aragón es extraordinario

¡Hágase la luz (y la música) en San Martín de la Virgen del Moncayo!

En la falda del Moncayo, este pueblo ducho en la interpretación de las partituras disfruta además de un entorno natural mágico frente al mismísimo coloso.

Paco Lamata dejó de dirigir la Banda Municipal de Música La Moncaína de Santa María de la Virgen del Moncayo en las pasadas Navidades, después de tres décadas en el cargo. Sigue siendo trompetista de la agrupación, “y percusionista si hace falta”, pero ahora centra sus esfuerzos en Ólvega (Soria), a apenas media hora, donde ejerce como profesor y director de la banda desde el año 2000. Paco es, ante todo, un moncaíno devoto. “Siendo de San Martín, me enorgullece ver todo lo que tenemos que ofrecer. Para empezar, el hecho de que siempre hayamos tenido el acceso tan directo al Parque Natural del Moncayo ha sido un hecho diferencial; tenemos el monte en la puerta de casa. El entorno es fantástico; hace unas semanas, cuando pudimos salir del confinamiento y volver a recorrer todo esto, nos dimos nuevamente cuenta de lo que tenemos. Todos los climas aquí mismo, una fauna y flora espectaculares, el detalle de las setas... un lujazo”.

La Moncaína también lo es todo para Paco. “He vivido la banda desde pequeño; mi padre, Cecilio, ya fue director durante muchísimos años. Que en un pueblo de 300 habitantes haya una banda de música con 50 miembros y escuela con una veintena de alumnos es increíble. Cuando yo era crío tuvo su momento de bache; a principios de los 70, la banda se quedó solamente con ocho músicos, pero los que quedaban nos enseñaron a la siguiente generación, de hecho, debutamos 12 nuevos en 1977. Desde ahí, todo para arriba. La DPZ ayudó con instrumentos y formación, además. Y es que somos de las más antiguas de Aragón entre las que nunca han parado su actividad. En 1853 ya apareció en un libro una referencia a la banda en San Martín, o más bien a su germen. El nombre de la Moncaína es de justo antes de la guerra”.

En el arranque de la década de los 30 hubo un hecho diferencial; el matrimonio formado por Salvador Gómez Sánchez, natural de San Martín, y la filipina Consuelo Roxas apoyó a la banda por dos vías: formación gracias a su hija Paquita, profesora de música y equipamiento, desde partituras a uniformes (de verano e invierno, con gorra) e instrumentos. Además, levantó la iglesia nueva de San Martín de Tours.

De aquél empujón y la tarea de los nuevos responsables surgió la energía para llegar hasta el día de hoy en activo, con una sonora celebración del 150 aniversario en 2003 y conciertos tan memorables como un intercambio en Basauri con una banda de txistus. Además, la asociación Entrambasaguas hace una tarea dinamizadora de la música en el sentido más amplio, y organiza el Moncayo Music Fest.

El relevo

Paco ha cedido el testigo en la dirección de La Moncaína a José Luis Albalate, de Alagón. “Empecé en el 90, tocaba en una orquesta y vivía en Zaragoza; entonces conocí a la que hoy es mi esposa. Estudié en el conservatorio para ampliar mis conocimientos musicales y titularme; luego dirigí a la banda de la Aljafería y la de las Delicias. Desde que entré a trabajar en Ólvega compaginaba con la dirección de La Moncaína, pero era agotador y vi que debía dejarlo, aunque sigo siendo músico de la banda como trompetista, instrumento en el que tengo el título superior. Para la banda también es bueno un cambio, nuevos aires”.

La subida al Moncayo desde el pueblo, una opción inmejorable

Desde el casco urbano de San Martín de la Virgen del Moncayo hay varias rutas senderistas sencillas, para todos los públicos en cuanto a pendientes y distancias moderadas; especialmente accesible es la Ruta de la Calera, de cuatro kilómetros, y también son sencillas la del Frontón y la de La Dehesa. Los aficionados a la micología tienen además doble aliciente en la zona, por las clásicas batidas de otoño... y las jornadas primaverales, organizadas por la Asociación de Micología de San Martín, que tiene más de 200 socios. No obstante, las rutas estelares de la zona conducen a las alturas, al Santuario primero y a la cumbre del Moncayo después.

Primero, coche: luego, piernas

Para llegar al Santuario de la Virgen del Moncayo y marchar desde allá a pie hacia la cumbre hay que tomar una pista de casi 12 kilómetros desde Agramonte, en la zona próxima al famoso sanatorio abandonado. Lo habitual es dejar el vehículo en el aparcamiento de Haya Seca, caminar los aproximadamente 700 metros que separan ese punto del Santuario (donde hay un excelente hotel y restaurante, por cierto) y marchar desde ahí, primero por bosque y luego a zona despejada para alcanzar la llamada Hoya de San Miguel. La opción de seguir el camino directo a través de la Hoya exige buenas piernas, porque se trata de un camino con fuerte pendiente; la mayoría de los visitantes suele optar por subir en zigzag, algo más manejable para todo tipo de paseantes.

El camino continúa hasta el Collado de las Piedras; a un ritmo normal se suele tarda algo más de una hora; luego se sigue hacia la parte noroeste hacia una antesala de la cima y poco después a lo alto del Moncayo. Las vistas son impresionantes; vale la pena deleitarse un buen rato con el espectáculo.

Agramonte

Pegado al término de San Martín está la pedanía turiasonense de Agramonte de Moncayo, que albergó desde los años 40 un sanatorio para enfermos de tuberculosis, después de que se concibiera originalmente como centro de recreo y ocio para la clase trabajadora. El sanatorio cerró sus puertas en 1979 y no ha vuelto a abrir, quedando en estado de absoluto abandono. Una serie de leyendas sobre fenómenos paranormales lo convirtieron en lugar de peregrinación de curiosos, pero lo cierto es que su principal peligro es el de derrumbe de algunas zonas del edificio, muy deteriorado en la actualidad.

Muy cerca del área del sanatorio, junto al aparcamiento del Parque Natural sito en la localidad, existe un Centro de Interpretación del Parque. Se trata de un análisis de los diferentes pisos bioclimáticos y de la diversidad de bosques según su altitud, muy visible en esta cara norte del Moncayo. Hay un audiovisual explicativo y una muestra interactiva que amplía la asimilación de la información geológica y natural; abre en fines de semana y festivos, de 10.00 a 14.00 y de 15.00 a 19.00. También se cuenta con un bar y restaurante justo detrás del Centro, que manejan los dueños del Hotel Gomar de San Martín.

La oferta hostelera y de servicios, una de las más completas de la zona

El hotel Gomar, con bar y 40 habitaciones, es la principal referencia hostelera en San Martín de la Virgen del Moncayo, y lo gestiona Cristina Calvo; también tiene desde 2012 el Rincón Las Hortensias, salón para eventos de hasta 300 personas con piscina, jardín, velador y un riachuelo al lado. También se cuenta en el pueblo con la Casa Rural La Milagrosa, el bar y restaurante La Flor (abierto todo el año, especialista en torreznos y brasa) con sus apartamentos La Flor del Moncayo, el bar y restaurante El Fogón, también abierto todo el año desde desayunos a cenas, La Corrala (cafetería y bocatería, amén de 16 apartamentos en tres plantas); el bar San Martín, en la parte alta, la panadería Lara, también tienda de abastos, y Ultramarinos Carmen, comercios siempre bien surtidos. Mención especial para la carnicería Angelines, con una extraordinaria longaniza de boletus.

SAN MARTÍN DE LA VIRGEN DEL MONCAYO

Cómo llegar a San Martín de la Virgen del Moncayo y curiosidades

Comarca. Tarazona y el Moncayo.

Cómo llegar. Desde Zaragoza, su capital de provincia, hay 92 kilómetros por la A-68 y la N-122 hasta Vera, y la CV-610 vía Trasmoz hasta San Martín.

El nombre. El pueblo se llama San Martín de la Virgen del Moncayo desde 1952 tras un acuerdo con el obispado de Tarazona. El pueblo es depositario de la imagen de la Virgen del Moncayo, que cede al Santuario homónimo el último fin de semana de junio para que pase dos meses allá.

Fiestas. El sábado más cercano al día 11 de noviembre se celebra el patrón del pueblo, San Martín. El sábado siguiente es el día de los mozos, y el siguiente al 22 de noviembre es Santa Cecilia, patrona de los músicos de la Banda La Moncaína.

Centro micológico. Gestionado por la Asociación Micológica en el centro del pueblo. Allá se orienta al visitante acerca de las setas que hay en el Moncayo; incluye una exposición de variedades.

Reportaje de la serie ‘Aragón es extraordinario’.

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