pobreza energética

Reducir la factura de la luz un 80% y pagar 8 euros: "Iré un poco más holgada porque la alimentación es costosa"

Mª Pilar, una de las usuarias de Zaragoza del programa 'Ni un hogar sin energía' de Ecodes, ha conseguido abaratar su recibo al mínimo aunque este descuento tiene fecha de caducidad.

Programa de Ecodes 'Ni un hogar sin energía'.
Programa de Ecodes 'Ni un hogar sin energía'.
Ecodes

La pobreza energética se define como la situación en la que se encuentra un hogar en el que "no pueden ser satisfechas las necesidades básicas de suministros de energía, como consecuencia de un nivel de ingresos insuficientes y que, en su caso, puede verse agravada por disponer de una vivienda ineficiente", según la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética 2019-2024. El programa 'Ni un hogar sin energía' de la fundación Ecodes asesora a familias vulnerables para reducir en lo posible su factura de la luz.

Mª Pilar ha conseguido que sus recibos pasen de alrededor de 100 euros a solo 8 al mes gracias a que le han tramitado el bono social eléctrico al que tenía derecho. Ella tiene 59 años y vive con su hija de 25 años y su nieta de 7 años en el barrio de San José (Zaragoza) y se mantienen con un sueldo que suele rondar el salario mínimo. "Tengo que encontrar trabajo", repite, pero, de momento, solo su hija lo ha conseguido. "Ella sola no puede con todo", reconoce, ya que únicamente el alquiler les supone 550 euros al mes. Esta venezolana de nombre zaragozano ha recibido con alivio el resultado de la asesoría que hizo con Ecodes dentro del programa 'Ni un hogar sin energía'.

Orientación a través de los Servicios Sociales

"Mi trabajadora social me orientó para reducir la energía porque siempre salía muy alta la factura", cuenta sobre cómo contactó con Ecodes. Ellos le gestionaron los trámites para conseguir la citada ayuda, que tardó unos meses en lograr porque tuvieron que esperar a que recibiera su número de identidad de extranjero (NIE). Tenían derecho como unidad familiar a beneficiarse de la rebaja en el recibo que se aplica a través del bono social eléctrico, que según Ecodes, no llega al 69% de potenciales beneficiarios. Además, les correspondía el descuento máximo, el 80% que se aplica a consumidores vulnerables severos por su nivel de renta.

"Iré un poco más holgada porque la alimentación es costosa", asegura al comprobar cómo se ha reducido el gasto en luz en las primeras facturas que han llegado ahora. Entre sus preocupaciones diarias figura además el precio de la cesta de la compra y piensa ya en las facturas del gas de la calefacción que llegarán este invierno. "A ver ahora que llegue diciembre, enero y febrero", piensa, y se plantea cómo ahorrar. "La calefacción la encendemos solo en la noche un rato, dejamos que caliente y luego la apagamos", pone como ejemplo de lo que han hecho otros inviernos para controlar la factura. "Siempre se vive ajustado. Si hay para una cosa no hay para la otra", confiesa. 

La rebaja tiene fecha de caducidad el próximo 31 de diciembre, si el Gobierno central, ahora todavía en fuciones, no prorroga las medidas extraordinarias del llamado 'escudo social' ante los efectos económicos de coronavirus y la guerra en Ucrania.  En caso contrario, Mª Pilar sería una de las perjudicadas ya que si se mantiene su situación económica vulnerable a partir de enero conservaría el bono social, pero el descuento a aplicar bajaría al 65%. 

Ahorro potencial de 420 euros al año

Los bajos ingresos, la ineficiencia energética de las viviendas y los altos precios de los suministros energéticos son las principales causas de la pobreza energética, según ha detectado Ecodes en su experiencia en los diez años de puesta en marcha de su programa de asesoramiento. En él apuntan que una familia puede ahorrar de media 420 euros al año aplicando medidas de eficiencia energética.

La forma más efectiva es conseguir el bono social, como en el caso de Mª Pilar, dirigido a colectivos con bajos ingresos, aunque el ideal sería afrontar una reforma de la vivienda (ventanas, aislamiento...), solo apta para quienes disponen de ingresos o acceden a ayudas a la rehabilitación. Se pueden sumar otros cambios más sencillos como la reducción de la potencia o los hábitos de consumo eficiente. 

Voluntarios para asesorar a las familias

Formación en ahorro energético dentro del programa 'Ni un hogar sin energía' de Ecodes.
Formación en ahorro energético dentro del programa 'Ni un hogar sin energía' de Ecodes.
Ecodes

Ecodes ha incluido este año en el programa la participación de voluntarios de empresas, además del colectivo de trabajadores sociales y de la organización. Las empresas de cualquier sector pueden incluir el asesoramiento a familias vulnerables dentro del voluntariado corporativo.

"Les hemos dado formación a trabajadores en pobreza energética y con nuestra herramienta podían obtener un informe de recomendaciones para la familia", explica Cecilia Foronda, directora del Área de Energía y Personas de Ecodes. Ellos se encargan de hacer entrevistas a las familias para llevar a cabo la recogida de datos y calcular el ahorro que pueden conseguir, a través del informe que elabora la herramienta 'online' Enersoc de la organización.

Cristina González ha sido una de las voluntarias. Trabaja en una entidad financiera en Madrid y la iniciativa se ofreció a través de las posibilidades de voluntariado de su empresa. "Me llamó la atención encontrar alguna persona que no tenía calefacción. Nada", cuenta sobre su experiencia tras las llamadas a la familias. Su valoración es muy positiva. "Me pareció muy interesante porque me gusta ayudar a la gente y además pensé que así algo aprendería de la factura", explica. 

Tuvo que hacer unas cuatro llamadas a principios de año para recoger datos a partir de un cuestionario. A veces la entrevista terminaba en una conversación en la que la persona a la que llamaba se desahogaba de las dificultades para afrontar el pago de los recibos y de su día a día en general. "Ahora ha bajado la factura y no es el susto que teníamos hace unos meses, pero entonces la gente lo agradecía mucho", recuerda sobre cómo recibían sus llamadas.

Con los datos que recogen los voluntarios y trabajadores Ecodes elabora un informe, prepara consejos, tramita posibles ayudas y se reparte a la familia un 'kit de materiales de microeficiencia' en el que se incluyen bombillas de bajo consumo, burletes, bajo puertas o regletas con interruptor, entre otras cosas. En los diez años que tiene el programa de Ecodes se han distribuido 2.453 paquetes de este tipo.

Cristina reconoce que la experiencia le sirvió también en su hogar. "Personalmente me ayudó a ver que tengo más potencia contratada de la que necesitaba", pone como ejemplo. El voluntariado le marcó, sobre todo, por la "satisfacción personal" de poder ayudar, insiste.

Ha participado en otras acciones de voluntariado pero en esta destaca que le enviaron un seguimiento de las personas a las que habían hecho la entrevista para ver que había servido el informe que se elaboró con sus datos. 

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