comercio

Las botas camperas y el tacón cubano que calza el Tubo de Zaragoza

‘El Tubo’ es una zapatería que abrió sus puertas en 1928 y que desde los años 70 está especializada en la venta de botas y botines de corte campero.

Julián Franco, en la puerta de la tienda de botas camperas 'El Tubo', en la calle de Cinegio.
Julián Franco, en la puerta de la tienda de botas camperas 'El Tubo', en la calle de Cinegio.
HA

"Zapatos nuevos, son de ocasión". Es casi un reto leer esta frase sin pensar en la canción 'Enamorado de la moda juvenil', de Radio Futura. Integrantes de ese grupo de música vistieron sus pies con calzado de la tienda de Julián Franco, en la calle de Cinegio de Zaragoza, una arteria del Tubo. "También le he vendido a Enrique Bunbury cuando vivía aquí, que llevaba de las de tacón cubano, o a los de Más Birras", añade Franco. Esos han sido algunos de los clientes que recuerda.

"Nos especializamos porque en Zaragoza había miles de zapaterías"

Julián es la tercera generación de la familia que se pone detrás del mostrador del negocio, que aunque ha evolucionado siempre ha estado vinculado al calzado. En 1928 lo fundó su abuelo en la misma calle, pero en la acera de enfrente y como Calzados Franco, tal y como rezan sus etiquetas. "Empezó como salón de limpieza, pero comenzaron a vender zapatos, la actividad que les ocupó más tarde", relata este comerciante. Ahora en los escaparates y en las estanterías lucen botas camperas, un tipo de calzado que llegó al Tubo en los años 70: "La tienda ha evolucionado con el tiempo, en función de lo que quería la gente. Nos especializamos porque en Zaragoza había miles de zapaterías".

Esta zapatería del Casco Histórico de la capital aragonesa comenzó a vender botas camperas en los años setenta del pasado siglo, aunque el origen del negocio data de 1928.

Los letreros con luces de neón tiñen de rojo a los viandantes de la calle y la curiosidad de los ojos se engancha en una bota campera cortada por la mitad, para poder ver cómo es por dentro, cuántas capas tiene o cuál es su material. En el interior del local, botas, botines y zapatos llevan al peligroso Oeste, a los rodeos más americanos o a la romería de El Rocío. "Estas son las que llaman rocieras y se las llevan toreros porque son muy típicas, hechas en la provincia de Huelva. Están muy relacionadas con el tema del toro y el caballo español", cuenta Franco con uno de los artículos en la mano.

Frente a las de corte español está la estantería de las que evocan a América, las tejanas. "Los mexicanos les dieron un aire, aunque los americanos se las apropiaron", expone Julián Franco, con unas de puntera cuadrada en la mano. En algún momento de la trayectoria de la tienda las importaron de México, pero en la actualidad todas son de confección española, ya sea de Almansa (Albacete) o de Valverde del Camino (Huelva). La especialidad de este comercio también se encuentra en los artículos de tacón cubano, que en la actualidad se venden para bailes de salón o similares. Es difícil encontrar tiendas como esta en las calles de España: "Especializadas como esta en Zaragoza no ven, dos en Barcelona y alguna en Madrid".

Profesionales del baile, novilleros o motoristas forman parte de la clientela de esta pequeña tienda del Casco Histórico de la capital aragonesa. "Son idóneas para los motoristas porque protegen el pie y es calzado que sientan muy bien, ya que la suela es de cuero. Además, son artículos artesanales, muy diferentes. Hoy en día todo el mundo está acostumbrado a calzar zapatos de suela de plástico", señala el propietario.

A veces, los clientes se muestran reacios de primeras a este tipo de botas por su dureza, pero Julián asegura que es porque "protegen al pie" y que "cómodas se vuelven". "Hay mucha gente que se las prueba y dicen que son muy duras, pero les explicas que la bota se ablanda, que la suela de cuero se empieza a flexionar y que acompañan al movimiento del pie", indica.

Da tiempo a que se amolden al pie, puesto que "duran mucho tiempo". Un plus que, según Franco, le otorga la fabricación artesanal. No obstante, Julián da una serie de consejos como aplicarles grasa cada cierto tiempo o rellenarlas con papel si no se calzan en un tiempo, para evitar que afloren los restos del sudor del pie.

El pisotón de la pandemia y las plataformas digitales

En la zapatería 'El Tubo' no viven sus mejores meses. "Las ventas han bajado un 80 o un 90%", es tajante Franco. Son un reducto de la antigua vida de la calle de Cinegio. "Ahora es arteria de bares, pero antes había mucho comercio: tres tiendas de discos y una de tebeos o el origen de Galerías Primero estaba aquí. Además, en la calle de José Pellicer Ossau se podía encontrar una frutería, un ultramarinos o una tienda de café. De entonces solo quedamos nosotros y el peluquero", recuerda Julián.

Franco asegura que se han quedado "a dos velas" y que sobreviven gracias a que no tienen que pagar un alquiler: "Si no, nos hubiera pasado como a muchos negocios de Zaragoza, que se han ido porque no se puede mantener". Señala la pandemia como responsable -ya que las restricciones de horario les ha incentivado a cerrar los viernes y sábados por la tarde-, pero también a las ventas a través de plataformas digitales. "Amazon ha hecho mucho daño y también algunos fabricantes que se han lanzado a la venta por internet", apunta. "Antes abrías y sabías que ibas a vender, ¿pero ahora?", concluye Franco, que a pesar de la situación sigue apostando por levantar cada día la persiana de esta tienda, que es como un par suelto en el panorama comercial de la ciudad.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión