COVID-19, LAS CONSECUENCIAS DE LA PANDEMIA

Las comuniones en Aragón mantendrán este año sus fechas, pero tendrán límite de asistentes por niño

Las parroquias se regirán por el 50% de aforo para los lugares de culto, aunque recuerdan que "todo puede cambiar".

Estela Larena, de Boutique Royo, ayer en su establecimiento, especializado en ropa de comunión
Estela Larena, de Boutique Royo, ayer en su establecimiento, especializado en ropa de comunión
Oliver Duch

Las comuniones mantendrán este año sus fechas tras los aplazamientos impuestos por la pandemia, pero tendrán límite de asistentes por niño. Las iglesias, al igual que sucede con el resto de lugares de culto, siguen restringidas al 50% de su aforo, circunstancia que está obligando a las parroquias a ‘negociar’ la logística con las familias. Cada una podrá invitar a un máximo de parientes y allegados a fin de evitar las aglomeraciones, un número que variará en función de las dimensiones de cada iglesia.

Ya en 2020, la Archidiócesis articuló distintas fórmulas para mantener en todo momento las medidas higiénicosanitarias en las comuniones que se celebraron a finales de año, llegando incluso a duplicarlas o triplicarlas para garantizar la distancia social. Para las de los próximos meses sigue vigente la prohibición de cantar y el uso obligatorio de mascarilla. También se dispensará gel hidroalcohólico a la entrada.

Se está intentando, asimismo, que las familias no se comprometan con grupos numerosos, ya que, como recordaron desde la Archidiócesis, la situación puede cambiar "en cualquier momento" si se produce un repunte de casos y hay que volver al nivel 3 de alerta agravado, en el que el aforo quedaría limitado al 25%.

En las tiendas especializadas, la venta se está haciendo "por fascículos". "Empezamos ya en noviembre. Hubo gente que compró antes de Navidades y otros, cuando desconfinaron Zaragoza", apuntó Estela Larena, propietaria de Boutique Royo.

"La venta de trajes y vestidos de comunión no se ha resentido, pero sí hay más contención en lo que se refiere a hermanos y acompañantes"

Este año, señaló, las celebraciones estarán repartidas de abril a noviembre. "La venta de trajes y vestidos de comunión no se ha resentido, pero sí hay más contención en lo que se refiere a hermanos y acompañantes. Al no poder lucir como antes, muchos optan por reducir gastos", explicó. En su caso, el 90% de los niños que tenían previsto comulgar en 2020 lo hicieron. "El 10% restante cambió de fecha y ahora se arrepiente. Pensaban que a estas alturas estaríamos libres de covid y se han encontrado un panorama incluso peor", lamentó.

Los banquetes, por su parte, esperan trabajar con normalidad en los próximos meses y reivindican la necesidad de equipararse al resto de la hostelería, donde se permiten aforos de hasta un 30%.

Durante el confinamiento se vieron afectados más de 4.000 acontecimientos familiares o empresariales y 56 congresos, según explicaron desde Horeca Zaragoza. "Solo en el apartado de eventos privados y congresos, la ciudad de Zaragoza genera más de 100 millones de euros de forma directa", recordaron. El colectivo reiteró este martes su "compromiso total" con todos los aspectos que influyen en el desarrollo de eventos de estas características, desde la antelación previa, pasando por la prevención y el compromiso con los clientes, y espera que la vacunación y la disminución de las restricciones permitan revertir la situación actual.

Las bodas civiles se recuperan tras los atrasos

Las comuniones no son las únicas celebraciones afectadas por las restricciones contra la covid-19. En los bautizos, por ejemplo, se siguen utilizando bastoncillos de algodón para aplicar los aceites, un material que posteriormente se desecha y quema.

Las limitaciones se dan también en los enlaces civiles, a los que solo pueden asistir una decena de personas, siempre con mascarilla y respetando las distancias de seguridad. Muchas de las parejas que se están casando o se casarán en los próximos meses son, en realidad, las que aplazaron su boda en 2020 por la pandemia.

Aunque las hubo que pudieron darse el ‘sí, quiero’ a finales de año, muchas, viendo cómo estaba la situación, decidieron buscar fecha directamente en 2021. Fuentes del servicio de protocolo del Ayuntamiento de Zaragoza confirmaron ayer que, pese a que aún quedan huecos libres, el calendario empieza a llenarse de cara a mayo, junio y julio, meses en los que tradicionalmente suelen producirse la mayoría de los enlaces.

Los sábados siguen siendo, con diferencia, los días más cotizados. Muchas parejas, no obstante, siguen esperando a que el Gobierno de Aragón abra la mano y permita un mayor número de asistentes. El problema está en que, a pesar de la mejoría de los contagios y los ingresos en uci, las cosas están «igual que hace un mes».

El principal temor de los contrayentes es que una quinta ola complique todo aún más, de ahí que muchos sigan acudiendo al Ayuntamiento y enviando los correspondientes papeles al registro.

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