patrimonio

El viaje secreto de la estatua de Franco a Plaza

La ubicación de la efigie a caballo del caudillo, que en su día presidió la Academia General Militar, ha sido un secreto que ha dado para todo tipo de teorías.

Imagen del traslado en 2006 de la estatua de Franco desde la AGM hasta la Universidad Laboral.
Imagen del traslado en 2006 de la estatua de Franco desde la AGM hasta la Universidad Laboral.
Juan Carlos Arcos/Heraldo

¿Dónde está la estatua a caballo de Franco de Zaragoza? La localización de la efigie ecuestre del dictador ha dado hasta para crear alguna que otra leyenda urbana.

Hasta ahora, las informaciones más fidedignas la situaban en la Universidad Laboral de Zaragoza, adonde fue trasladada en agosto de 2006 tras presidir durante casi 60 años el patio principal de la Academia General Militar. Sin embargo, en verano de 2020 fue desplazada hasta un almacén del Gobierno de Aragón en el polígono Plaza, en un viaje del que no trascendió absolutamente nada.

La última pista conocida situaba la estatua en una parcela de la Universidad Laboral, ese enorme centro educativo cerrado desde 1997 y que próximamente será demolido para que la promotora Montepino levante dos grandes naves logísticas. Varios curiosos que han entrado en todo este tiempo en el recinto han podido ver la estatua, en un jardín junto a la vieja pista de atletismo. También certificó su presencia poco antes de 2018 la arquitecta Julia Schulz-Dornburg, que se propuso encontrar todas las esculturas de Franco de España.

Lo hizo y lo plasmó en el libro ‘¿Dónde está Franco?’. “Como era imposible conseguir permiso, cogí el coche y me planté en Zaragoza. En ese momento había una visita de técnicos a la Universidad y estaban muy liados, así que pude entrar diez minutos sin llamar mucho la atención y hacer las fotos”, recuerda divertida. Entonces la estatua estaba oculta debajo de una pequeña carpa de color verde, que la protegía del tiempo y de las miradas de los curiosos. Llegó un momento en el que la carpa acabó destrozada por las inclemencias del tiempo, por lo que los encargados de mantenimiento del recinto tuvieron que tapar la efigie con sacos y telas para evitar que atrajera el interés de los ciudadanos.

Carpa bajo la que se encontraba la estatua de Franco en la Universidad Laboral.
Carpa bajo la que se encontraba la estatua de Franco en la Universidad Laboral.
Heraldo

Sin embargo, en 2020 el Gobierno de Aragón decidió moverla. Fuentes del Ejecutivo autonómico aseguran que de vez en cuando llegan peticiones de historiadores o de productoras de documentales que quieren ver la estatua. Se trasladó el 13 de agosto de 2020 y se informó de ello al Ejército, que es el propietario de la escultura. Se hizo sin publicidad y sin constancia pública, en pleno verano de la pandemia, como si se hubiera trasladado de un almacén a otro cualquier objeto del inventario de la DGA.

Como ya se hiciera en el traslado desde la AGM hasta la Universidad Laboral en 2006, también se utilizó un camión bañera para llevar la estatua. En la nave de Plaza donde se almacena material de Cultura se encontró un espacio para meter la estatua a cubierto, lo cual es más cómodo para los estudiosos, apuntan fuentes del Ejecutivo.

Un regalo del Ayuntamiento de Zaragoza

La estatua se instaló en la Academia General Militar en 1948. Fue promovida y financiada por el Ayuntamiento de Zaragoza, que cinco años antes había abierto un concurso público al que se presentaron cuatro artistas. Lo ganó Moisés de Huerta, que modeló la obra en el Palacio de Cristal de Madrid durante dos años, en los que Franco estuvo posando para él. El Ejército aportó el bronce y la parafina necesarios para fundir la obra en el taller de los hermanos Codina de la capital de España. El 15 de diciembre de 1948 se descubrió la estatua en el patio de la Academia, un espacio que presidió hasta el 24 de agosto de 2006.

Momento en el que la estatua de Franco se levantó de su emplazamiento en la AGM.
Momento en el que la estatua de Franco se levantó de su emplazamiento en la AGM.
Iñaki Gómez/EFE

Entonces se dijo que acabaría en el Museo Provincial de Zaragoza. Esta institución se hizo cargo de su custodia, pero finalmente durmió durante lustros en la Universidad Laboral. Su traslado -entonces muy polémico- también estuvo revestido de secretismo. Aunque se anunció, no se concretó cuál sería el día exacto de la operación, y los medios de comunicación se las vieron y se las desearon para captar el momento.

El Ejército llegó a colocar dos camiones para tapar la vista a los periodistas que se enteraron del traslado. La de la Academia General Militar fue de las pocas efigies del caudillo que se mantenían en su sitio a aquellas alturas.

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