patrimonio

Safari exótico por la Zaragoza monumental

No hay animal que no se asome por la arquitectura zaragozana. Aunque los más comunes son los caballos y los leones, también hay osos, elefantes e, incluso, centauros.

Algunos de los animales que se adivinan en las fachadas de Zaragoza.
Algunos de los animales que se adivinan en las fachadas de Zaragoza.
Heraldo

Si uno no ha podido viajar al parque Kruger este verano, que no guarde en el trastero el sombrerito de explorador porque puede hacer un safari urbano –algo más modesto pero igual de exótico– por los edificios de Zaragoza

Lo que más abundan a orillas del Ebro, por extraño que parezca, son los leones. Su representación está por todos lados, dado que las fieras aparecen en el escudo de la ciudad y presiden también –esculpidos por Paco Rallo– el puente de Piedra. El segundo puesto del ranquin lo ocuparían los caballos: basta con pensar en la estatua ecuestre de Palafox de la plaza Forqué, los atletas olímpicos a las puertas del Museo Pablo Gargallo o en el caballito de la trasera de la Lonja que homenajea el trabajo del fotógrafo minutero Ángel Cordero.

Pero busquemos algo más exótico... ¿Hay, por ejemplo, algún elefante (más allá del restaurante Dumbo, se entiende) representado en las calles de Zaragoza? Lo hay. Aunque para verlo es preciso tornear la vista y prestar mucha atención. Se encuentra en el friso del palacio de los Condes de Morata o, lo que es lo mismo, en portada de la Audiencia de Zaragoza. Es normal que allí la mirada se vaya hacia los gigantones con garrotes –identificado con Hércules y Teseo– o al hueco del frontón –donde aparece Helios, el dios del Sol–. No obstante, un poco más abajo, hay una escena esculpida en piedra en el siglo XVI en la que se narran los triunfos de César. Inspirado en los cuadros del maestro italiano Andrea Mantegna, ahí se plasma un cortejo militar con carros, trofeos, soldadores y unos cuantos animales entre los que es posible identificar toros y elefantes.

Es habitual encontrar en edificios nobles como el Mercado Central o la sede de la Confederación Hidrográfica motivos decorativos dedicados a las labores agrícolas en los que se pueden ver burros, bueyes y muchos corderos, como también figuran en la estatua del Buen Pastor que se trasladó hace unos años del paseo de la Constitución al antiguo matadero de Miguel Servet. Más raro es hallar, por ejemplo, un oso a poquitos pasos del paseo de Pamplona. En una fachada de la calle de Almagro no pasa desapercibida la "decoración escultórica de niños y amorcillos" hecha en estuco por el escultor Félix Burriel allá por 1925. Sobre las ventanas se aprecian niños regordetes, carneros y un bonito y pacífico oso (la mejor vista es desde el Café Levante), que lleva un chaval encima portando un cesto con uvas. Dado que el altorrelieve de al lado muestra un cuerno de la abundancia, es de suponer que ambas imágenes llaman a la fortuna y tratan de atraer la prosperidad.

La empresa de dinamización cultural Gozarte, especialista en descubrir curiosidades del patrimonio local, lleva a cabo de forma esporádica una serie de visitas que también recorren los más granado y singular de la fauna urbana zaragozana. En estos paseos invitan a fijarse, por ejemplo, en el edificio La Adriática –el que fuera primer ‘rascacielos’ de Zaragoza–, que tiene en su parte alta ni más ni menos que un león de San Marcos. La imagen en clavadita a las del Veneto italiano y en las visitas de Gozarte se explican las muchas vinculaciones de la capital aragonesa (más allá de Puerto Venecia) con esta región transalpina.

¿Otros animales visibles por las calles de Zaragoza? En la hornacina en piedra de San Gil aparece el santo acariciando la cabeza de una cierva (hay que conocer su hagiografía para entenderlo), la fuente de Neptuno del parque Grande está flanqueado por algo que parecen delfines (o besugos hipertrofiados), las ranas son ubicuas junto a César Augusto o en el recinto de la Expo, el pastor de Gargallo en la calle de Alfonso I ‘pelea’ con una extraordinaria águila, la veleta de la Magdalena es un gallo popular en el barrio...

Por cierto, que en las calles abundan también dragones (obvio, por San Jorge), centauros (incluso en la Seo), grifos (en el Seminario) y seres mitológicos e inclasificables, pero eso ya es merecedor de otro capítulo.

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