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El acusado de asesinar a Naiara justifica las torturas a la niña por su "estrés laboral" y niega que la matara premeditadamente

Iván Pardo, que solo ha querido contestar a las preguntas de las defensas, ha exculpado a su hermano, Carlos, y a su madre, Nieves, de los presuntos malos tratos que les han llevado también al banquillo.

De izquierda a derecha, Iván Pardo, principal acusado, junto a su hermano, Carlos, y su madre, Nieves, en la primera sesión del juicio por el presunto asesinato de Naiara.

"Lo achaco al estrés y al cúmulo de problemas que tenía con la empresa. No encuentro otra explicación". Así ha justificado Iván Pardo Pena las terribles torturas que infligió durante horas a su sobrina Naiara, de solo 8 años, en Sabiñánigo y que acabaron con la vida de esta pequeña el 7 de julio de 2017. Unos hechos por los que se enfrenta a la prisión permanente revisable -podría ser la primera condena de la pena máxima que se dicte en Aragón- en el juicio con jurado que celebra esta semana la Audiencia Provincial de Huesca. Además, ha exculpado a su hermano, Carlos Pardo, y a su madre, Nieves Pena, de los presuntos malos a Naiara que les han llevado también al banquillo.

El acusado, que se ha negado a contestar a la Fiscalía y a las acusaciones particulares que ejercen la madre y el padre biológicos de la víctima, ha admitido que castigó a Naiara por no haber hecho los deberes pero también ha negado que quisera matarla premeditadamente y que cuando se enteró de que había fallecido "se me cayó el mundo encima", ha manifestado.

Iván Pardo ha reconocido que había pasado "una temporada" enfadado con Naiara pero que en la época en la que ocurrieron los hechos el trato que tenía con la niña era "bueno". Y ha argumentado que se preocupaba de sus resultados académicos "porque era  inteligente pero le costaba mucho estudiar y quería mirar por su futuro".

Ha relatado que Naiara fue a pasar unos días al domicilio que compartían Iván, su madre y sus sobrinas, de 12 y 14 años, para que su prima mayor la ayudara con los estudios ya que Mariela, su madre, estaba trabajando interna en un hotel de Bielsa. Iván Pardo se encargaba de la supervisión de los estudios de sus dos sobrinas, a las que imponía "castigos" como no dejarles ver el ordenador, la televisión o el móvil, "pero no solían ser físicos", ha dicho.

Iván Pardo ha reconocido que castigó a Naiara con no acostarse hasta que no terminase los deberes y que antes de irse a trabajar -era vigilante jurado- dejó encargada a una de sus sobrinas de que cumpliera este encargo. "Y al volver y ver que no había hecho los deberes, entonces ya salté", ha señalado.

No ha descrito ninguna tortura y su declaración se ha limitó a resaltar sus esfuerzos por reanimarla una vez que Naiara se quedó inconsciente a consecuencia de las torturas. "Cuando noté que ya no se movía fue cuando reaccioné. Le dí un par de bofetadas a ver si se recuperaba y luego la llevé al baño y le puse un tapón de amoniaco en la nariz para ver si despertaba y le mojé la cabeza", ha descrito.

"Cuando noté que Naiara ya no se movía fue cuando reaccioné"

Llegó un momento en que no le encontró el pulso y comenzó a hacerle la reanimación cardio pulmonar y pidió a sus sobrinas que llamaran a los servicios de emergencias. A los sanitarios les dijo que se había caído por las escaleras. "Sabía que era una mentira que se iba a pillar, pero quería ganar tiempo para que se recuperase", ha dicho.

Iván Pardo ha dejado claro en varias ocasiones que ni su madre ni su hermano conocían los castigos que infligía a Naiara. "El único responsable soy yo", ha resaltado, al tiempo que ha desvelado que "recientemente" ha pedido "perdón" a Mariela Benítez por medio de una carta porque está "arrepentido". Y ha negado por último ser el autor de las supuestas fotos de vejaciones a Naiara que compartió con los otros dos acusados.

Escritos de calificación de todas las partes

En los escritos de calificación que se han presentado previamente, la fiscal María Ángel Hernández ha defendido la condena de prisión permanente revisable por asesinato para Iván Pardo por las agravantes de alevosía y ensañamiento; y de 3 años para la abuelastra y el padrastro de la menor, Nieves Pena y Carlos Pardo, por el delito de violencia psíquica y física habitual en el ámbito familiar

Mientras, Luis Marín, letrado de Mariela Benítez, madre de Naiara, también argumentó su petición de prisión permanente revisable para el principal acusado por un delito de asesinato al considerar que concurrieron las circunstancias para calificar los hechos así aludiendo, entre otras cosas, a que durante las torturas le colocó unas esposas atando las muñecas y los tobillos por detrás, cerró las ventanas de la casa y le metió un calcetín en la boca para que no se oyeran sus gritos de auxilio. Ha asegurado que su cliente le ha hecho el encargo de que "si su hija no iba a ver más la luz del sol, que el asesino tampoco viera más la calle". Y ha justificado que no acuse a su marido y padrastro de Naiara ni a la abuelastra de esta porque, a su juicio, los presuntos malos tratos que les atribuyen la fiscal y la otra acusación particular no coincidieron en el tiempo con el "acto criminal" de la muerte de Naiara.

Mientras, el mediático abogado Marcos García Montes, que representa al padre biológico de la víctima, Manuel Briones, ha solicitado también la prisión permanente revisable para Iván Pardo y ha incidido especialmente en la acusación que ha formulado contra el padrastro y la abuelastra de la Naiara de un delito de asesinato por omisión asegurando que "ambos estaban al tanto de los malos tratos que sufría la niña y colaboraban además con ellos". También ha criticado la posición de la representación legal de Mariela Benítez por no acusar a su marido y a su suegra. Finalmente, ha apelado a la "responsabilidad e independencia" del jurado afirmando que aceptará el veredicto "sea de culpable o de no culpable".

En cuanto a las defensas, María Gabasa, representante de Iván Pardo, ha hecho hincapié en que en su argumentación no va a apelar a la "locura" porque "mi defendido no lo está". Ha reconocido que su cliente acabó con la vida de Naiara "pero sin haberlo deseado y eso es lo que diferencia el asesinato del homicidio ya que no hay que estar loco para acabar con la vida de alguien". Por ello, ha calificado los hechos como un concurso ideal de un delito de lesiones y uno de homicidio. Además, espera que este juicio sirva de "homenaje" a Naiara "cuya muerte siento tanto como todos", ha recalcado. Y ha pedido al jurado "imparcialidad y no que lo comprendan, pero sí que entiendan que la mente del ser humano puede llegar a actuar así".

Por último, José Luis Vivas, que defiende al padrastro y a la abuela de Naiara ha insistido en que fue Mariela Benítez quien tomó la decisión de llevar esos días a su hija a casa del acusado para que sus primas la ayudaran a estudiar durante las vacaciones y no sus clientes. Y ha recalcado que más allá de que compartieran con el principal acusadofotografías de Naiara de supuestas vejaciones por mensajes telefónicos, "ninguno de ellos tuvieron una participación efectiva en los malos tratos". Y se ha apoyado, además, en la ausencia de acusación por parte de la madre de la niña "porque está convencido de que ni su marido ni la abuela tienen nada que ver". Por todo ello, ha pedido la libre absolución de ambos y ha señalado a Iván Pardo como "responsable exclusivo".

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