Hogar

¿Es el fin de los radiadores en el hogar?

El triunfo del suelo radiante y refrescante y la aerotermia hace que las nuevas promociones de viviendas prescindan de este aparato.

Tan solo quedan dos inmuebles a la venta de los 120 que componen el bloque.
Un piso de obra nueva en Arcosur, con suelo radiante refrescante.
Aedas Homes

El hogar español tipo como todos lo conocemos está cambiando radicalmente. El bidé ya no existe o no se parece en nada a lo que era, el gotelé ya es historia para los jóvenes, ya no nos gusta el armario y, ahora, es el turno del radiador. Este aparato que tantas alegrías nos da en invierno podría tener los días contados gracias al "rotundo éxito" que está teniendo el suelo radiante y refrescante, especialmente en las promociones de obra nueva, que ya prescinden del tradicional calentador, cumpliendo también con la normativa europea que pretende eliminar las calderas de gas.

El suelo radiante puede sonar a chino. ¿Qué es exactamente? ¿Altera la estética de la vivienda? Se trata de una instalación que ya lleva años rondando en obra nueva. Consiste en colocar un circuito de tuberías bajo el parqué por las que circula agua caliente, que eleva la temperatura del suelo. "En las promociones ya no se ponen radiadores, solo se colocan suelos radiantes", confirman desde Magallón Instalaciones, una empresa de Zaragoza dedicada a sistemas de calefacción. "En las rehabilitaciones de viviendas también ocurre lo mismo", explican. 

Sus bondades son varias: el calor (y el frío en verano) se distribuye, uniformemente, por todo el hogar, es combinable con otros sistemas renovables, es de "bajo consumo", por lo que el gasto energético se reduce, y es mucho más estético que los tradicionales radiadores. Además, se gana un espacio en casi todas las paredes de la casa que pueden ser aprovechable. Destaca también su versatilidad, ya que es compatible con varios tipos de suelos: de laminado, de vinilo o el parqué. 

Radiadores de una casa.
Radiadores de una casa.
Aliaksandrbarysenka, vía: canva.es

Su instalación, detallan desde la empresa Magallón, cuesta entre 30 y 40 euros el metro cuadrado, por lo que colocar este sistema en todo el suelo de un piso de 85 m2 supondría una inversión de entre 2.550 y 3.400 euros. Influye, principalmente, en la tipología del sistema que se quiera poner, si es vivienda de nueva construcción o una rehabilitación, o la elección de los componentes.

Jesús Díaz, director técnico del Grupo Lobe, asegura que los radiadores "están desapareciendo en las promociones de obra nueva". En parte, también tiene que ver con la nueva normativa de la Unión Europea, que pretende terminar con todas las calderas de gas hasta 2035, con el objetivo de conseguir una huella de cero emisiones. "Se ha ido hacia la aerotermia, que es una bomba de calor para aprovechar la energía del aire. Con esto puedes aportar frío y calor", especifica Díaz.

Hasta ahora, la aerotermia y el suelo radiante se utilizaban en actuaciones más individuales, pero "la nueva tendencia es hacerlo a nivel comunitario". "Se instalan equipos centralizados que permiten este sistema de calefacción. Es como cuando se fomenta el transporte público sostenible. Consumen más 60 coches que un autobús que lleva a 60 personas", describe Díaz. Así, se manda agua fría o caliente a un 'fancoil' (o ventiloconvector) y se climatiza a través del aire.

Una recreación de la promoción Aqua Sur, en Arcosur.
Una recreación de la promoción Aqua Sur, en Arcosur.
Grupo Lobe

Este sistema novedoso lo emplea, por ejemplo, la constructora Lobe en una promoción de 144 VPO en Arcosur. "Los radiadores en la vivienda nueva ya son historia. El consumo energético del suelo radiante es mucho menor, ya que la temperatura a la que calefactas es a 45 grados, a diferencia de los 70 grados con un calentador tradicional", apunta el director técnico. No obstante, el precio de instalación es más costoso con este sistema: "Hasta un 30% más caro. Pero, comercialmente, vende más que una caldera de gas. Con el suelo radiante puedes calentar y enfriar, es más eficiente, dispones de más espacio...".

¿Es este el fin del radiador? Ni mucho menos, todavía. Este aparato ha sido el calefactor por excelencia durante muchísimas décadas. Muchas viviendas de España y de Zaragoza cuentan con este sistema. En las rehabilitaciones de casas cada vez se opta más por el suelo radiante, pero los arquitectos no la recomiendan en cualquier caso. "A diferencia de un sistema de calefacción tradicional por radiadores, funcionan a baja temperatura, es decir, que el agua o el líquido que circula por los circuitos está a una temperatura menor. Entonces, esto implica que para alcanzar el confort térmico dentro de la vivienda se requiere más tiempo", especifica el arquitecto Alberto Sánchez. Por lo tanto, no es un sistema óptimo en segundas residencias que estén mucho tiempo sin uso.

"Si tú tienes una casa y vas, por ejemplo, un fin de semana, lo que quieres es poder calentarla rápidamente y que cuando te vayas no sigas gastando calefacción. Un sistema de suelos radiantes no es un calor tan instantáneo", añade Sánchez. No obstante, si es una segunda vivienda que va a estar ocupada tres meses al año, porque alguien pasa allí el invierno,  entonces sí aconseja el suelo radiante.

"Tienen ventajas también a la hora de crear un calor más homogéneo, que no son fuentes de calor puntuales, sino que son una fuente de calor homogénea que incluye todo el suelo. Y bueno, el confort térmico es mayor, claro, es más agradable que los radiadores sueltos", indica este arquitecto. Sin embargo, tienen esa peculiaridad. "Son suelos que funcionan con inercia térmica que se llama", puntualiza.

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