zaragocista, Jorge Mas, junto con varios miembros del consejo de administración.

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