¿Pruebas de covid en las farmacias?

En Galicia ya han empezado a hacerlos, en Madrid se lo están pensando, pero en Aragón, de momento, no está sobre la mesa. Las farmacias se han ofrecido a hacer test de covid en sus establecimientos porque consideran que han sido “infrautilizadas” durante la pandemia. Los sindicatos de enfermería, sin embargo, ponen el grito en el cielo y aseguran que hay más intereses económicos que “beneficios por el bien común” en la propuesta.

Lo que se haría en las farmacias, como ya sucede en otros territorios, no sería un PCR sino un test de diagnóstico rápido de antígenos, en el que basta con un pinchazo (una toma de sangre) para conocer en 15 minutos si una persona está infectada o no. Es menos fiable y lo que detecta son anticuerpos por lo que puede dar “una falsa sensación de seguridad”, aunque a muchos pacientes les sirve para “salir de dudas”. Si se da positivo, entonces el cliente es enviado a un centro de salud para hacerse una PCR. Las posturas entre los profesionales de la salud están enfrentadas. Tanto, que incluso los equipos jurídicos de ambos 'bandos' amenazan con acudir a los tribunales para dirimir si hay “intrusismo” y defender las competencias de unos y otros.

"Desde el inicio del pandemia, la profesión farmacéutica en Aragón se ha puesto a disposición de la administración sanitaria. Lo mismo hemos hecho en esta segunda ola, que ya está afectando seriamente al funcionamiento de los servicios de salud y desbordando la atención primaria y hospitalaria. La farmacia aragonesa tiene una red capilar de 733 establecimientos sanitarios con 1.800 farmacéuticos que pueden sumar su capacidad para dar más alcance a la consecución de los objetivos en la lucha frente a la covid", explica Raquel García Fuentes, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza.

Los farmacéuticos lamentan que no se aprovechen sus recursos sanitarios en una situación tan crítica como la actual y argumentan que sus licenciados “tienen conocimientos en genética, bioquímica, biología molecular… Están facultados para poder participar y ayudar al sistema de salud a conseguir mayor número de pruebas en la población”, dice Mariano Esteban, jefe del Grupo de Vacunas de Centro Nacional de Biotecnología. A su juicio, las farmacias podrían haberse utilizado desde marzo para ofrecer información de calidad sobre el virus, dado que han sido un establecimiento esencial, “al pie del cañón”, desde el pasado marzo. “Todavía se nos cuestiona por parte de otros colectivos, pero la farmacia ha dado la talla con lo que le han dejado hacer. Es una lástima que sólo se nos haya puesto de actualidad por el precio de las mascarillas, que es algo secundario para nosotros”, dice Vicente Baixauli, de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria.

En el otro extremo de la argumentación se sitúan los médicos y los colegios de enfermería. El sindicato Satse y el Consejo General de Enfermería han mostrado su rotundo rechazo a la petición de las farmacias de poder hacer pruebas de la covid y también de poder vacunar contra la gripe. “Detrás de los bondadosos argumentos para administrar vacunas, hay un negocio privado que ya cobra su porcentaje en la venta de la vacuna como para también querer administrarla”, arguyen.

Aseguran que en las farmacias se pondría en riesgo la salud y seguridad de los usuarios porque “en los locales se da una confluencia de pacientes por distintas dolencias”. “Son espacios reducidos, sin circuito seguro de tránsito de personas y con menos garantías para la eliminación de residuos biológicos”, expone un comunicado que suscribe la Conferencia Estatal de Decanos de Enfermería. En el sindicato Stase, por su parte, explican que “la recogida de muestras requiere de una cualificación elevada, ya que en caso contrario pueden registrarse falsos positivos por una mala técnica”. Otro debate paralelo es encontrar una estrategia nacional de Salud para que las farmacias sean un socio más integrado, dado que su actividad también puede dar información a la administración pública. El actual incremento en las ventas de ansiolíticos, medicamentos contra el insomnio o, también, de pastillas y líquidos contra la sequedad ocular, bucal y de garganta pueden dar pistas de los refuerzos que han de tomarse en los centros de Salud.

Allí donde ya se están haciendo estas pruebas, en cinco municipios de Orense, el protocolo es sencillo. Hay que pedir cita previa en la farmacia, acudir con el DNI y, tras el pinchazo, esperar un cuarto de hora en el exterior de la farmacia. En caso de que la persona arroje un resultado positivo será derivada a un centro de Salud para hacerle un PCR. 

"Son procedimientos enmarcados en protocolos definidos por las autoridades sanitarias -explica Raquel García-. La farmacia comunitaria es el recurso más próximo y accesible al ciudadano, así como su experiencia en otros tipos de cribado y la posibilidad de contar con un sistema de registro dentro del sistema sanitario sitúan al farmacéutico en una posición idónea para poder ofrecer este tipo de pruebas", añade la presidenta zaragozana. La incógnita son los precios: ahora, y dada la alta incidencia del virus en Galicia, las pruebas de antígenos se hacen de forma voluntaria y gratuita; no obstante, se especula con que la tarifa oscilaría entre los 20 y los 40 euros si el experimento se extendiera a otras poblaciones.

Por último, unos y otros coinciden en advertir que los test para autodiagnosticar en casa la covid carecen de garantías sanitarias y “no están debidamente certificados ni su venta está autorizada”. Estas pruebas se popularizaron por un vídeo de una supuesta influencer (una exconcursante de ‘Gran hermano’), pero las autoridades sanitarias explican que no hay test de la covid autorizados que se puedan comprar a través de internet para hacerlos en el propio domicilio, “a pesar de la publicidad engañosa de algunas webs”. La Agencia Española del Medicamento aclara que los test para el diagnóstico del coronavirus “están indicados únicamente para ser usados por profesionales sanitarios".