patrimonio

¿Qué fue del icónico arco de San Roque?

Era la entrada a la antigua Morería de Zaragoza y fue víctima de la piqueta hace ahora 80 años. En su lugar
se levantó después el edificio La Adriática, el primer rascacielos de la ciudad.

Antes de que existiera la actual plaza de San Roque, el Coso estaba cerrado y un arco lo comunicaba con la Morería.
Antes de que existiera la actual plaza de San Roque, el Coso estaba cerrado y un arco lo comunicaba con la Morería.
Heraldo

Estaba en el Coso, junto a la iglesia de la Mantería y era uno de los rincones con más vida de Zaragoza. Hace ahora 80 años exactos que se demolió el arco de San Roque, víctima de las lo que dieron en llamar "mejoras urbanas" y que pretendían hacer del Coso zaragozano una suerte de gran autopista para el tráfico rodado que facilitara la circulación. 

Se perdió así parte de la memoria de la ciudad, dado que el arco representaba "la vieja Zaragoza" –como se escribió en 1942– y era la entrada hacia el barrio de la Morería, la zona –entonces muy angosta– que hoy se delimitaría entre el Coso, la plaza de Salamero y César Augusto. "Todo cambia, todo se transforma, y nada tan activo como la piqueta municipal para apresurar las transformaciones de esta ciudad que ha dado un cambio radical en el transcurso de un cuarto de siglo", se leía en el HERALDO DEARAGÓN del 15 de septiembre de 1942, junto a un fotograbado, obra de Martínez Gascón, que plasmaba "los últimos momentos del arco de San Roque, que hoy serán vestigios".

La noticia de la desaparición del arco, en el HERALDO de 1942.
La noticia de la desaparición del arco, en HERALDO en 1942.
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El debate sobre el derribo del arco se remontaba años atrás, cuanto una moción de 1926 aseguraba que sería "una importantísima mejora urbana mediante la que se crearía una nueva vía de intenso tráfico, pues prácticamente equivale a la prolongación de la calle Alfonso hasta la plaza de Salamero". Aunque los munícipes se mostraron rápidamente a favor, es cierto que ya entonces surgieron voces críticas como las que decían que no se respetaba uno de los focos de los ataques franceses en los Sitios y que habría muchas "dificultades de alineación" con el resto de las casas del Coso.

Accidente gracioso

"Un arco, aunque contenga escaso arte, es un accidente gracioso en la urbanización. Zaragoza tiene muy pocos y propende a no conservarlos. Ahora quedan el del Órgano de la Magdalena, el de los Cartujos, el de San Ildefonso, el del Arzobispo y el del Deán. El de San Roque es de los más presentables y debe subsistir", escribía el jurista Juan Moneva y Puyol en 1926. Huelga decir que en lo sucesivo se perderían también el de los Cartujos y el del Arzobispo, con lo que Zaragoza es –definitivamente– una ciudad de escasa arquitectura voladiza...

Con el arco desapareció también el inmenso caserón superior que albergaba el Hotel Continental y que, según las crónicas, acogió huéspedes famosos. "Desde sus amplios balcones, políticos de paso dirigieron sus palabras de circunstancias a los auditorios fáciles. Ante su amplio portón se detuvieron multitudes enfervorizadas por los ídolos taurinos, aquellas tardes del Pilar en que se esperaba la salida de Rodolfo Gaona (el ‘califa de León’) que allí se alojaba". También cayó en aquel derribo el salón Ena Victoria, "toda una etapa del cine zaragozano", en el que en su día se proyectaron películas como ‘Los misterios de París’ o ‘El limpiabotas de la Quinta Avenida’.

El profesor Julián Ruiz Marín, que durante años se dedicó a escribir sobre la memoria de Zaragoza y sus calles, decía que el arco del Deán era uno de los lugares con más encanto y citaba la demolición del de San Roque como una de las peores pérdidas de una ciudad que "ha hecho desaparecer demasiadas cosas". "Está bien que las ciudades crezcan, pero han de hacerlo hacia fuera, como una mancha de aceite, conservando el casco histórico", opinaba Ruiz.

Los planos de Teodoro Ríos para una hipotética reforma del arco en 1918.
Los planos de Teodoro Ríos para una hipotética reforma del arco en 1918.
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Con la excusa de crear "un desahogadero para el tráfico rodado", desapareció uno de los paisajes más típicamente zaragozanos, que fue durante siglos "el angosto agujero que puso en comunicación el Coso y la Morería". Nació entonces una espaciosa plaza junto a la Mantería –San Roque es el patrón del gremio de los manteros– y en el solar que había quedado libre al derribar el arco los edificios colindantes la compañía de Seguros La Adriática levantó en 1948 el que se considera primer rascacielos zaragozano.

Expendientes, planos y debates

Aunque finalmente fue derruida en 1942, el debate sobre la "inconveniencia" de la puerta de San Roque se remontaba años atrás. En el archivo municipal se encuentran innumerables documentos que así lo atestiguan: desde un ruego para que se determine si el arco ha de ser entrada o salida de carruajes hasta detalles de la reforma de su fachada en 1918, en un proyecto que firma Teodoro Ríos.

Lo más sustancial, no obstante, es la moción para la desaparición del arco de San Roque que presentó el concejal Baraza en junio de 1926 y que contó con el respaldo de las comisiones correspondientes y del arquitecto municipal Miguel Ángel Navarro. En esos mismos documentos se explicita que habría que expropiar hasta cinco casas colindantes (los números 46, 48 y 50 del Coso y los 2 y 4 de la Morería), "cuyas superficies suman unos 1.300 metros cuadrados de edificaciones diversas y sus valoraciones ascienden a unas 807.000 pesetas (de 1926)". Se especifica, incluso, que las viviendas que ganaran una nueva fachada, consecuencia de todos los derribos, también "deberían contribuir a los gastos".

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