en primera persona

Diario de un confinamiento: Las noches en hibernación y un ‘tour’ por Wisconsin

Día 31. Hay que esforzarse en no hablar con los calcetines y en ahuyentar los pensamientos negativos, aunque sea poniendo un disco de Georgie Dann.

Walkers - The Walking Dead _ Season 6, Episode 16 - Photo Credit: Gene Page/AMC . [[[HA ARCHIVO]]]
Monstruos de 'Walking dead', pasen en orden, al fondo de mi cabeza hay sitio.
Gene Page/AMC

Se habla mucho del confinamiento creativo de Shakespeare y Cervantes. Pero, ¿saben a quién también le gustaba pasar sus días aislado? ¡Al carnicero de Milwaukee! Inferirá el amable lector cómo evoluciona el frágil estado de ánimo de este humilde escriba conforme se alarga la crisis...

Que qué hago tantos días solo encerrado en casa, me preguntan mis padres. Pues lo mismo que todos… Ponerme un calcetín en cada mano y hablar con ellos. Eso, y llorar bajo la ducha en posición fetal. Todo considerándome un héroe por quedarme en casa.

Me miro al espejo y me veo un bigote más poblado que Flanders. Me doy cuenta de que con las gafas de pasta y un poquico de aceite que me echara en el pelo podría pasar por un buen psicópata. La camiseta de tirantes, blanca pero grasienta, ya la llevo hace días. A ratos parezco a un tris de mudarme a una autocaravana y hacer una gira por el Wisconsin profundo.

Trato de abandonar los pensamientos negativos y enciendo la radio. Suena ‘Resistiré’. Luego ‘Color esperanza’. Noto mi carótida en ebullición y corro a hacer un exorcismo que me libere de este gusano cerebral. Trato de levantar el ánimo a toda costa y me pongo un disco de Georgie Dann. Pensando en su baile del tucán y sus mallas plateadas, me quedo traspuesto. Es normal, hoy apenas he dormido las diecinueve horas de rigor. En el duermevela escucho “el covidcito, el covidcito, cómo contagia, el pangolín”. Todos estos días, por más que intente dormir, descanso lo justo y no tardan en visitarme en sueños un festival de monstruos extraños. Anteayer soñé con los caminantes de ‘Walking Dead’ que se animaban a hacer el ‘tour’ por Wisconsin conmigo. Ayer fueron los seres de Lovecraft los que animaron mis pesadillas con sus caras con tentáculos tirando de mi soberano bigote. Esta noche ya no sé qué cosa terrible puede envenenar mis sueños. ¿La cabalgata de Reyes de Carmena? ¿Gallardón pintado de negro?

Como sé que no voy a poder dormir, recurro a una de esas útiles metáforas gubernamentales. Como la economía, decido entrar en hibernación. Me pongo en suspensión, como los ordenadores, haciendo tiempo para que mi mente reúna unos cuántos payasos diabólicos, empaladores valacos o cobradores del IBI, que -por cierto- me acaba de llegar. Quizá esta noche el carnicero de Milwaukee descubra los chorizos parrilleros de Georgie Dann. Qué sé yo…

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión