Movilidad

El servicio del bus urbano encadena 16 huelgas de los trabajadores desde el año 2000

El largo historial de paros convierte a Zaragoza en una de las ciudades españolas con más conflictividad.

Afecciones por la huelga del bus en Zaragoza en la vuelta al colegio
Afecciones por la huelga del bus en Zaragoza
Francisco Jiménez

El servicio del bus urbano arrastra al menos 16 huelgas desde el año 2000. La última, que hoy alcanza los 624 días, es la más larga, pero otras, como la convocada en 2013 fruto del cambio de contrata y el despido de 153 trabajadores, siguen en el recuerdo por sus altos niveles de crispación. Zaragoza se ha convertido, por méritos propios, en una de las ciudades de España con mayor tasa de conflictividad laboral en este servicio. No lo ocultan ni la empresa ni la plantilla, aunque cada cual lo achaca a distintos motivos.

Para el director de Avanza, Guillermo Ríos, se debe a que se ha recurrido en exceso a la huelga como medida de presión. "En otros sectores, las amenazas no llegan a materializarse tanto como en este. Ha podido verse esta semana con el conflicto del transporte de mercancías, que se resolvió en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA)", dijo. Los sindicatos, sin embargo, creen que todo obedece a que el servicio está en manos de una empresa privada que "quiere mantener sus beneficios a costa de los trabajadores".

Defienden, en este sentido, que cuando se gestiona desde lo público como ocurre en otros puntos de la geografía "la diferencia es abismal" tanto en lo que respecta a las condiciones de trabajo como la calidad del servicio.

El propio presidente del comité, José Manuel Montañés, reconoce que "los diez últimos años han sido terribles". Cada negociación del convenio ha terminado suponiendo afecciones al ciudadano, "y también se ha parado en momentos como las huelgas generales de 2002 y 2012 o el 8-M", según recordó Javier Anadón, asesor del Colectivo Unitario de Trabajadores (CUT).

Desde 2008 apenas ha habido un año tranquilo, con paros parciales de mayor o menor entidad en 2010, 2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2018, 2019, 2021 y 2022.

Cada uno de estos conflictos se resolvió de una manera distinta. En 2008, por ejemplo, tuvo que intervenir el entonces gobierno de Juan Alberto Belloch, y en 2013 se aplicó un laudo arbitral que congeló los salarios y la antigüedad hasta la aprobación de un nuevo convenio. Entre 2015 y 2016, los zaragozanos sufrieron 123 días de paros seguidos, con afecciones en fechas tan señaladas como las Fiestas del Pilar, y en 2018 hubo paros parciales entre abril y mayo con servicios mínimos de entre el 36% y el 50%.

Escaso margen a la paz social

Para el actual no hay aún solución. Las partes se reunirán en el SAMA el próximo miércoles, pero el recrudecimiento de los paros, que se retomarían el día 14, parece cada vez más cercano. Sobre todo tras el apoyo del 80% de los participantes en el referéndum y el fracaso de iniciativas como la del observador municipal, que ni siquiera pudo entrar al servicio de mediación.

A la hora de explicar su duración tampoco hay una postura unánime. Para la empresa, se trata de una "huida hacia adelante" del comité, que sigue rechazando la subida fija, del 8,5%, y una cláusula de revisión del 12% que, unida al resto de pluses, supondría un incremento del 16%.

Mientras, los sindicatos aluden a los 10 años de congelación salarial y a que este convenio marcará, en buena medida, el que se tendrá que negociar a partir de 2024. También influyen las cotas alcanzadas por el índice de precios de consumo (IPC), así como los servicios mínimos marcados por Avanza y el propio calendario de paros. "Hasta ahora ha sido una huelga de poco desgaste para los trabajadores, lo que, a su vez, ha hecho que también lo sea para la empresa", dijo Anadón.

El enquistamiento de la negociación tiene consecuencias que van más allá de las esperas de más de 15 minutos en las paradas. El contrato actual finalizará el próximo verano, y cualquier subida que se apruebe condicionará los siguientes, especialmente en lo referido a la masa salarial.

Ha de tenerse en cuenta que el convenio que se está negociando corresponde al periodo 2020-2023, por lo que ya en enero de 2024 tocaría empezar a hablar del siguiente. Esto haría que, aunque se cerrase ya un acuerdo, la ciudad apenas tuviera unos meses de paz social antes de volver a su particular día de la marmota.

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