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Movilidad tras la covid-19: Peatonal, en bici, patinetes y en transporte público

Aún falta por recuperar casi el 40% del tráfico habitual en la ciudad. Desde el Consistorio zaragozano se trabaja para que el uso del coche privado sea la última opción.

Patinetes y bicicletas conviven con autobuses y tranvías en Zaragoza
Patinetes y bicicletas conviven con autobuses y tranvías en Zaragoza
Oliver Duch

El modo 'pausa' en el que ha estado la sociedad aragonesa durante el estado de alarma para luchar contra la covid-19 ha tenido dos beneficios claros para el medio ambiente de la Comunidad: un aire más limpio debido fundamentalmente a la caída drástica del tráfico y un mayor 'ecologismo doméstico'. La pandemia ha evidenciado aún más la necesidad de que el ciudadano opte por el transporte público y otros medios que no contaminen y atasquen la circulación antes que coger su vehículo, lo que debería hacer solo cuando fuera realmente necesario. No obstante, conforme se van dando pasos en la desescalada se van incrementando los desplazamientos en coche.

Según fuentes del Área de Infraestructuras y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza, durante el confinamiento ha habido de media una reducción de dióxido de nitrógeno del 18% (en El Picarral) hasta el 50% (en la estación del Actur) comparando cifras de la primera quincena de marzo y la primera de mayo. Mientras, en el conjunto de la región la disminución de los óxidos de nitrógeno en el aire en relación con el mismo periodo del año pasado son del orden de un 37%-40% de media. "El problema de calidad del aire más importante que tenemos es el tráfico y al pararlo ha mejorado de una manera tremenda. Hay que hacer una reflexión seria de cómo nos movemos y de qué tipo de vehículo utilizamos en las grandes ciudades y también en los pequeños municipios", sostiene Marta de Santos, directora general de Cambio Climático y Educación Ambiental del Gobierno de Aragón.

En Zaragoza capital, el tráfico diario llegó a estar hasta un 77,8% por debajo de lo normal en cuanto a intensidad media en las primeras semanas de abril. En estos momentos, el tráfico privado se va recuperando y se está en un 62% de tráfico habitual, según fuentes del Área de Servicios Públicos y Movilidad del Consistorio zaragozano.

Reubicar 200.000 desplazamientos

Por lo que se refiere al tranvía y autobús urbano en algunos momentos llegaron a funcionar a un 5%-8% de su ocupación. Estos datos han ido mejorando, pero a fecha del pasado jueves aún se estaba a un 80% por debajo. Hay que destacar que el aforo en el transporte público de la ciudad está limitado al 50% por la covid-19, por lo que se han ido buscando alternativas para reubicar unos 200.000 desplazamientos hasta que se deje atrás la crisis sanitaria. "En el Ayuntamiento lo que se está haciendo es tomar medidas para que a la gente le sea atractivo caminar, ir en bici o en otro medio de transporte alternativo que no sea el coche, si no puede utilizar el autobús o el tranvía", indican las mismas fuentes. Y es que la pandemia ha creado un nuevo contexto de movilidad en la ciudad.

En este sentido, la consejera municipal de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca, anunciaba esta semana que la ciudad contará próximamente con 80 kilómetros más de vías ciclables mediante la pacificación (limitadas a 30 km/h) del carril derecho de 50 calles, en el que pasarán a tener prioridad bicicletas o patinetes. De esta forma, se convertirá a Zaragoza en una ciudad "cien por cien ciclable". Asimismo, se trabaja en facilitar los desplazamientos peatonales; para ello se van a duplicar los estacionamientos en calzada (hay ahora 7.200 plazas), tanto para motos como para bicis y patinetes. Lo que no se contempla a día de hoy son ayudas directas para la compra de patinetes y bicicletas, tal y como pedían los ciclistas esta semana.

Las medidas impulsadas en el contexto post-Covid por el Ayuntamiento están basadas en la hipótesis de que para los desplazamientos cortos (1 a 2,5 kilómetros) los ciudadanos deberían optar por caminar. Si el desplazamiento llega a los 5 kilómetros, los vehículos de movilidad personal (VMP) o la bicicleta serían una opción aconsejable. Y en distancias mayores, hasta de 10 kilómetros, el ciclomotor, la motocicleta o la bicicleta eléctrica serían opciones recomendables. Junto con el uso del transporte público y sin olvidar el servicio que presta el sector del taxi. De lo que se trata es que una vez se vuelva a la 'normalidad', el coche particular sea el último recurso para moverse por Zaragoza. "Eso sería lo ideal. Una posibilidad es que un porcentaje alto de gente opte por ir en bici y patinete eléctrico; una modalidad que muchas personas están descubriendo", indican desde el Área de Servicios Públicos y Movilidad.

Mientras, la directora general de Cambio Climático de la DGA pone además el acento en el uso compartido del vehículo, que estos sean cada vez menos contaminantes y también en el uso de la bicicleta, el transporte público y la peatonalización.

Más plásticos por la pandemia, "un retroceso" y un "grave problema"

Por otro lado, el confinamiento también ha propiciado un aumento muy importante en el reciclado y recogida selectiva de residuos (papel/cartón, envases ligeros y vidrio). Por ejemplo, las cantidades recogidas de envases ligeros (los de plástico, latas y bricks) se han incrementado desde un mínimo de un 10% hasta el 40% con respecto al mismo periodo de 2019 (mitad de marzo hasta final de abril), según los últimos datos de la DGA, que resalta que parte de ese incremento se debe al consumo en los hogares.

Para Ecoembes -entidad que gestiona el sistema de reciclaje doméstico en España- este crecimiento doméstico de los plásticos está muy contextualizado en la situación actual. "Creemos que no se va sostener en el tiempo. Hay un compromiso medioambiental muy sólido y consideramos que la sociedad va a ir asumiendo los compromisos de evitar el despilfarro y el sobreconsumo y de utilizar de manera moderada los recursos que tienen a su disposición conforme vayamos retomando la normalidad", dice Álvaro Otero, coordinador de asuntos corporativos de Ecoembes.

Cosa distinta ocurre con mascarillas, guantes, pantallas protectoras, mámparas y demás objetos de plásticos para protegernos del virus, que están creciendo de forma exponencial. Víctor Viñuales, director de Ecodes, sostiene que se está ante un "grave problema" y  habla de un desafío normativo, científico, cultural... "Al final se degradan, se convierten en microplásticos y acaban en nuestros estómagos o los acabamos respirando. Una parte de esas mascarillas, guantes, etc van a llegar a los océanos, incrementando la basura plástica. Estábamos en una línea muy clara y contundente legalmente establecida para toda la UE de desaparición de los plásticos de un solo uso y, de repente, llegó la covi. Eso  nos ha hecho retroceder", afirma.

Al mismo tiempo, Viñuales subraya que se está ante una situación complicada porque se "solapan" las urgencias. "Tenemos emergencia sanitaria, económica, social y no ha desaparecido la climática. Eso nos complica las alternativas a las soluciones; tienen que ser alternativas que respondan a la vez a las distintas emergencias", concluye.

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