derbi aragonés

Moreno, el exjugador del Huesca y Zaragoza al que cantó Serrat

El zaragozano Tomas Hernández ‘Moreno’ jugó en ambos equipos aragoneses, fue internacional y figuró en una de las delanteras históricas del FC Barcelona en los años 50. Esta es su singular historia. 

Tomás Moreno, con la camiseta de la selección española.
Tomás Moreno, con la camiseta de la selección española.
HA

Temps d'Una, Grande y Libre / Metro Goldwyn Mayer / Lo toma o lo deja / Gomas y lavajes / Quintero, León i Quiroga / Panellets i penellons / Basora, César, Kubala, Moreno i Manchón.

Así le cantaba a su infancia Joan Manuel Serrat en su emblemática ‘Temps de Temps’, recordando y glorificando, entre otras muchas nostalgias mundanas, la delantera del FC Barcelona de su niñez en el barrio de Poble Sec. Entre esos hombres alados y azulgranas, emergía el nombre de Moreno, de Tomás Hernández Burillo (Zaragoza, 19 de febrero de 1930), a quien el fútbol llamó Moreno por su tez tostada y sus cabellos negros.

Jugó durante cuatro temporadas en el FC Barcelona, entre 1952 y 1955, y ganó todo lo posible en un equipo que, en aquella primera mitad de la década, antes de la configuración del Copa de Europa y el dominio del Real Madrid de Di Stéfano, era quien marcaba el compás de los títulos en España. Moreno llegó al Barcelona desde la Unión Deportiva Huesca, el club antecesor del actual en la ciudad altoaragonesa, y se despidió del Barça, tras un par de cesiones en Las Palmas y Lérida, para agotar su fútbol de elite en el Real Zaragoza entre 1956 y 1958. Por entonces, su físico estaba marchitado y ya no era ni la sombra del jugador que había sido dos veces internacional con España y que había despertado la admiración como escudero de Kubala y César Rodríguez en el Barça.

La historia de Moreno nace en el Atlético Zaragoza, filial de la época del Real Zaragoza, en el campo de fútbol del Arrabal. Con 19 años, se subió al Huesca con su hermano mayor, Julio. Un Huesca que firmaría meses más tarde el primer ascenso de su historia a Segunda División. Moreno era un jugador ligero, interior izquierda, pequeñito, de 1,66, pero muy intenso y agitador. No tardó en hacerse la figura principal del equipo Rogelio Santiago ‘Lelé’. Ya en Segunda, en un Huesca que fue la revelación del curso 50-51, su aura creció y creció.

Ya se hablaba de él como el mejor futbolista aragonés del momento. Ese año se jugó el primer Huesca-Zaragoza en Segunda, pues el equipo de la capital, con la escuadra llamada de Los Millonarios, militó ese año en la categoría, ascendiendo. 

En el duelo de la segunda vuelta, victoria del Huesca 2-0 (en Torrero había ganado el Zaragoza 3-0), Moreno marcó uno de los goles. Aún se quedaría un año más el conjunto oscense, donde deslumbraba todos los domingo hasta tal punto que sedujo al FC Barcelona. En la obra ‘El Huesca, 100 años de fútbol’, los autores Agustín Pueyo y Óscar Sipán, relatan que el Barça pidió la cesión de Moreno para probarlo en un amistoso contra el Nuremberg alemán. El zaragozano no estaba muy contento de aquello porque se encontraba en mitad de temporada con el Huesca, pero acabaría firmando con los catalanes con una ficha de 500.000 pesetas. En marzo de 1952, debutaría con su nuevo equipo.

Hasta final de temporada, Moreno apenas jugó tres partidos, y esos tres partidos son motivo de uno de los debates más ardientes de la historia del club azulgrana. Y todo, por la canción de Serrat. El Barcelona de ese curso 1951-1952 está mitificado como uno de los más gloriosos, llamado el de las Cinc Copes al ganar todos los títulos en juego: Liga, Copa, Copa Eva Duarte (la Supercopa de España de la época), Copa Latina (jugada por lo campeones franceses, españoles, portugueses e italiano, una de las precursoras de la Copa de Europa) y Copa Martini & Rossi (precedente del actual trofeo Gamper).

Tomás Moreno, con el Barcelona, en un partido frente al Zaragoza
Tomás Moreno, con el Barcelona, en un partido frente al Zaragoza
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Aquel equipo, entrenado por Fernando Daucik, tenía a Ramallets de portero, pero lo distinguía su delantera. Basora era el extremo derecho. Manchón, el izquierdo. Su goleador era César Rodríguez (entrenaría años después al Real Zaragoza). Su cerebro era Kubala. Y su interior izquierdo, ese año legendario en concreto fue Vila, con 17 partidos y 10 goles. ¿Qué sucedió con el aragonés Moreno, ese chico que había llegado desde el Huesca? Era reserva, disputó solo tres partidos de esa histórica campaña, pero, en 1980, Joan Manuel Serrat popularizó aquella delantera con su canción y con Moreno en ella y Vila en el olvido. Esta decisión del cantautor siempre se ha observado en el imaginario del Barça como una injusticia histórica, aunque realmente Serrat nunca afirmó que esa delantera mitificada fuera la las Cinc Copes, sino más bien, la que evocaba sus recuerdos de infancia, y en cierto modo así podría ser porque a la temporada siguiente, 1952-1953, en la que el Barcelona también ganó Copa y Liga, Tomás Moreno sí fue el titular en lugar de un lesionado Vila.

En una carta que escribió el hijo de Vila a La Vanguardia reivindicando la figura del delantero olvidado en aquel equipo, se admitía que Serrat le dijo una vez a Vila que incluyó a Moreno por una cuestión de métrica en la composición. Sin embargo, siempre ha existido el recelo de que lo hizo porque Moreno era aragonés, como la madre de Serrat, natural del Belchite.

Lo cierto es que Moreno, una vez se consolidó en el Barcelona, se ganó su propio espacio como figura histórica del club: dos Ligas, tres Copas de España, una Copa Latina (1952), dos Copas Eva Duarte, además de dos participaciones como internacional absoluto frente a Chile y Argentina en el año 1953.

De la vida de Moreno en Barcelona, se ha contado que se hizo fiel amigo de Kubala, un seductor y amante de la noche que empujó al zaragozano a la perdición, hasta el punto de acabar con el físico desgastado y apagado. Cuando se comprometió con el Zaragoza en el cierre de su carrera en 1956 aún tenía 26 años, pero ni las piernas ni los pulmones que lo habían convertido en el mejor futbolista aragonés de esa década. 

El Zaragoza había ascendido a Primera División y el intermediario Ángel Rodríguez ‘El Feo’ facilitó su regreso a casa. Moreno apenas tuvo continuidad esos dos años y se marchó al Arenas. Después, dilapidaría su fortuna, según la crónica social de la época, por la mala influencia de su hermano. Quien es hoy todavía posiblemente el mejor futbolista de la historia del Huesca, el único que el Barça ha fichado de la capital altoaragonesa y uno de los mejores peloteros aragoneses de siempre murió a los 52 años en la ruina, en Zaragoza, en 1982, y con su nombre en una canción de Serrat.

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