tráfico
El autobús que chocó contra la puerta del Carmen y otros insólitos accidentes aragoneses
Pérdidas de cabello de ángel, una kilométrica mancha de aceite, un coche fúnebre que arrasó seis árboles o un atasco que paralizó Zaragoza durante varias horas son algunas de incidencias de los últimos años.
"Un autobús se empotró ayer en la puerta del Carmen ocasionando graves daños al símbolo de la resistencia zaragozana en la Guerra de la Independencia". Con esa noticia desayunaron los aragoneses hace 25 años. A las 7.00 del 23 de febrero de 1997 un autobús con jóvenes que regresaban a la capital aragonesa después de una noche de fiesta en la sala Coliseum de Almudévar –parada de la conocida 'ruta del bakalao'- terminó en el lateral oeste del monumento.
La lluvia de madrugada –un rato antes ya se había accidentado un taxi en la misma glorieta- o un fallo de los frenos fue la primera hipótesis. Los Bomberos de Zaragoza y los técnicos del Ayuntamiento trabajaron durante más seis de horas, pero la puerta tuvo que ser restaurada posteriormente. Por suerte, no se registraron daños personales, solo materiales. Cayó una de las dos bolas que rematan la puerta y varias piedras –la mayor parte de ellas de arenisca- se desencajaron. El autobús hizo de contrafuerte a la par que impedía apuntalar el monumento. Aumentar la zona ajardinada fue una de las soluciones que se plantearon.
Este es uno de los accidentes que todavía permanece en la memoria ciudadana. En los últimos años, en Aragón han acontecido episodios como este, accidentes que, a pesar de su aparatosidad, quedaron en una anécdota sin víctimas ni heridos.
Menos de un lustro después del choque contra la puerta del Carmen, la capital aragonesa "se colapsó". La renovación de un colector en la plaza de Europa –además de algunos coches mal aparcados- formaron un cuello de botella y fueron el detonante de un "gran caos circulatorio". "El gran atasco" tituló HERALDO. El paseo de María Agustín, Valle de Broto, el puente de Santiago, San Vicente de Paúl, César Augusto, Gómez de Avellaneda, la calle de Santa Lucía, de los Diputados, de la Aljafería o la avenida de Pablo Gargallo fueron algunos de los "puntos negros" de ese 17 de julio de 2001.
En ocasiones se pierde el control de los vehículos y terminan en lugares un tanto curiosos. En octubre del año pasado un coche cayó a una zanja de las obras de la plaza de Salamero. El conductor, un octogenario que circulaba por la calle Morería, se vio sorprendido al ceder el terreno, según informaron fuentes policiales en ese momento.
También es recordado el coche que quedó 'atrapado' en un bordillo con vegetación del centro comercial de Puerto Venecia. En el vídeo se puede ver cómo usuarios y personal de la superficie intentaron ayudar a la conductora del vehículo.
Otras veces lo que llama la atención es el tipo de vehículo. Sin salir del entorno de este centro comercial, en enero de 2016 un coche fúnebre que circulaba por la avenida de Puerto Venecia se salió de la calzada. El conductor perdió el control y arrasó seis árboles que se situaban entre el carril bici y la carretera de salida del centro comercial.
El GPS no siempre es una buena ayuda, que se lo comenten a algunos camioneros. En el verano de 2020 un camionero ucraniano quedó atrapado en un camino de Graus por seguir al dispositivo. Unos días más tarde dos camiones se atascaron también en Montoro de Mezquita –pedanía de Villarluengo- cortando su principal acceso. Este tipo de incidencias obligaron a algunos Ayuntamientos a tomar medidas, como al de Plan, ante el aumento en el número de camiones lituanos atascados en este pueblo pirenaico.
Despistes, pérdidas de control, mala información del dispositivo de navegación o también averías. En la calle de Don Jaime I un autobús congestionó el centro de la capital aragonesa. El autocar, de la línea 35, acumuló hasta otros tres en fila.
Los incidentes de tráfico en ocasiones pueden ser dulces, aunque terminen con un final un tanto amargo. A un camión con bidones de cabello de ángel que circulaba por A-22 se le abrieron estos a la altura de Castejón del Puente. El contenido -8.000 kilos- cayó sobre la calzada y quedó pegado sobre el asfalto, lo que obligó a cortar uno de los de los carriles. El final no fue tan dulce como la mercancía, ya que el camionero fue investigado porque que se le atribuía un delito de conducción temeraria al comprobar que la carga no estaba sujeta.
Kilos de pipas quedaron esparcidos en la N-230, a la altura de Sopeira, al volcar el camión que las transportaba. Un total de 40 minutos estuvo cortada esta vía. El siniestro tuvo su espectacularidad, sin embargo, no se registraron heridos graves, el conductor tuvo lesiones leves.
Otro de los ejemplos, similar a los anteriores, ocurrió en el centro de la capital aragonesa, donde también hubo un derramamiento, en este caso de aceite. La kilométrica mancha fue provocada por un vehículo de FCC que circulaba por el paseo de Isabel la Católica cuando se le rompió el cárter y continuó su camino hacia Torrero.
