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Profesor y ‘guardián’ de la calidad alimentaria y el bienestar animal

Genaro Miranda de la Lama, de la Universidad de Zaragoza, ha sido elegido para incorporarse a un grupo de trabajo que velará por la calidad del transporte de animales en Europa.

Genaro Miranda de la Lama, investigador y profesor de la Universidad de Zaragoza.
Genaro Miranda de la Lama, investigador y profesor de la Universidad de Zaragoza.
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El investigador Genaro Miranda de la Lama, profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y miembro del Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2), ha sido seleccionado para formar parte del grupo de trabajo WG/AHAW/ Welfare FarmToFork dentro del Panel en Seguridad y Bienestar Animal de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

Miranda de la Lama formará parte de este grupo de trabajo durante el trienio 2020-2023, y su labor se enmarcará dentro de los objetivos generales de la EFSA, agencia que pretende contribuir a la seguridad de la cadena alimentaria de la UE y, por tanto, proteger al público de los riesgos para la salud, proporcionando asesoramiento mediante evaluaciones científicas, comunicando los riesgos y cooperando con los estados miembros y otros países para ofrecer un sistema de seguridad alimentaria coherente y de confianza.

"Se trata de un grupo de trabajo que pertenece a una comisión sobre salud y animales que va a establecer recomendaciones, no legislación, sobre diversos aspectos dentro de este ámbito", explica Miranda, quien trabajará en el campo del transporte de ganados como el equino, vacuno, ovino o caprino para los que "si bien en Europa tiene unos estándares muy altos, hay prácticas en las que la legislación puede perfeccionarse", añade. El grupo se encuentra en un proceso de recopilación de información sobre el asunto, un período que se prolongará seis meses.

Los animales, durante esta fase, "se exponen a impactos a los que no están acostumbrados, como ruidos, olores, movimientos…, que pueden suponer, si el transporte se hace en malas condiciones, que se alteren algunas propiedades de las canales, como el color, algunas cualidades organolépticas, e incluso reducir los rendimientos de la canal. Eso sí, sin suponer riesgo para el consumo humano", recalca el investigador.

La pandemia, principalmente en sus inicios, supuso un gran reto tanto para la producción alimentaria como para la logística. "Los animales transportados están en una lógica de mercado en la cual son sacrificados y en 24 horas llegan a la gran superficie. El sector supo mantener la eficiencia y no se produjeron desabastecimientos, lo que habla muy a favor del sector agroalimentario aragonés, español y europeo". 

Miranda incide en que el consumidor "recurrió a los productos de cercanía para poder cubrir sus necesidades esenciales en un momento en el que se nos limitó el derecho a salir de casa". "Además, es muy consciente de la calidad de estos productos a los que cada vez va a acudir más", vaticina.

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