infraestructuras

Las grandes avenidas de Zaragoza se asoman a su futuro

El Ayuntamiento acomete las obras de Tenor Fleta y Navarra y promete las de Cataluña y Valencia mientras
los paseos de Pamplona y María Agustín, y viales como los de San José o América, siguen a la espera.

Obras de prolongación de Tenor Fleta, en Zaragoza
Obras de prolongación de Tenor Fleta, en Zaragoza
Guillermo Mestre

La reforma de calles es en cualquier ciudad una de las principales reivindicaciones vecinales. Y en el caso de las avenidas, las que soportan diariamente un mayor número de vehículos y desplazamientos a pie, todavía más. La capital aragonesa tiene su larga lista de peticiones históricas, esas que siempre han estado en boca de unos y otros gobiernos municipales y a cuyos proyectos –si es que se han elaborado– al final han acabado por salirles telarañas. La coalición PP-Cs ha apostado por sacar adelante alguna de esas importantes obras, ya sea por tramos o en su totalidad, mientras otros proyectos de calado siguen durmiendo el sueño de los justos.

De momento, las máquinas han llegado a Tenor Fleta, que en cosa de unos meses estrenará su ansiada prolongación y se unirá con la Z-30, y el próximo año comenzarán los trabajos en la de Navarra. El Consistorio, además, ha prometido intervenir en la de Cataluña y la de Valencia. Pero los vecinos reclaman actuaciones en otros viales de calado, como los paseos de Pamplona y María Agustín, y los ejes de San José y Torrero.

El alcalde, Jorge Azcón, anunció hace poco más de una semana que a los 11,4 millones de euros de la denominada ‘operación calles’ se sumará una segunda fase que incluirá, entre otras, la avenida de Valencia. No dio más detalles y desde el Ayuntamiento aseguran que es pronto para decir nada con total seguridad, pero explican que se está trabajando sobre un proyecto de 2009 para adaptarlo a las necesidades que hay en la actualidad. Su reforma es una gran demanda de los vecinos de la zona, que lamentan que sus aceras están en un estado «deplorable».

Mientras, las otras tres grandes remodelaciones (Tenor Fleta, Navarra y Cataluña) se encuentran en situaciones dispares. De hecho, la primera está ya muy próxima de su fecha de estreno. El Consistorio tiene prácticamente terminada su parte de los trabajos y cuando el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) haga lo propio con el acondicionamiento del paso superior del camino de Cabaldós se podrán dar las últimos retoques.

Según indican desde Urbanismo, estas tareas van algo más retrasadas porque han resultado ser «más complejas de lo que se pensaba». No obstante, mantienen la fecha de finalización prevista, aunque durante su discurso Azcón abrió algo mas la mano y no habló concretamente del mes de enero, como se dijo en un principio, sino del primer trimestre de 2022. Aquí la intervención, que comenzó en diciembre del año pasado, se centra en un tramo de 725 metros sobre un cajón ferroviario y supone una inversión de dos millones de euros de las arcas municipales, a los que hay que sumar 822.000 euros que aporta el Adif.

Ahora, los operarios del Ayuntamiento están rematando la conexión con la parte antigua de la avenida y con la nueva rotonda semicircular del otro extremo. Cuando hayan finalizado las dos intervenciones tocará echar la última capa de asfalto y acometer algunos detalles como la señalización o el pintado de los carriles. Como resultado, se unirá por fin uno de los principales ejes de la ciudad, hasta ahora sin salida por el barrio de San José, con el Tercer Cinturón, lo que traerá consigo un importante cambio en la movilidad urbana. Además, servirá para desbloquear suelos con capacidad para más de 4.000 viviendas.

Adiós al aspecto de carretera

En cuanto a la avenida de Navarra, los vecinos llevan décadas denunciando, entre otros problemas, el mal estado de las aceras, hechas en algunas zonas únicamente de cemento y grietas. En este caso, el gobierno PP-Cs ya tiene preparada su reforma integral, que se llevará a cabo en tres fases a lo largo de los próximos años y permitirá transformar una vía con aspecto de antigua carretera y con serios problemas de degradación urbana en un gran paseo arbolado con aceras más anchas y zonas de descanso.

A principios de 2022 comenzarán los trabajos en el primer tramo, una superficie de 16.000 metros cuadrados entre la avenida de Madrid y el paseo de Calanda que cuenta con un presupuesto de 4,8 millones de euros. Si se cumplen los plazos, estará terminada en marzo del año siguiente. Habrá menos espacio para los coches, que pasarán de contar con tres carriles por sentido a dos, y una vía ciclista central, mientras que el tamaño de las aceras, accesibles y libres de obstáculos, se ampliará hasta los cuatro y seis metros. Tendrá, además, una banda verde sobre la que se colocarán las zonas de descanso, con bancos, fuentes, espacios lúdicos y de encuentro vecinal y tramos ajardinados.

En total, la infraestructura completa costará 17 millones y, entre otras actuaciones, permitirá eliminar el muro del parque Castillo Palomar para sustituirlo por un conjunto de taludes verdes que den continuidad natural y visual con la avenida y la plaza de la estación.

Un nuevo plazo

También en la avenida de Cataluña se prevé empezar a trabajar en 2022, aunque en este caso desde la coalición PP-Cs todavía no han dado una fecha tan concreta. Va con retraso, eso sí, porque las obras ya deberían haber comenzado este año, y para ello se habían presupuestado 550.000 euros, no obstante, parece que los vecinos empiezan a ver la luz tras años de promesas incumplidas y numerosos escollos que solventar (para empezar, la propiedad de los suelos, que hasta hace apenas tres años pertenecían al Ministerio de Fomento). Será la segunda vez que se interviene en esta vía, después de que el anterior gobierno de ZEC reformara en 2018 un tramo de 350 metros. Y tampoco en esta ocasión se prevé una actuación completa.

En concreto, se intervendrá en casi medio kilómetro (24.000 metros cuadrados) entre la Z-30 y el paso elevado del ferrocarril, lo que supondrá una inversión de 4,5 millones de euros de las arcas municipales. En catorce meses la obra estará concluida. Igual que para su hermana de Delicias, el Consistorio prevé aquí carril bici (ahora solo hay en algún tramo y está inconexo), vegetación, zonas de encuentro vecinal y más espacio para el peatón. Mucho más, porque las aceras, ahora muy estrechas y plagadas de obstáculos, pasarán a medir hasta doce metros.

Proyectos pendientes

Mientras que algunos de los grandes ejes de la ciudad tienen claro su futuro próximo, son unos cuantos los que siguen en el aire. Y no por falta de necesidad, según apuntan desde la Federación de Barrios. Recuerdan que el número de desplazamientos que soportan determinadas avenidas ha ido en aumento con el paso de los años y consideran que se debería intervenir en ellas para adecuarlas a sus circunstancias. Es el caso, por ejemplo, de la avenida de San José, que en su tramo más cercano a Torrero supera los 14.000 vehículos diarios.

Según el presidente de la entidad, Manuel Arnal, allí haría falta, entre otras cosas, construir aceras más anchas, ya que hay puntos con un tamaño más propio de calle secundaria. Para acometer esta reforma se estaba a la espera de la línea 2 del tranvía, a la que hace tiempo ya que se dio carpetazo. Algo similar a lo que ocurre con los céntricos paseos de María Agustín y Pamplona. La propia avenida de Navarra había vinculado su futuro a la extensión de los convoyes por el eje este-oeste.

La avenida de América, según Arnal, es otra que está necesitada de una «potente remodelación». Por ella discurren diariamente unos 10.000 coches y numerosas líneas de autobús. Se ha convertido en una vía rápida de entrada a la ciudad y además, recuerda, tiene mucho comercio de proximidad.

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