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Los tres menores juzgados por matar a un joven en la calle Princesa niegan los hechos

El presunto autor del asesinato de Sami, de 20 años, dice que ni siquiera estaba en el lugar del crimen. Las acusaciones piden para él ocho años de internamiento.

Amigos del joven Hami Samidi, el día que fue enterrado en el cementerio musulmán de Zaragoza.
Amigos del joven Hami Samidi, el día que fue enterrado en el cementerio musulmán de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Como era de esperar, los tres menores de edad acusados del asesinato de Sami Hamidi, cometido el 18 de noviembre de 2018 a las puertas de una discoteca de ambiente latino de la calle Princesa, negaron este lunes haber tenido algo que ver con el crimen del joven de 20 años.

Es más, el presunto autor material del machetazo que cortó la femoral del chico y le causó la muerte por desangramiento, llegó a decir que ni siquiera estaba ese día en Zaragoza. En la misma línea, los otros dos acusados y presuntos colaboradores declararon que no saben nada de lo ocurrido.

Este lunes se celebró la primera de las tres sesiones previstas para este juicio, que tiene lugar en el Juzgado de Menores. En "interés de las personas juzgadas y de la víctima", la magistrada encargada del caso ha ordenado que la vista no sea pública. No obstante, pudieron estar presentes en la misma la madre y un hermano del fallecido, después de que prestaran declaración como testigos.

Según pudo saber este diario, el considerado autor material del asesinato, F. G. S., de 17 años, se negó a contestar las preguntas del representante de la Fiscalía y de la acusación particular y solo respondió a las preguntas de su abogada, Carmen Sánchez. Al parecer, el acusado dijo que no estaba en la capital aragonesa ese día.

Explicó que él vive normalmente en Huesca y que cuando ocurrieron los hechos había dado una fiesta en su casa porque un amigo se iba al reformatorio. A la juerga acudieron, según dijo, unas cuarenta personas. Luego se fueron de copas, se emborracharon y no sabe nada relacionado con el asesinato de Sami Hamidi.

Los presuntos colaboradores del crimen, A. H. B., de 16 años, y J. J. R., de 15, se desvincularon de los hechos. El primero, asistido por la letrada Noelia Liroz, mantuvo que estaba en la zona, como otra mucha gente, pero no vio lo que ocurrió. El segundo, defendido por la abogada María Pilar Alda, dijo que como tiene 15 años no le dejan entrar aún en las discotecas.

A pesar de estas declaraciones, las acusaciones mantienen que los tres –y un cuarto mayor de edad que será procesado en la jurisdicción ordinaria– participaron en el asesinato de Sami Hamidi.

Según los testigos de los hechos –que hoy están citados en la vista oral– la agresión fue fruto de una venganza de F. G. S. por una discusión que había tenido con la víctima en verano. Al verlo esa noche en la puerta de la discoteca, lo increpó de manera violenta y agresiva y, tras un rápido y breve intercambio de palabras, sacó de entre sus ropas un cuchillo de unos 14 centímetros de longitud y 5 de anchura y le asestó un golpe en un muslo cuando estaba desprevenido.

La cuchillada le cortó la femoral y el joven Sami Hamidi comenzó a sangrar abundantemente. A pesar de que los amigos de Sami le taponaron la herida con una camiseta y los primeros policías nacionales que llegaron a la zona le practicaron un torniquete –uno de los agentes llevaba uno para prestar primeros auxilios–, el joven se desangró. La ambulancia, que tardó unos 12 minutos en acudir, logró reanimarle en el lugar pero falleció nada más ingresar en el hospital por la hemorragia masiva sufrida.

La investigación determinó que la víctima no llegó a defenderse y que, a pesar del intercambio de palabras, no esperaba el ataque con arma blanca. Los forenses confirmaron que el joven no tenía ninguna lesión de defensa. Por esa razón, el abogado de la familia del fallecido, Carlos Vela, califica los hechos de asesinato y pide la máxima condena para F. G. S., es decir, ocho años de internamiento en un centro cerrado.

Para los otros dos menores, a los que acusa de rodear a la víctima y jalear a F. G. S. para que cometiera el ataque, pide condenas de seis años de internamiento para el adolescente de 16 años y de cinco para el de 15. Solicita igualmente el pago de una indemnización de un millón de euros, de la que deberán responder los padres de los imputados en caso de ser condenados.

A pesar de ello, la abogada Carmen Sánchez ya adelantó ayer que su cliente es insolvente. Para él pide la absolución por falta de pruebas y, en todo caso, considera lo ocurrido un homicidio por imprudencia y no un asesinato.

El hermano de la víctima denuncia amenazas de la banda latina DDP

A diferencia de la Fiscalía, el abogado de la familia del fallecido está convencido de que los cuatro acusados (tres menores y un adulto) están vinculados a la banda latina Dominican Don’t Play (DDP), organización ilegalizada por el Tribunal Supremo en 2013 y que supuestamente les habría dado protección.

Por esa razón, además de asesinato y tenencia ilícita de armas, el letrado Carlos Vela los acusa de pertenencia a grupo criminal. No obstante, al ser menores de edad, aunque se sumen los delitos nunca podrán ser condenados, en el caso de que se pruebe su culpabilidad, a más de ocho años de internamiento.

El hermano de Sami Hamidi dijo este lunes a la juez de menores que desde la muerte del joven han estado recibiendo amenazas de los DDP. La acusación mantiene que el día del crimen había numerosos miembros de la banda latina en el entorno de las calles Princesa y Dato. "Permanecieron vigilantes desde su posición, sin intervenir activamente pero dando cobertura (...) para acabar violentamente con la vida de Sami Hamidi". El arma del crimen nunca fue encontrada

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