ZARAGOZA

Un tercio de chapuzones, en el verano más atípico

El Ayuntamiento de Zaragoza dará este miércoles datos de afluencia a las piscinas en los primeros diez días de temporada, en los que ha impuesto restricciones de aforo del 50% aunque la DGA permite hasta el 75%. Las instalaciones de la Granja, el Actur y Las Delicias siguen siendo las más demandadas.

Socorristas con mascarilla, en las piscinas de La Granja.
Socorristas con mascarilla, en las piscinas de La Granja.
José Miguel Marco

En abril nadie pensaba que llegarían a abrirse, así que -para muchos- ya es un éxito poder darse un baño. Otros, sin embargo, advierten de que las cifras de usuarios de este verano van a ser muy pobres y que el déficit anual de estas instalaciones se puede disparar mucho más de la habitual. La temporada de piscinas de 2020 está siendo, incluso, más atípica de lo que se esperaba: la "recuperación de la normalidad" que preveía el Ayuntamiento conforme fuera avanzando el verano se ha topado de bruces con el nuevo decreto del Gobierno de Aragón que resitúa a Zaragoza en una “fase dos flexibilizada”. Esto supondría una restricción del 75% de aforo para las piscinas públicas, pero el Ayuntamiento desde que abrió las piscinas hace 11 días ha sido más previsor y lo sigue manteniendo en el 50%. Lo que no era obligado, hasta hoy, era el uso de mascarillas en las zonas de césped ni tampoco el cierre de las pistas deportivas que se ha impuesto “para reforzar la prevención de contagios”.

Este miércoles por la mañana la concejal de Deportes, Cristina García, dará las explicaciones precisas en la presentación de la campaña ‘Sol sin riesgo’ en el Alberto Maestro y ofrecerá también los datos de afluencia de la primera semana, si bien hay indicios que señalan que el registro de bañistas estará en torno a un tercio del habitual. La venta de abonos, por ejemplo, se ha llevado ese mismo recorte y el día de estreno de la temporada, el pasado 4 de julio, las 21 piscinas municipales abiertas sumaron 4.179 usuarios, cuando en la misma fecha del año pasado se rozaron los 12.000.

Los datos son aún parciales pero sirven de botón de muestra y resultan significativos porque -es de suponer- este año habrá muchos más zaragozanos obligados a disfrutar de un ‘verano urbano’. Además, el mes de julio es tradicionalmente el que más bañistas reúne debido a las imprevisibles temperaturas de finales de junio y a que en agosto se produce un éxodo vacacional.

La excepción a esta norma se dio justo en junio del año pasado cuando casi se batió un récord de usuarios (277.000) y en muchas instalaciones hubo que hacer uso de los tornos para dejar entrar visitantes únicamente conforme otros abandonaban el recinto. Ahora hay una aplicación para dispositivos móviles (Psicinas Zgz), que permite conocer en tiempo real el aforo de cada recinto.

Este 2020 la temporada debería haber empezado el 6 de junio, pero todos los centros (menos la Hípica, que sigue en obras) abrieron con un mes de retraso por lo que “ los datos de 2020 no se puede comparar con ningún otro verano”, insisten desde el Ayuntamiento. Las piscinas cerrarán el próximo 6 de septiembre y la previsión municipal era que, conforme los zaragozanos fueran comprobando que funcionan con normalidad y sin riesgos, aumentara la demanda, pero este paso atrás de fase que durará al menos 15 días complica aún más tener una buena cifra de bañistas a fin de temporada. La concejal García apuntó hace apenas diez días que el propósito era aumentar la capacidad de los aforos “si la cosa va bien”, pero parece que estos planes se han torcido definitivamente.

Los años de récord, durante los tres meses, se ha rozado el millón de usos en las piscinas zaragozanas (en 2003, el mejor que se recuerda, se dieron 1.250.000 usos). Este verano de pandemia hay que recortar el mes que no han abierto, el aforo al 50% y los reparos de muchos usuarios que prefieren evitar aún lugares donde se den aglomeraciones. Con estas premisas, si al final de la campaña se lograran unos 250.000 usuarios los responsables de Deportes ya se darían con un canto en los dientes, a pesar de lo abultado del déficit del servicio año tras año.

PREPARATIVOS PARA LA APERTURA DE LAS PISCINAS MUNICIPALES ( ZARAGOZA ) / CDM ACTUR / 02/07/2020 / FOTO : OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]] [[[HA ARCHIVO]]]
A diario se llevan a cabo labores de desinfección en todas las instalaciones.
Oliver Duch

Este verano, además, en los barrios rurales han detectado que ha habido un aumento de jóvenes que se desplazan a las riberas de los ríos y las pozas de algunos tramos fluviales porque allí apenas hay controles ni restricciones. “Y aún hay otro condicionante más que a nosotros nos hace polvo”, dicen los responsables de los bares de las piscinas: el cierre de los centros para hacer la desinfección de tres menos cuarto a cuatro, “que es justo a la hora de las comidas, que es cuando despachábamos bocadillos, cafés, helados...”, se quejan. Para colmo de males, los bares de las piscinas han comenzado a aplicar también la nueva restricción autonómica que impide el uso de las barras.

A pesar de todas estas complicaciones (a las que hay que sumar que los vestuarios están cerrados, no se alquilan hamacas o que los socorristas llevan contadores manuales para controlar el aforo de los vasos), lo que los zaragozanos no cambian son sus preferencias año tras año. Hay algunas piscinas que suelen rozar el ‘overbooking’ y otras que son auténticos paraísos casi desiertos por su escasa afluencia. Entre las primeras, las instalaciones de la Granja, el Actur y Las Delicias son las que tradicionalmente más usuarios reúnen. Es cierto que las tres se benefician de tener muchas pistas deportivas que, ahora, han quedado vetadas a excepción hecha de las zonas de tenis, pádel y frontón. En el ranquin de las piscinas menos visitadas siempre figuran las de los barrios rurales y hay tres centros que compiten por el título: Garrapinillos, Monzalbarba y Movera.

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