real zaragoza

SD Huesca y Real Zaragoza, 15 años de vidas cruzadas

Desde 2008, entre ascensos y descensos, el trasvase de entrenadores, futbolistas e incluso directores deportivos ha sido una constante.

Lalo Arantegui, este martes en su presentación como nuevo director deportivo del Real Zaragoza.
Lalo Arantegui, este martes en su presentación como nuevo director deportivo del Real Zaragoza.
Toni Galán

A medida que en los últimos 15 años las realidades deportivas de SD Huesca y Real Zaragoza se han ido aproximando, el movimiento de piezas entre ambos clubes ha cobrado protagonismo. Un flujo que, hasta el reencuentro en Segunda División de 2008, estaba bien lubricado entre las dos entidades, separadas durante décadas por un amplio espacio deportivo, económico e histórico, pero prácticamente, en sentido unidireccional: el filial del Real Zaragoza nutría ampliamente las plantillas del Huesca, incluso, en los derbis de 2008, varios canteranos de la Ciudad Deportiva vestían de azulgrana: Miguel Martínez, Sorribas, Rodri, Chechu Dorado, Juanjo Camacho, Luis Helguera, Lalo Arantegui, Ripa…

Esta relación subordinada comenzó a cambiar a partir de entonces. Mejor dicho: meses antes. El Zaragoza iba camino del precipicio al tercio final de la temporada 2007-2008 y se encomendó a Manolo Villanova, por entonces, entrenador de un Huesca que buscaba el ascenso a Segunda. El técnico se marchó al Zaragoza, un movimiento que abrió algunas carnes en El Alcoraz. Finalmente, el Huesca consiguió su objetivo y el Zaragoza, no, así que ambos, después de más de 50 años, se reencontraron en Segunda División.

De aquella plantilla zaragocista, saldría Toni Doblas para comprometerse unos meses con la SD Huesca. Abriría así un periodo de trasvase de futbolistas en una dirección y otra. En 2009, el canterano zaragocista Vicente Pascual sería el protagonista del cambio. En 2012, tras una efímera experiencia en Bulgaría después de dejar La Romareda, fue Carlos Diogo quien jugaría de azulgrana. En 2014, lo haría Juan Esnáider Ruiz. Después, Leo Franco acabaría en Huesca un año después de acabar su contrato en Zaragoza y tras un breve paso por el San Lorenzo argentino, club muy vinculado a los oscenses.

 Leo Franco sería también la apuesta para el banquillo en el debut en Primera de los azulgrana. En 2015, el Zaragoza cedió al Huesca al portero Óscar Whalley. Un año después, se incorporaría a la estructura oscense Kilian Grant. Y en enero de 2017, los altoaragoneses facilitaron la salida de Jesús Valentín para que se incorporara a un Zaragoza que necesitaba un central. Esa operación la negociaron Luis Carlos Cuartero, director general blanquillo, y Lalo Arantegui, quien solo unas semanas después sería elegido por los dirigentes del Real Zaragoza como director deportivo. Pagó su cláusula de 25.000 euros y se fue al club de su vida, en otro movimiento que generó desconcierto en el seno del Huesca, hasta tal punto que quien era su secretario técnico, José Mari Barba, debió esperar unas semanas más para poder desvincularse del club y acompañar a Lalo en el área deportiva del Zaragoza.

Ese verano, como recambio en la plantilla de Borja Iglesias, reclutaron para La Romareda al delantero brasileño Vinicius Araújo, a quien ya había llevado al Huesca un año antes. Ha sido el último futbolista que directamente ha pasado de un club a otro, aunque, en 2020, el Zaragoza sumó desde el Maccabi Tel Aviv a Jair Amador, a quien Lalo Arantegui conocía del Huesca. Otro jugador que hace menos de un año y ha acabado en La Romareda tras un interludio en Portugal es Eugeni Valderrama. El tarraconense podría convertirse este domingo en el cuarto jugador de la década en jugar el derbi aragonés con la camiseta de ambos equipos tras Jesús Valentín, Vinicius y el propio Jair.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión