Sinhogarismo en Zaragoza: las entidades sirven cada día 423 comidas a personas sin techo y en exclusión social

“Desgraciadamente no bajan las atenciones y mucha de la pobreza que vemos es crónica”, aseguran desde la coordinadora de agrupaciones que trabajan con este colectivo.

Un voluntario sirve comida a las personas que acuden al comedor social del Carmen.
Un voluntario sirve comida a las personas que acuden al comedor social del Carmen.
Guillermo Mestre

En los comedores sociales que gestionan cinco de las nueve organizaciones que conforman la Coordinadora de entidades para personas sin hogar de Zaragoza se sirven diariamente una media de 423 comidas. Los comensales son hombres y mujeres que pernoctan al raso, protegidos bajo cartones, tiendas de campaña o un puente, o aquellos que perciben algún ingreso para alquilar una habitación y tener un techo sobre su cabeza pero no les llega para comprar alimentos.

Es uno de los datos que ofrece la memoria del año pasado de esta coordinadora, fundada en 1988, que también recoge que se facilitan 272 desayunos y meriendas y 172 cenas. Además, un total de 1.010 personas durmieron en sus centros de acogida. Unas cifras a las que hay que sumar las del albergue municipal. El balance también muestra que se hicieron 499 intervenciones con transeúntes y un total de 4.700 actuaciones con quienes acudieron a sus sedes y oficinas en busca de ayuda. En estas últimas cifras no se puede hablar de usuarios únicos porque una misma persona utiliza varios recursos.

De los 423 menús que se dispensan, el mayor número, 221, corresponden al comedor de la obra social de la parroquia del Carmen. Le siguen Sercade-Centro Social San Antonio (80), Hermandad del Refugio (52), Fundación la Caridad (40) e Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl (30). El resto de organizaciones que conforman esta coordinadora son Cáritas Diocesana, Cruz Roja, Fundación San Blas y Fundación Cruz Blanca.

Migrantes de América Latina y jóvenes magrebíes

“Desgraciadamente no bajan las atenciones y mucha de la pobreza que vemos es crónica, está enquistada”, asegura Ernesto Millán, gerente del Refugio, oenegé que ostenta la presidencia rotatoria de la asociación. La entidad entregó el año pasado alimentos a 1.032 familias, un 21% más que hace un año. El número de los sintecho que pernoctan a la intemperie en Zaragoza se ha disparado casi un 30% en un año. El censo actualizado el pasado noviembre por el Ayuntamiento los cifró en 163, de ellos la mayoría hombres, 140, frente a 18 mujeres y cinco personas de las que no se pudo determinar su sexo.

Una opinión que comparte la trabajadora social del comedor del Carmen, Ana Lausín. En este 2024 ya se han alcanzado los 280 comensales. Llama la atención sobre el “cambio de perfil” que se ha producido. A lo largo del año pasado llegaron muchos inmigrantes de Colombia, Venezuela y Perú, incluidas familias con niños pequeños que “entraban con visado turístico y un viaje que incluía el vuelo de avión hasta Madrid, una noche de hotel y el traslado a Zaragoza”. En estos casos el problema es que hasta que no finaliza su visado de tres meses no pueden acceder a ningún tipo de ayuda o prestación de las administraciones.

Lausín comenta que se ha encontrado con “gente muy cualificada, con una formación alta, y pequeños empresarios” que huyen de sus países por la situación política y la inseguridad y que “no están acostumbrados a pedir, es algo que se nota”.

Desde comienzos de este año viene detectando una gran afluencia de jóvenes migrantes, de entre 18 y 30 años, de origen magrebí, sobre todo argelinos y marroquíes. Probablemente como consecuencia de las llegadas de cayucos a Canarias, además de chicos que cumplen la mayoría de edad, dejan de estar tutelados por la Administración y se encuentran en la calle sin un programa de transición a la vida adulta al que acogerse.

Ocho plazas para convalecientes de enfermedad

Una de las reivindicaciones estrella de la coordinadora a lo largo de 2023 fue la creación de un recurso específico para acoger y cuidar a convalecientes de una enfermedad grave o en tratamiento tras el cierre de Las Casitas, un alojamiento con 10 plazas y  más de 25 años de trayectoria gestionado por la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl que acabó cerrando.

La solución está por fin "bastante bien encarrilada", asegura el gerente del Refugio, tras las reuniones mantenidas con los Departamentos de Sanidad y Bienestar del Gobierno aragonés y el Ayuntamiento de Zaragoza. Habrá ocho plazas disponibles para cuidar a sintecho convalecientes de una enfermedad grave o en tratamiento tras un ingreso hospitalario. Cuatro estarán en el albergue municipal y otras cuatro en la Hermandad del Refugio, que suscribirá un convenio con el Ejecutivo autonómico. 

Se ha constituido una comisión formada por representantes de todas las partes que decidirá quién ingresa, cuándo y en qué lugar hasta que se encuentre completamente recuperado. Falta por "perfilar el protocolo sobre estas derivaciones", avanza Millán, que se muestra satisfecho con el acuerdo que se ha alcanzado.

La memoria de 2023 también muestra otros recursos de los que disponen. Así, cuentan con un total de 246 plazas en viviendas y pequeñas residencias (de ellas 67 conveniadas con el Ayuntamiento), otros 172 puestos en centros de día y 22 en centros de adicciones.

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