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El sector de las tintorerías, "hundido": "No tengo trabajo ni para mí como autónoma"

El empleo ha caído hasta un 50% en este año de pandemia tras la cancelación de eventos y el auge del teletrabajo. "El sector está hundido", afirman desde la Asociación de Tintorerías y Lavanderías de la región.

Trinidad Roy, propiestaria de Tintorería Delicias, este lunes en su establecimiento en Zaragoza.
Trinidad Roy, propiestaria de Tintorería Delicias, este lunes en su establecimiento en Zaragoza.
T. R.

Ángeles Burgaz, hija de tintoreros y a punto de cumplir 62 años, lleva toda la vida limpiando y planchando ropa. Dueña de Queen Tintorería -con dos establecimientos en el barrio de Delicias y en el centro comercial Gran Casa en el Actur en Zaragoza y con una plantilla de seis trabajadores- destaca que da "el 300%" para que el cliente se vaya contento, pero el problema es que este no entra a sus negocios. "Estamos preocupados. La situación es muy delicada; estamos en crisis y no sabemos cuándo se va a terminar. Nos ha afectado muchísimo a todos", se lamenta.

Las palabras de Burgaz reflejan la difícil realidad que vive el sector en la Comunidad, considerado esencial desde el inicio de la pandemia del coronavirus. Tal y como apunta Octavio Loriz -presidente en funciones de la Asociación de Tintorerías y Lavanderías de Aragón y propietario de la tintorería Europa-, tras un año de covid están trabajando "como mínimo" un 45%-50% menos. "El sector está hundido, como toda la economía. El trabajo no despega. Vivimos de los actos protocolarios entre comillas: bodas, bautizos, comuniones, pasos de ecuador, fiestas en general... No tenemos nada de eso. Y el teletrabajo también nos afecta bastante: cuando vas a la oficina te arreglas y en casa vas con un chándal y punto", explica.

También la responsable de Queen Tintorería habla de una caída del 50% de la facturación de su negocio. "El 60% de las ventas dependen de los eventos, incluidos los especiales de las Fiestas del Pilar y la recogida de armarios. Ahora lo que nos queda es la limpieza doméstica y desinfección de artículos de casa (alfombras, cortinas...), pero no compensa esa bajada", indica.

Un sinsentido

Burgaz califica de "sinsentido" la situación que atraviesa este sector en Aragón, que engloba a 50 tintorerías -la inmensa mayoría de proximidad- y 15 lavanderías industriales (según datos de la Asociación). "Tendríamos que estar desbordados de trabajo porque deberíamos tener una higiene exhaustiva y, sin embargo, estamos viviendo una crisis enorme. Contamos con personal formado, que debe saber un montón de cosas, y no tenemos trabajo para todos. Tengo gente que lleva conmigo 25 años y sufres por ella. ¿Qué futuro tenemos?", se pregunta. 

Ángeles Burgaz, dueña de Queen Tintorería, con dos establecimientos en Zaragoza.
Ángeles Burgaz, dueña de Queen Tintorería, con dos establecimientos en Zaragoza.
A. B.

Por su parte, Trinidad Roy, tercera generación de tintoreros y al frente de Tintoreria Delicias desde hace 15 años, tampoco pinta un panorama esperanzador. Llegó a tener dos empleadas a jornada completa, el año pasado tuvo que despedir a una que trabajaba varias horas a la semana y ahora cuenta con una sola persona a media jornada. "Estamos subsistiendo, aguantando el tirón. La facturación ha bajado un 40%. No tengo trabajo ni para mí como autónoma. Ahora escasamente se cubren gastos para mantener el puesto de trabajo. Ponemos dinero de nuestros ahorros para mantener a nuestra empleada, que es extraordinaria y pronto se va a jubilar. No hay demanda de trabajo y da pena ver la tienda así", afirma.

También la madre de Trinidad, dueña de Tintorería Rossell, se va a jubilar en breve. "Solo abre por las mañanas. Otros compañeros están en la misma situación: aguantando estos meses. Este 2021 va a ser duro, detrás de un cierre va a ir otro. A ver cuánto tiempo vamos a resistir; depende de los ahorros, de si el local es tuyo, de futuros despidos, etc", advierte.

Sin relevo generacional y ERTE

Mientras, el presidente en funciones de la Asociación de Tintorerías y Lavanderías de Aragón reconoce que en la tintorería de barrio no hay relevo generacional y que los Expedientes Temporales de Regulación de Empleo (ERTE) continúan. Octavio Loriz afirma que en los últimos meses han cerrado varios negocios por la pandemia y alguno por jubilación. "Es un oficio en el que la plancha es dura y son muchas horas de pie. Enero es un mes malo, febrero ha sido horroroso y marzo está siendo más horroroso. El sector necesita que vuelvan los eventos; la normalidad de la sociedad. Y promocionar un poco más la cultura de ir mejor vestidos", dice.

En cuanto a las reivindicaciones, el sector pide a nivel nacional bajar el IVA al 10% frente al 21% actual. "Y que se reciclara más la ropa; hacemos un bien al cambio climático porque la limpiamos para que se reutilice", sostiene Loriz, que también resalta que las lavanderías industriales en la que una parte importante de su trabajo depende de la restauración y hoteles lo están pasando "muy mal". "Hay alguna que vive de ropa de trabajo y que sigue funcionando. Pero el trabajo es nulo en cuanto a sábanas de hoteles y ropa de restaurante", añade.

Por otro lado, Trinidad Roy considera que el sector ha perdido clientes y facturación en cada crisis vivida y que toca reinventarse. Ella, dice, lo lleva haciendo hace años. Amplió servicios (como costura, confección a medida e incluso hicieron mascarillas al inicio de la crisis sanitaria), trabaja a domicilio y con todo tipo de limpiezas. "Y hay que estar al día en maquinaria y formación. Quedamos pocos tintoreros", concluye.

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