Oleada de robos en Villamayor: "Nos oyeron llegar y tuvieron el tiempo justo para escapar por la ventana"

Leyre Prados sorprendió hace unos días a unos ladrones en su domicilio. La Guardia Civil confirma un aumento de delitos similares desde mediados del pasado mes de octubre en toda la provincia de Zaragoza.

Calle de Val de Carbonera, en Villamayor, en la zona donde se están registrando robos en viviendas.
Calle de Val de Carbonera, en Villamayor, en la zona donde se están registrando robos en viviendas.
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Sufrir un robo en el domicilio ya es bastante malo. Pero llegar a casa y sorprender a los ladrones en plena faena es una situación que nadie quisiera vivir. Leyre Prado, residente en Villamayor de Gállego (Zaragoza), pasó por este trance hace unos días y todavía hoy recuerda con temor esos momentos, agravados además porque cuando llegó a su domicilio lo hizo acompañada de su hija pequeña.

Eran las nueve de la noche del pasado jueves cuando Leyre aparcó el coche en el garaje de su casa, un adosado perteneciente a la urbanización Val de Carbonera, un tanto apartada del núcleo urbano de Villamayor. Desde el garaje accedió a la vivienda y, al abrir la puerta, advirtió que esta se deslizaba con dificultad por lo que parecían unos cristales tirados en el suelo. “Vi que una ventana estaba rota y abierta, pero en los primeros instantes lo achaqué a algún animal, a la acción del viento… Sin embargo, en el salón había cajones abiertos, y entonces ya me di cuenta de lo que pasaba y mi primera reacción fue salir de casa con la niña y pedir ayuda”, rememora.

Pero las sorpresas desagradables no habían acabado. Y es que, al volver a entrar a su domicilio acompañada por un vecino de la urbanización, ambos se percataron de que los cacos acababan de abandonar la casa a través de la misma ventana rota por la que habían accedido previamente. Pese a estar situada en una primera planta, no tuvieron problema para alcanzarla ya que debajo de la misma hay una estructura por la que pudieron trepar y luego descolgarse. “Nos escucharon llegar en el coche, y tuvieron el tiempo justo para marcharse a través del jardín trasero, antes de que volviéramos a entrar”, explica esta zaragozana. 

Su dormitorio, ubicado en la planta superior, estaba revuelto, con el armario abierto “y toda la ropa tirada por encima de la cama”, pero el resto de la casa estaba intacta, lo que refuerza la teoría de que los ladrones fueron sorprendidos ‘in fraganti’ y no tuvieron tiempo de llevarse nada. “Solo echo de menos una bolsa de ordenador que estaba dentro del armario, que como son recias y están llenas de compartimentos, pesan incluso estando vacías, como era el caso. Quizá se la llevaron a la carrera pensando que el portátil estaba dentro, o para usarla como mochila donde echar otros objetos robados”, elucubra Leyre Prado.

"Desde el 4 de noviembre se han producido robos similares en la provincia de Zaragoza y que se están investigando. No se puede determinar, de momento, si están relacionados entre sí"

El de ella no es un caso aislado, ya que en la zona son varios los vecinos que han sufrido robos en sus domicilios, “al menos seis o siete en las últimas semanas”, indica Prado, sobre todo en las viviendas que dan al campo por la parte trasera. Así queda constancia, efectivamente, en el aumento de denuncias presentadas ante la Guardia Civil, que confirma “un aumento de sucesos de este tipo desde mediados de octubre”. Y más concretamente, desde hace solo una semana, desde el 4 de noviembre, se están dando diferentes robos en la provincia de Zaragoza de características similares y que el Instituto Armado está investigando, sin poder determinar, de momento, si están relacionados entre sí.

Se da la circunstancia de que Aragón es la comunidad autónoma donde más ha aumentado el número de robos en España, según el balance de criminalidad que realiza el Ministerio del Interior. En concreto, de enero a septiembre del presente año, estos delitos han aumentado un 17,6% en todo el territorio aragonés, por delante de Madrid, donde el aumento fue del 16,9%; del País Vasco, donde fue del 15,9%, y de La Rioja, que sufrió un aumento del 15,1%. Por provincias, Huesca experimentó un aumento del 27,9%; Zaragoza, del 16,3%, y Teruel del 4,7%.

De todos modos, las fuentes de la Guardia Civil destacan que en ningún caso se ha detectado violencia hacia los moradores de las viviendas asaltadas, pero sí daños en las mismas, no demasiado abultados. Explican asimismo que los ladrones buscan cometer sus robos con rapidez y eficacia, por lo que los bienes codiciados son los fáciles de sustraer y que sean fáciles de colocar en el mercado. Precisamente, Aragón es la comunidad autónoma donde más ha aumentado el número de robos en España, según el balance de criminalidad que realiza el Ministerio del Interior. En concreto, de enero a septiembre del presente año, estos delitos han aumentado un 17,6% en todo el territorio aragonés, por delante de Madrid, donde el aumento fue del 16,9%; del País Vasco, donde fue del 15,9%, y de La Rioja, que sufrió un aumento del 15,1%. Por provincias, Huesca experimentó un aumento del 27,9%; Zaragoza, del 16,3%, y Teruel del 4,7%.

Oro y joyas

También ha resultado afectado por esta oleada de dobos Enrique Abalde, residente en la misma urbanización Val de Carbonera que Leyre Prado, que encima se enteró del robo sufrido mientras disfrutaba de unas vacaciones lejos de Aragón, en Huelva, en compañía de su familia. Vacaciones que tuvieron que acortar cuando se enteraron del suceso, ya que fue urgente regresar para hacerse cargo de los desperfectos en la ventana por la que previsiblemente se colaron los ladrones, hacer recuento de lo sustraído y presentar la correspondiente denuncia.

En su caso, se encontraron la vivienda intacta, más allá del cristal roto. Nada estaba revuelto, y solo echaron de menos “unos 3.000 euros en oro y joyas” que guardaban en la mesilla de la habitación. Un robo que se presupone rápido, ya que los cacos se entretuvieron lo justo para buscar en lugares concretos y llevarse lo que deseaban en el menor tiempo posible.

Para tratar de atajar esta oleada de robos y dar seguridad al barrio, el Instituto Armado está reforzando los servicios preventivos, atentos a cualquier movimiento extraño por los alrededores. Y es que, cuenta Leyre Prado, los días previos a sufrir el robo, su marido vio a un hombre en bicicleta deambular por la zona de madrugada, atento a todo lo que le rodeaba. “Mi marido estaba un poco lejos, por lo que no pudo verle con claridad, pero sí que parecía que estaba estudiando la zona, ya me dirás qué hace un señor a esas horas dando vueltas en bici”, razona.

Mientras tanto, las empresas de alarmas están haciendo su agosto en la zona, pues son varios los vecinos que las han instalado últimamente, coincidiendo con la última oleada de robos. La propia Leyre entre ellos. “El mismo día del intento de robo ya les llamé, y desde entonces estamos más seguros”, indica.

Enrique Abalde, sin embargo, afirma que el miedo “es libre”. “Yo no tengo miedo. Es la primera vez que me roban en la vida, y ya tengo 70 años”, explica. Ahora, espera que el seguro se haga cargo de reembolsarle lo sustraído y seguir adelante con sus vidas.

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