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Roban un equipo de 12.000 euros a un fotógrafo tras tenderle una trampa al salir de La Romareda

La Policía Nacional cree que puede ser el primer golpe en Zaragoza de una banda que selecciona y persigue a estos profesionales.

La Policía ha investigado el coche del fotógrafo en busca de posible huellas de los ladrones.
La Policía ha investigado el coche del fotógrafo para intentar localizar huellas de los ladrones.
T. G.

La organización criminal que desde hace ya algunos meses trae de cabeza a fotógrafos y cámaras de televisión de Madrid y Barcelona podría haber puesto sus ojos en Zaragoza. De hecho, la Policía Nacional sospecha que el robo del que fue víctima un reportero gráfico este jueves a la salida de La Romareda podría ser obra suya. Porque la trampa que tendieron a este profesional fue calcada a la que han sufrido antes otros compañeros. Y aunque afortunadamente no sufrió daños, ha perdido todo su equipo de trabajo, valorado en unos 12.000 euros.

Los hechos se produjeron sobre las 21.00, cuando, terminado el partido de fútbol entre el Real Zaragoza y la Ponferradina, el fotógrafo fue rápidamente a coger su coche para regresar a casa y enviar el material lo antes posible. Como hace habitualmente, el reportero había dejado su vehículo en el aparcamiento reservado a los medios de comunicación. Lo que no esperaba era encontrarlo con una rueda pinchada, por lo que decidió pasarse por una gasolinera para poder hincharla y llegar por lo menos hasta su domicilio.

«Entré un momento en la tienda, pero no tenían lo que quería y regresé enseguida al coche.Fueron uno o dos minutos, no más.Pero cuando me acerqué, vi cristales en el suelo y tenía una de las ventanillas traseras rotas», contaba ayer el fotógrafo asaltado. Se temía lo peor y no tardaron en confirmarse sus sospechas. Los ladrones se habían llevado la bolsa que guardaba en el maletero y donde llevaba no solo la cámara, sino también varios objetivos.

«Sabían lo que hacían.Rompieron el cristal sin hacer ruido, abrieron la puerta trasera y bajaron los asientos para acceder al maletero», explicaba ayer este profesional. Había oído hablar de este tipo de organizaciones itinerantes, pero no le constaba que hubieran visitado alguna vez Zaragoza. Y lo cierto es que no lo habían hecho porque, como confirmaban ayer desde la Jefatura Superior de Aragón, este es el primer golpe que asestan en la capital aragonesa.

Lo persiguieron por Vía Ibérica

Los reporteros gráficos de Madrid llevan tiempo denunciando este tipo de robos a la salida de grandes eventos deportivos.Sobre todo, porque lo que empezaron siendo simples hurtos o robos al despiste, se han transformado en auténticas emboscadas en las que los delincuentes tampoco tienen reparos en recurrir a la violencia.

«La Policía me ha dicho que he tenido suerte y al meterme a la tienda de la gasolinera evité que me asaltaran y agredieran en cualquier callejón», explica la víctima

«La Policía me ha dicho que he tenido suerte y al meterme a la tienda de la gasolinera evité que me asaltaran y agredieran en cualquier callejón», explicaba ayer la víctima del robo en Zaragoza. La banda tenía el plan bien atado. Todo apunta a que esperaron junto al aparcamiento de prensa de La Romareda y seleccionaron a su objetivo. Durante el partido, le rajaron el neumático con una navaja y esperaron a que el fotógrafo volviera. La Policía no sabe todavía si con un coche o con una moto, pero lo que está claro es que los delincuentes lo siguieron de cerca por Vía Ibérica hasta que llegó a la gasolinera. Al abandonar un minuto su coche, vieron la oportunidad y no la desaprovecharon.

El colectivo está preocupado

Los profesionales gráficos que cubren los partidos del Real Zaragoza no ocultan ahora su preocupación, ya que lo ocurrido este jueves les ha puesto en alerta. «Llevamos equipos caros, ya sean cámara fotográficas (de hasta 20.000 euros)o de televisión (30.000 euros). Estas bandas lo saben y nos han convertido en su objetivo. Tendremos que pensar qué hacemos, porque no hay muchas opciones. Coger un taxi a la salida del fútbol es prácticamente una misión imposible», reconocía ayer un compañero de prensa gráfica.

Según la Policía Nacional, la mayoría de las cámaras de fotos robadas acaban en países del este de Europa como Estonia, Ucrania o Bielorrusia, mientras que las de televisión se venden en el norte de África.

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