patrimonio

¿Qué hace el gato de Alicia junto al rosetón del Seminario?

La decoración del gran edificio de Vía Hispanidad, levantado en 1945, combina elementos góticos y neorrománticos. Los símbolos de los evangelistas enmarcan lo que fue su fachada.

El gran rosetón está encuadrado por las figuras del tetramorfo en un estilo neogótico que roza la animación.
El gran rosetón está encuadrado por las figuras del tetramorfo en un estilo neogótico que roza la animación.
Guillermo Mestre

A pesar de sus muchas idas y venidas a lo largo de los años, sigue siendo un edificio inacabado. De hecho, el Seminario Metropolitano de Zaragoza nunca tuvo iglesia porque su construcción se dejó «para mejores tiempos» que nunca acabaron de llegar. También el gran rosetón que impresiona a muchos viandantes luce inacabado, pues debería estar coronado por un piñón triangular que nunca se remató. 

Hay detalles tan singulares en el enorme edificio de Vía Hispanidad que, incluso, algunos niños confunden su decoración historicista con escenas de Disney. Cierto es que desde la distancia los símbolos que representan a los evangelistas parecen caricaturas y, en concreto, el león se antoja el gato Cheshire de ‘Alicia en el país de las maravillas’, pero hasta aquí llega la confusión. Los arquitectos explican que el rosetón «está enmarcado por un recuadro con los símbolos de los apóstoles en sus ángulos», que no son otros sino el león, el toro, el águila y el ángel, en representación de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

El que esta decoración parezca sacada de dibujos animados responde, sobre todo, a que forma parte de un conjunto ecléctico en el que se mezclan infinidad de estilos: racionalista, historicista, gótico, romántico... «También hay muchos ‘pantocrátor’, esculturas románicas o gárgolas góticas en las que se descubren rasgos cercanos a una estética naïf o propia del cómic», explican desde el Ayuntamiento.

Los arcos polilobulados y el gran rosetón en lo que fue fachada del Seminario.
Los arcos polilobulados y el gran rosetón en lo que fue fachada del Seminario.
Guillermo Mestre

Otra curiosidad del edificio es que su trasera es hoy lo que fue su gran fachada en origen. Fue la intervención de 2008 (proyectada por el arquitecto Ricardo Usón, con la asistencia de Idom) la que propició que el edificio que miraba hacia el norte lo haga ahora al sur gracias a un cubo acristalado y una nueva plaza urbana en Vía Hispanidad. También entonces se recupera muchos elementos ornamentales, se reforzaron los pilares, las jácenas, los forjados...

El Seminario acusaba cierto deterioro y eso que era un edificio relativamente joven. Fue el arzobispo Rigoberto Doménech (su escudo también está en la fachada) quien sugirió su edificación en el año 1943 y, unos pocos meses después, el 19 de marzo de 1945, se colocaba su primera piedra en un terreno que pertenecía a las Hijas de la Caridad. El HERALDO de aquella fecha se hacía eco de la noticia: «Llegó el anhelado día por los católicos (...). La primera piedra del edificio que ha de acoger a centenares de alumnos en su preparación para el ministerio sagrado», se lee en la crónica.

Otro de los detalles ornamentales, en la trasera del Seminario.
Otro de los detalles ornamentales, en la trasera del Seminario.
Guillermo Mestre

Tal y como cuenta Plácido Fernández en el libro ‘El Seminario de Zaragoza. Siglo XX’, en la década de 1940 ya existía otro centro formativo religioso en la plaza de la Seo, así que ‘el nuevo’ fue conocido durante algún tiempo como ‘el Seminario de Casablanca’. El proyecto se encargó a los arquitectos Santiago Lagunas, Casimiro Lanaja y Manuel Martínez de Ubago en plena posguerra (los tres pertenecían a la Dirección de Regiones Devastadas) y, por ello, el edificio esconde un refugio antiaéreo en el semisótano. Hoy el Seminario es la sede de la Gerencia de Urbanismo y muchos zaragozanos se acercan a hacer mil trámites ajenos a los secretos que guarda tan peculiar construcción.

Entre el Palacio Ducal de Venecia
y la catedral de Orvieto

Es imposible que pase desapercibido. El que fuera Seminario Metropolitano es una de las obras de mayores dimensiones –tanto arquitectónicas como en términos de ambición– del siglo pasado en Zaragoza. Cuentan que el arquitecto Santiago Lagunas ideó las arquerías de la entrada y el gran rosetón pensando en los palacios venecianos. Así, aunque la planta del edificio pudiera inspirarse en la del monasterio del Escorial, para la decoración y los remates finales se puso la mirada en la arquitectura gótica italiana. 

El rosetón de la catedral de Orvieto, en el que está inspirado el zaragozano.
El rosetón de la catedral de Orvieto, en el que está inspirado el zaragozano.
Heraldo

Su galería de arcos polilobulados recuerda lejanamente al Palacio Ducal de Venecia, en la conocida plaza de San Marcos, si bien lo que más llama la atención es el gran rosetón, que también tiene sus ‘hermanos gemelos’ en las catedrales de Siena y de Orvieto (en la imagen de abajo). «Sus imafrontes son la referencia literal de la composición del cuerpo central (...), pero también hay adjetivos góticos romanizados visibles en las iglesias venecianas de los santos Juan y Pablo», apunta José Manuel López Gómez en el libro ‘Un modelo de arquitectura y urbanismo franquista en Aragón’.

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