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El examen de los móviles revela que Iván Pardo tardó tres horas y media en pedir asistencia para Naiara y no dos como dijo

Los wasaps indican que su madre y su hermano conocían los maltratos a la niña. El primer forense que examinó al acusado dice que fue consciente de sus actos "pero no pensó que llegaría ese desenlace".

Iván y Carlos Pardo y su madre, Nieves, en el banquillo de los acusados por el presunto asesinato de Naiara.
Iván y Carlos Pardo y su madre, Nieves, en el banquillo de los acusados por el presunto asesinato de Naiara.
Javier Blasco/EFE

Iván Pardo Pena tardó unas tres horas y media en pedir asistencia sanitaria para su sobrina Naiara después de que esta se quedara inconsciente y sin respiración como consecuencia de las terribles torturas que le había infligido y que le provocaron la muerte. Así lo revela el examen de los teléfonos móviles que realizaron los expertos tecnológicos del Servicio de Criminalística la Guardia Civil, los cuales han declarado este martes como peritos en el juicio por el asesinato de esta niña de 8 años por el que el principal acusado se enfrenta a la pena de prisión permanente revisable

Y es que al estudiar el contenido de los teléfonos móviles de Iván Pardo y de sus dos sobrinas, menores de edad, que estaban en el domicilio con él mientras llevó a cabo las torturas, encontraron en el historial de internet búsquedas de temas como 'desmayo par de horas sin sensibilidad', 'qué hacer en caso de conmoción', 'cómo hidratar a una persona inconsciente' o 'traumatismo de cráneo' que se realizaron sobre las 14.00, por lo que los investigadores sostienen que la niña llevaba inconsciente desde las 12.00 y la llamada al 061 no se llevó a cabo hasta las 15.38.

Además, los peritos de la Guardia Civil creen que el historial de llamadas también prueba que Iván Pardo, su madre, Nieves Pena, y una de sus sobrinas tuvieron contactos " a tres bandas" la mañana que se llevaron a cabo las torturas a Naiara ya que contactaron telefónicamente a las 8.25 y las 9.46 de aquella mañana del 6 de julio de 2017. "Mientras sucedían los hechos estuvieron hablando entre ellos, aunque no sabemos de qué", han dicho al respecto. 

Los wasaps también indican, según la Guardia Civil, que tanto Nieves como Carlos eran conocedores de los malos tratos que sufrió Naiara en los días previos a su muerte. En un 'chat' entre el acusado y su hermano, se intercambiaron un vídeo en el que aparecía la víctima de rodillas sobre unas piedras y llorando y en los mensajes posteriores que se cruzaron atribuyeron el castigo a su madre por no haber hecho los deberes en un plazo que le había dado. "Ahora se queja de que le duele", decía Iván entre risas en un audio. 

También recuperaron una foto de Naiara con orejas de burro que envió la sobrina mayor a Iván y en la que aparecía una silueta de mujer al fondo que los investigadores de la Guardia Civil han identificado como Nieves Pena sin ningún genero de dudas. Además, la sobrina le envió un wasap al acusado pidiéndole que llevara a casa más piedras y ortigas para la "tigresa" -en referencia a la víctima- porque las había tirado y la abuela le había "calentado". Y han hecho hincapié en que en ninguno de los wasaps estudiados sus familiares le piden a Iván que detenga los castigos

En un chat con un amigo, que le había enviado la noticia que publicó en su día Heraldo sobre la investigación de la muerte de Naiara, la sobrina reconocía que no se había caído por las escaleras, como le había dicho en un principio. 

Los expertos de la Guardia Civil también han destacado la importancia de otra foto tomada a Naiara el 4 de julio, tres días antes de su muerte, en la que no aparecían las heridas de las rodillas ya cicatrizadas que fueron halladas en la autopsia por lo que creen que esas lesiones se las infligieron en esas 48 horas antes de su fallecimiento.    

Exámenes psiquiátricos del acusado

En la sesión también han testificado cuatro psiquiatras forenses que examinaron a Iván Pardo, dos de ellos pocas horas después de ser detenido por la muerte de Naiara y los otros dos ya durante su estancia en prisión. Los primeros han asegurado que durante su reconocimiento, Iván Pardo se mostró "en estado depresivo reactivo, nervioso con una actitud inmóvil y reconocimiento los hechos". No obstante, no apreciaron ninguna patología que indicara una pérdida de sus capacidades volitivas y cognoscitivas. En este sentido, han asegurado que fue "consciente" de lo que había hecho y que les aseguró que "su intención no era hacerlo ni pensaba que iba a llegar a ese desenlace". Una justificación que consideraron "sincera".

Mientras, los médicos que le visitaron en la cárcel de Palencia para realizar un informe sobre su imputabilidad, es decir, para determinar si es responsable y sabía lo que hacía y las consecuencias de sus actos o no, han coincidido con sus compañeros en que no presenta ninguna patología psiquiátrica que alterara sus capacidades y que, por tanto, fue consciente de sus actos. Han reconocido que cuando tenía 16 años, tras operarle para quitarle un tumor benigno en la cabeza, le diagnosticaron un trastorno orgánico de personalidad, pero han rechazado que le hubiera podido influir, recalcando que desde entonces hasta ahora, que tiene 37 años, no había protagonizado ningún episodio de agresividad. También descartan que actuara por un arrebato u obcecación ya que no hubo ningún estímulo tan importante como para alterarle psíquicamente y, además, las torturas se prolongaron mucho tiempo.

Por otra parte, también han testificado los agentes de la Policía Judicial que hicieron la inspección ocular de la vivienda donde se produjeron los hechos y que han constatado el "absoluto desorden" que se encontraron. Además, han relatado las numerosas pruebas de las torturas que recogieron en casi todas las habitaciones (la raqueta eléctrica con la que le dio descargas, el calcetín con el que le tapó la boca, los grilletes con los que evitó que huyera, toallas manchadas de sangre, una botella de amoniaco que usó para intentar despertarla cuando estaba inconsciente, trozos de cuerda, agujas y alfileres, un cinturón...). En muchos de estos objetos sus compañeros expertos en biología encontraron restos de ADN de la víctima y del acusado.   

Las defensas piden la nulidad del juicio por un registro "ilegal"

Tras el final de las pruebas periciales, la Fiscalía ha modificado su escrito de calificación para introducir únicamente una petición adicional de libertad vigilada de 10 años para Iván Pardo a cumplir una vez satisfecha la posible condena penal y ha mantenido su solicitud de prisión permanente revisable, al igual que las dos acusaciones particulares. Tampoco ha cambiado su petición de 3 años de cárcel para Carlos Pardo y Nieves Pena por un delito de violencia física y psíquica en el ámbito familiar. 

La sorpresa ha llegado en el turno de las defensas, que han coincidido en reclamar la nulidad del juicio argumentando que se habían enterado esta misma mañana de que el registro que se practicó en su día en el domicilio donde ocurrieron los hechos en compañía de Iván Pardo se realizó sin abogado lo que, a su juicio, supone que todas las pruebas recogidas allí están "viciadas". Aun así, también han mantenido sus peticiones iniciales de un concurso de un delito de lesiones y otro de homicidio para Iván Pardo y de absolución para Carlos Pardo y Nieves Pena.

  

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