Movilidad

Más de una decena de líneas del bus urbano de Zaragoza rozan ya los usuarios que tenían antes de la pandemia

La 60 (Santa Isabel-Puente de Santiago) es la única que supera sus cifras previas con 580.324 viajeros, un 3,8% más.

Se recrudece la huelga del bus urbano en Zaragoza.
Varios usuarios esperan a subirse a uno de los buses de Zaragoza
Guillermo Mestre

Más de una decena de líneas del bus urbano rozan ya los usuarios que tenían antes de la pandemia. Las hay, incluso, que superan los registros de 2019, como ocurre con la 60 (Santa Isabel-Puente de Santiago), que cerró 2022 con 580.324 viajeros, un 3,8% más. El fin de la mascarilla, el desbloqueo de la huelga y el descuento del 50% en los abonos y las tarjetas multiviaje están dando aire al transporte público, que se recupera, décima a décima, de la fuerte caída provocada por la covid-19.

El 54, que cubre el trayecto entre Rosales del Canal y el tranvía, también tiene a tiro la marca de 2019. Entonces terminó con 347.743 usuarios, y en 2022 sumó 313.547, quedándose a un 9,8%. Sus números son muy similares a los del 52, que conecta Miralbueno con la puerta del Carmen. En este caso, la línea está a 163.453 viajeros de recuperar los 1.477.057 que alcanzó antes del estallido de la crisis sanitaria.

Las estadísticas del Consistorio revelan una mayor recuperación en los barrios más alejados del centro y con mayor dependencia del transporte público en el día a día. Se ve, por ejemplo, en la línea 59, la que utilizan los vecinos de Arcosur para enlazar con el tranvía, que está a menos de 14 puntos de volver a los 284.862 desplazamientos de 2019. 

La alta demanda es, de hecho, la razón que está detrás de la ampliación de la línea 60, que a partir de mayo llegará al intercambiador del Actur y a la avenida de los Estudiantes y el cruce con la A-123 de Santa Isabel, incorporando para ello un vehículo más, según consta el acuerdo que aprobó esta semana el Gobierno de Zaragoza.

En el extremo opuesto están líneas como la 51 (Príncipe Felipe-Estación Delicias) o la 41 (Puerta del Carmen-Rosales del Canal), que siguen a 26 puntos de sus registros previos, con una pérdida de 707.187 viajeros entre las dos.

La apuesta por el patinete eléctrico, las bicicletas y los desplazamientos a pie para recorridos cortos explica, en gran medida, semejante diferencia porcentual entre unas líneas y otras.

Esta situación, señala la concejala de Movilidad y Servicios Públicos, Natalia Chueca, sigue obligando a hacer un "importante esfuerzo presupuestario" para mantener el servicio existente. Desde el Ayuntamiento piden esperar "a que todo se normalice" para analizar "en profundidad y con rigor" cómo se han redistribuido los usos, un estudio imprescindible de cara a tomar decisiones a futuro, cuando tendrá que abrirse el debate de la reordenación de líneas.

Creen, en todo caso, que el hecho de que los ciudadanos no hayan sustituido el transporte público por el privado –las estadísticas de este último siguen siendo similares o inferiores a las de 2019– es "una buena noticia".

En términos absolutos, el 24 (Las Fuentes-Valdefierro) sigue siendo el más utilizado, con 6.406.748 usos. Esto mismo hace que sea uno de los que presenta un mayor margen de mejora, dado que se sitúa a 1,4 millones de viajeros del dato de 2019. También necesitan recuperar más de un millón el 42 (La Paz-Valle de Broto), el 39 (Venecia-La Jota-Vadorrey) o el 22 (Compromiso de Caspe-Bombarda).

En este punto se encuentra, asimismo, el 21 (Plaza Mozart-Oliver), otro de los que verá cambiado su recorrido desde abril para dar cobertura a los nuevos desarrollos urbanísticos de la ciudad. Antes de la covid alcanzó los 5,3 millones de usos, quedándose el pasado ejercicio en los 4,2, una diferencia de en torno al 21%.

En cuanto a los circulares, tanto el Ci1 como el Ci2 han recuperado ya prácticamente a ocho de cada diez usuarios, un dato similar al del C4, que une la plaza de las Canteras, en el barrio de Torrero, con Puerto Venecia.

Líneas nocturnas

Los datos oficiales confirman que las líneas diurnas se están recuperando más rápido que las nocturnas. El mal inicio de 2022 –que comenzó con un pico histórico de casos de covid a consecuencia de la variante ómicron– y el cambio de hábitos y la popularidad del ‘tardeo’ hacen que las siete estén aún a más de 30 puntos de la marca de 2019. El N2 (Plaza de Aragón-Arrabal) se quedó en 2022 en 16.159 usuarios, 10.848 por debajo de 2019, y el N6 (Paseo de Pamplona-La Cartuja), que es el que mejor parado sale en términos porcentuales, apenas llega al 68% de los viajeros que tenía antes, situándose en los 4.656.

El reto de este 2023, el primer año sin restricciones por la covid-19, pasa por recuperar los nada menos que 20 millones de usuarios que separan las cifras de 2019 y 2022, que cerraron con 94,1 y 73,8 millones de usuarios, respectivamente. Chueca insiste en que en las últimas semanas se está notando "una mejora visible"; una recuperación que achaca al fin del uso obligatorio de la mascarilla y que estaría acercando al bus a sus registros habituales, reduciendo las distancias al 8%.

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