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La Deliciosa, el cáterin de Almonacid de la Cuba que no solo llena el estómago sino también el alma

Obdulia Franco es natural de Belchite y, tras años viviendo en Barcelona, hace diez regresó a la comarca. Al tiempo, montó este negocio personalizado para grandes eventos.

Obdulia Franco, en su cocina de Almonacid de la Cuba, desde donde lleva el cáterin La Deliciosa
Obdulia Franco, en su cocina de Almonacid de la Cuba, desde donde lleva el cáterin La Deliciosa
H. A.

Obdulia Franco es de Belchite pero parte de su vida la ha pasado en Barcelona. Allí estudió Marketing y montó una agencia de publicidad. Pero desde hace diez años, en parte para poder conciliar mejor su vida laboral y familiar, vive de nuevo en la comarca que la vio nacer. 

Su marido es de la vecina localidad de Almonacid de la Cuba, donde tienen su residencia y también su negocio. Este es La Deliciosa, un cáterin que, como dice Obdulia, no solo llena el estómago, sino también el alma.

Esta apasionada de la cocina puso en marcha su propio negocio hace cinco años. “Cuando volvimos al pueblo yo quería trabajar, porque lo había hecho toda la vida, y estuve buscando algo que supiera hacer y que pudiera funcionar”, explica. Anteriormente, por afición, había realizado cursos de cocina y esto la motivó a lanzar un catering. Así es como nace La Deliciosa, donde se mezclan el cariño por la cocina, los productos de cercanía y autóctonos de la comarca y la manera tradicional y artesana de elaborarlos que Obdulia aprendió de su madre y de su abuela. “Ellas me enseñaron el amor a lo nuestro, a lo de siempre y a lo sencillo”, añade. Con esta base, esta emprendedora cuida la presentación al detalle, dándole a sus elaboraciones un aire vanguardista y diferente a lo que se puede encontrar en otros cáterin.

Además, ella se encarga no solo de la comida, sino también de la decoración, y siempre que puede, echa mano de elementos de la zona, como hierbas salvajes, plumeros o ramas de olivo. La mayor parte de los eventos que organiza son bautizos, comuniones y bodas en la comarca de Campo de Belchite, aunque en estos años su nombre se ha ido dando a conocer y también ha prestado servicio en otras localidades más alejadas, como Caspe, Retascón, Ariño o Alloza. Desde mayo hasta verano, Obdulia experimenta un pico de trabajo, ya que es en estas fechas cuando más celebraciones se organizan. En estos casos, contrata a personal externo, como camareros, pero el resto del trabajo lo realiza ella desde su propia casa. En los bajos ha habilitado una cocina profesional, donde elabora todas sus creaciones. 

Obdulia Franco: "Con las diferentes texturas, colores, sabores, formas y acabados trato de llegar a todos los sentidos y conseguir que las percepciones de los comensales sean las máximas"

De sus fogones salen desde guisos de carne o codillos asados, hasta sushi, empanadillas argentinas, brioches, arroces o galletas, entre otros postres artesanales. Su carta es el resultado de la tradición y la innovación, con una presentación contemporánea y creativa. “Es como la gastronomía de hoy en día, que ya no es de supervivencia, como la de nuestros antepasados. Con las diferentes texturas, colores, sabores, formas y acabados trato de llegar a todos los sentidos y conseguir que las percepciones de los comensales sean las máximas”, resume Obdulia. Cuando entra en la cocina, se visualiza como una alquimista de los productos para conseguir que una comida sea un momento inolvidable, más todavía cuando se trata de una ocasión especial, como los bautizos, bodas o comuniones en las que suele trabajar.  

En sus servicios, llega a dar de comer a unas 200 personas, también en fiestas populares de los pueblos, como la próxima festividad de Santa Águeda en Belchite. Para ella, trabajar en el medio rural tiene, como todo, sus ventajas y sus inconvenientes. En el lado de los contras, Obdulia pone las comunicaciones, tanto de telefonía como de carretera. “Tengo una furgoneta muy grande y solo puedo acceder a Almonacid por una de las entradas, por la otra no cabe el vehículo. Y también solemos tener problemas con la señal de teléfono”, explica. Además, cuando necesita contratar a personal cualificado en la zona tampoco lo tiene fácil ya que quienes tienen la formación ya están trabajando. Pero, por otro lado, es consciente de que allí no tiene competencia y que darse a conocer entre los alrededor de 5.000 habitantes que tiene la comarca es mucho más fácil que abrirse camino en una gran ciudad. 

“Arranqué con el impulso de una subvención de la Diputación Provincial de Zaragoza y de Adecobel. Por ser mujer de más de 45 años en el ámbito rural he tenido ayuda"

En su caso, ha encontrado el apoyo incondicional del Ayuntamiento de Almonacid de la Cuba, que ayuda en todo lo que puede a esta empresa joven e impulsada por una mujer. “Arranqué con el impulso de una subvención de la Diputación Provincial de Zaragoza y de Adecobel. Por ser mujer de más de 45 años en el ámbito rural he tenido ayuda”, asegura. 

Pero el resto de la historia es fruto del trabajo de Obdulia, que cuida con mimo el producto de la zona y que cocina con el mismo cariño tanto para la familia más reducida como para los 200 invitados de una boda. Además de estas celebraciones familiares, el cáterin La Deliciosa también presta servicio en actos oficiales y de ayuntamientos, en eventos de empresa, en fiestas temáticas, en aniversarios o en convenciones. El servicio es personalizado para cada cliente pero hay dos cosas que nunca faltan: el amor y la pasión como ingredientes principales.

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