El pueblo de Obón busca gente para llevar el bar

Cerrado desde septiembre, los vecinos lamentan haber perdido el que ha sido durante años su centro de reunión, además del único negocio abierto en esta localidad turolense.

Calle de Obón
Una calle de Obón, en una imagen de archivo
Laura Uranga

Desde hace cuatro meses, cuando cerró el bar del pueblo y se fue su última trabajadora, Obón luce más triste que de costumbre. Ha perdido su centro neurálgico y de reunión y los vecinos de este pueblo turolense en el que viven apenas 30 habitantes lamentan que así cada vez va menos gente.

“Ahora en invierno si quieres ver a alguien, o vas al bar o no hay un sitio donde la gente se junte. Yo pertenecí al ayuntamiento y conseguimos que hubiera todos los días un sitio abierto con ayuda de la Diputación. Es muy triste para los abuelos y la gente de aquí que no haya nada… que se junten en un sitio con un poco de calor simplemente a estar. Y eso era el bar”, comenta Mario Coscolín, vecino de la localidad.

José Ángel Villuendas, alcalde de Obón, coincide en la importancia que tendría para todos ellos contar de nuevo con este servicio que fue remodelado recientemente. “Estuvimos un mes haciéndole un lavado de cara para sacarlo a concurso. Estuvo 20 días publicado en el Boletín Oficial, pero no recibimos ninguna persona interesada. A nivel personal me llamó una pareja de un pueblecito de al lado, les invité a venir, pero ya no respondieron así que imagino que les surgió algo…”, cuenta.

José Ángel Villuendas, alcalde de Obón: "Sé que es complicado convencer a gente de que se mude a un pueblo tan pequeño… Pero también tiene muchas cosas buenas. La calidad de vida y de sus gentes, el trato y la cercanía con los vecinos, el turismo en fines de semana y verano…"

Tanto el alcalde de Obón como los vecinos consultados reiteran que es un pueblo pequeño, pero que en puentes y en fechas concretas “tiene bastante afluencia”, y más allá de esta, el bar es “un servicio muy importante en los pueblos”. “Es un centro social, porque llegas ahí y, sobre todo ahora en época de invierno que cada uno está en su casa encerradito, si no vas al bar no sabes ni quién está. Para muchos es su vía escape y diría que la principal para relacionarse”, reitera Villuendas.

Mientras siguen buscando trabajadores que se hagan cargo de este establecimiento rural, cuyo anuncio han ido moviendo a través de las redes sociales, el Ayuntamiento y otros vecinos de Obón han ideado una solución temporal para quienes más echan en falta este espacio. “Tenemos un local medio habilitado para que puedan juntarse. En el pueblo viven 30 personas, y el bar lleva desde septiembre cerrado que nadie se presenta. Han preguntado, pero nadie viene”, lamenta otro vecino.

Maribel Serra, una cocinera barcelonesa cuyos padres eran de Obón, llevó el bar del pueblo durante dos años. Ahora trabaja en la capital aragonesa, pero asegura que sigue yendo y que le gustaría que el bar abriese de nuevo. “Tengo mi casa allí y para fiestas y demás siempre vuelvo. El bar lleva desde septiembre cerrado. Me gustaría que volviera a abrir pero lo tienen difícil ahora”, comenta.

El invierno, como en la mayoría de los pueblos y especialmente en la ‘España vaciada’, no invita a estar en las calles, donde es más difícil encontrar gente, y más si no hay un lugar de reunión o un comercio abierto que dé servicio a sus habitantes. Por el contrario, los fines de semana, las vacaciones y el buen tiempo llenan de vida estos pueblos y constituye una de las razones para “animar” a quien no tenga trabajo, haya perdido el empleo o quiera vivir en el medio rural a llevar el multiservicio rural “El Horno”, como se conoce al bar de Obón.

Desde el Ayuntamiento insisten en que se trata de un negocio “rentable” que ha funcionado bien “durante mucho tiempo” y están dispuestos a ponerle una vivienda temporal a quien se anime a llevarlo (si es de fuera) y necesita mudarse a la localidad. “Aquí es el único negocio abierto, no hay nada más, solo el bar. Y aunque en el concurso no sale, como no conseguíamos a nadie, hemos habilitado un espacio para que si alguien viene provisionalmente pueda quedarse”, explican desde el consistorio de la localidad, que hace un llamamiento a gente comprometida con el trabajo y el medio rural.

“Tenemos en las antiguas escuelas del municipio un piso para quien venga, y está a un minuto andando del edificio donde están la tienda multiservicios y el bar. La cuota por el alquiler del establecimiento son 2.000 euros al año (unos 166 al mes)"

“Hemos dejado un par de teléfonos de contacto, correo electrónico y móvil para cualquier cosa. Tenemos un edificio entero que es multiservicio y se abrió en 2018, con una cocina bastante equipada y en la parte de arriba habilitamos también una tienda. La concesión es del bar y de la tienda del municipio, de ambos establecimientos, y queda por terminar la última parte de la obra que es el salón social y la vivienda, pero por problemáticas de ayudas y subvenciones, cambios de gobierno etc., se está retrasando un poco más”, explica Villuendas. Donde no llegan las instituciones lo hace la buena intención de sus vecinos, que se han comprometido a ayudar en lo que buenamente puedan.

“Tenemos en las antiguas escuelas del municipio un piso para quien venga, y está a un minuto andando del edificio donde están la tienda multiservicios y el bar. La cuota por el alquiler del establecimiento son 2.000 euros al año (unos 166 al mes), porque es una infraestructura que hay que ir manteniendo, pero si podemos facilitar el pago de la luz, que hemos condenado alguna vez al gestor, estamos abiertos a ello y con toda facilidad de pago, que no obligamos a hacerlo mes a mes. Si después de verano o de puentes la persona que lo lleve ha recaudado lo suficiente y ve viable hacer el ingreso, damos flexibilidad de pago y estamos abiertos a ayudar en la medida de lo posible para ello”, añade el alcalde, que insiste a su vez en la viabilidad del negocio para que no tengan miedo quienes se animen a cogerlo.

“En su momento conseguimos que hubiera todos los días un sitio abierto con ayuda de la Diputación, y ahora que tenemos un bar en condiciones solo necesitamos que venga gente"
Una vista de Obón.
Una vista de Obón.
Laura Uranga / HERALDO

“Este es un pueblo de 30 personas, pero el negocio siempre ha sido rentable y lo podemos demostrar. Sé que es complicado convencer a gente de que se mude a un pueblo tan pequeño… Pero también tiene muchas cosas buenas. La calidad de vida y de sus gentes, el trato y la cercanía con los vecinos, el turismo en fines de semana y verano… Aquí en mayo, junio, julio y agosto haces las mismas cajas que un bar de Zaragoza y compensas el invierno, donde el bar tiene una función social: es el sitio donde se reúne muchas veces la gente que no va ni a tomar café, sino a jugar a las cartas y entablar conversación con los demás”, subraya un vecino de la localidad. A su juicio, Obón puede presumir de tener hoy un bar “en condiciones”, al que han dedicado muchas horas de trabajo y papeleo para que diera servicio todos estos años.

Con la esperanza de abrir de nuevo, hacen un llamamiento a quienes se encuentren sin trabajo o estén pensando en mudarse al medio rural, donde les esperan –dice- con los brazos abiertos y muchas ganas de colaborar. Otras experiencias anteriores avalan que es posible llevar el negocio y prestar este servicio de forma continuada para los vecinos de la localidad. 

Obón busca familia para llevar el bar y la tienda multiservicios del pueblo
Obón busca familia para llevar el bar y la tienda multiservicios del pueblo
Ayto de Obón

“En su momento conseguimos que hubiera todos los días un sitio abierto con ayuda de la Diputación, y ahora que tenemos un bar en condiciones solo necesitamos que venga gente. Tuvimos a una mujer que vivía en Barcelona, se quedó sin trabajo y sin nada, y su opción fue volver al pueblo de sus padres, y lo pudo llevar. En esa época no teníamos bar como tal, que era una especie de local público… Pero gracias a una subvención ahora es un edificio entero, todo nuevo. La última que lo llevó era una mujer que vivía allí, pero por problemas personales y de salud solo ha durado un año y no ha podido continuar. Ahora pensamos que para un matrimonio de mediana edad o una pareja de inmigrantes que quiera trabajo, igual es más fácil apoyarse entre dos y llevarlo juntos que estar uno solo”, cavilan desde el consistorio, dispuestos a dar facilidades a quienes se animen a “recuperar” y abrir para sus gentes lo que para los habitantes de Obón es mucho más que un bar.

“Yo lo veo como una segunda oportunidad para una familia. Para una persona sola es muy complicado estar allí. Pero para familias es un entorno muy tranquilo, hay cero conflictos, y la gente, como en la mayoría de pueblos, te abre la puerta de su casa para lo que necesites”, concluye el alcalde de Obón.

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