Heraldo del Campo

año covid

En primera línea de la solidaridad desde el sector agroalimentario aragonés

Empresas, centros de investigación alimentaria y productores respondieron con sus donaciones a las necesidades más urgentes en los primeros meses de la pandemia.

Jesús Jurado, impulsor de la iniciativa ‘Ganaderos Solidarios’.
Jesús Jurado, impulsor de la iniciativa ‘Ganaderos Solidarios’.
J. J.

Casi desde el mismo momento que la población se encerraba en sus casas en marzo de 2014 comenzaban a hacerse habituales en las calles españolas aquellas imágenes que hasta ahora solo habíamos visto en la tristemente famosa ciudad china de Wuhan, en las que un grupo de personas pertrechadas con equipos de protección que parecían de guerra bacteriológica desinfectaban residencias, centros médicos y todo tipo de instalaciones públicas para combatir al temido coronavirus.

Ahí estuvo el sector agroalimentario. Los agricultores no se lo pensaron dos veces y, acostumbrados como están a tratar sus cultivos contra las plagas, se subieron a sus fumigadoras y se convirtieron en unos agentes más en lucha con el Sars-CoV-2 desinfectando un día sí, y otro también, las calles de sus pueblos, en muchos casos cargando a su propio bolsillo el gasto que tal labor podía suponer.

La expansión de la covid-19 generó en las primeras semanas de la pandemia un auténtico caos, tanto por la falta de equipos de protección para aquellos que batallaban en primera línea, como por la ausencia de respiradores para aquellos que luchaban por su vida en los hospitales e incluso por la falta de recursos económicos para adquirirlos en un complicado mercado en el que la demanda global y urgente se resolvía a golpe de talonario. Y ahí estuvo el sector agroalimentario. Sus centros de investigación, sus industrias -alimentarias y auxiliares- echaron mano de los equipos de protección que guardaban en sus almacenes para compartirlos con los sanitarios o con los trabajadores de las residencias que apenas disponían de EPI mientras miraban de frente al letal virus.

Donación de equipos de protección de la EEAD-CSIC.
Donación de equipos de protección de la EEAD-CSIC.
CSIC

La acuciante necesidad de los sanitarios de disponer de equipamiento de protección imprescindible (y escaso) para hacer frente al virus calaron pronto en el tejido empresarial aragonés. Apenas había pasado una semana desde que se había decretado el estado de alarma y el Gobierno regional y los agentes sociales unían esfuerzos para lanzar la iniciativa #AragónenMarcha, coordinada por CEOE Aragón. La respuesta fue inmediata y en apenas unos días la solidaridad se contaba por millones de euros. Ahí estuvo también la agroalimentación. De hecho, las primeros recursos llegaron de compañías del sector. Térvalis, Grupo Jorge, Grupo Costa, Grupo Arcoiris, Samca formaron parte de este grupo de firmas altruistas con las que fue posible reunir en los primeros meses de la pandemia donaciones por valor de 6,4 millones de euros con los que se pudo dotar al sistema sanitario de 4.749.000 guantes de nitrilo, 3.200.000 mascarillas quirúrgicas, 900.000 mascarillas KN95/FFP2, 15.000 test PCR y rápidos o un extractor de ADN para incrementar la capacidad de pruebas PCR.

No toda la solidaridad miró hacia los hospitales. Golpeadas durante la pandemia, las residencias y centro sociales también recibieron apoyos. Y allí estuvieron los agricultores y ganaderos. Una de las acciones que logró mayor repercusión fue la creación de Ganaderos Solidarios, una iniciativa que comenzó con una acción individual, la del ganadero oscense Jesús Jurado, que cuando aún no había terminado el mes de marzo cogió unos corderos de su explotación y los regalo a los trabajadores y usuarios de la residencia de su pueblo, Sariñena, en esos momentos afectada por un brote de covid. Nunca se imaginó que su gesto se extendería como una mancha de aceite por toda España y daría lugar a una plataforma solidaria que repartió carne de cordero a miles de afectados por la pandemia.

Tan en primera línea estuvo la solidaridad del campo que incluso ahí estuvo cuando se comenzaba a investigar para dar lo antes posible con una vacuna con la que derrotar al virus. Prueba de ello fue la iniciativa Over the Rainbow puesta en marcha por Grandes Vinos, la mayor bodega de la D. O. Cariñena, que lanzó al mercado un nuevo vino, acompañado con sus más selectos caldos, cuya recaudación (y su aportación particular) envió a Médicos del Mundo y #Yomecorono, una iniciativa puesta en marcha para recaudar fondos con los que impulsar la investigación y el desarrollo de vacunas contra el coronavirus.

Vino solidario para recaudar fondos para investigar una vacuna.
Vino solidario para recaudar fondos para investigar una vacuna.
G. V.
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