aragón es extraordinario

Jorge Asín y su querida Borja, un amor serial y risueño que durará de por vida

El actor tiene sus raíces vivenciales en Borja, la localidad en la que ha vivido casi todas sus primeras veces

Jorge Asín es de Borja por ósmosis, arraigo, morriña y rasmia. Aunque no vive ahí, allí lo vivieron, y por allá viven sus recuerdos, que se encarga de renovar con la mayor frecuencia posible. "No había nacido yo cuando mis padres compraron casa en Borja, así que soy borjano antes de tener uso de razón, que igual es mucho decir lo de razón –ríe– y he ido a Borja todos los veranos, fines de semana, Semana Santa… es mi sitio, mis experiencias vitales han tenido siempre su primer capítulo en Borja: los amigos, los amores, las borracheras. También entendí enseguida lo que es el medio rural, y no hablo de entrecavar patatas, que también, sino de vivir en un sitio donde casi todos se conocen, que Borja tiene tamaño".

Jorge echa la mirada hacia atrás sin asomo de ira. "Mi vida borjana de mozo seguía el esquema habitual de salir por la mañana, llegar a comer, volver a irme, llegar a cenar, irme otra vez y no pasaba nada de nada. Como mucho, mi madre preguntaba ‘dónde has estado’, yo decía ‘por ahí’, y listos. Era maravilloso. Conservo la amistad del que siempre fue mi mejor amigo, y ninguno de los dos vivimos ahí ya. Mis dos hermanas se casaron con dos borjanos, mi madre estuvo viviendo en Borja una larga temporada cuando murió mi padre… la relación con la ciudad sigue, y es estrecha".

Pasear por las calles de Borja con Jorge Asín supone detenerse a menudo. Y no, no se debe a ser conocido gracias a la pequeña y gran pantalla; los saludos son sin alharacas, sin ‘selfies’, son ‘holajorgecuandohasllegadocuandotevas’. "Soy uno de ‘nos’ en Borja, claro, y voy menos de lo que quisiera. La gente conmigo es como ha sido siempre, sin más, y yo tan a gusto; ojo, que hace unos años fui pregonero de las fiestas y me hizo muchísima ilusión, junto con el pregón de Zaragoza que hicimos Marisol y yo, es el mejor honor de fiestas que he tenido".

Jorge tiene sus rincones favoritos de Borja. "Hay algunos clásicos como el campo del Toro, así se llama a la plaza de España, con varios bares; el parque, por todas las horas que eché en él… hay un sitio del que guardo muy buenos recuerdos, porque es el barrio en el que estaba mi casa, La Romería. Casitas bajas, a las afueras; es una zona que se armó en los años 50, no tiene más historia, pero sí forma parte de la mía. Además, mi hermana sigue viviendo ahí. El castillo también me encantaba, nos subíamos hasta arriba del todo; solo hay una parte de la muralla, pero tenía un punto tan estrecho que tenías que pasar en cuclillas o gateando… ahora ya no se puede subir ahí. Ahora que lo pienso, no sé cómo no me he matado 400 veces de crío".

El teatro Cervantes también tiene un eco especial para este borjano de corazón. "He actuado allí varias veces; con Marisol en obras que hemos montado, con los McClown… cuando llevamos ‘Tiempos modorros’ tuvimos que hacer pase extra, demasiada gente se quedaba fuera. Cerrar ese círculo fue chulo, después de tantas películas vistas allá. Sigue siendo cine, se proyectó ‘Bendita calamidad’ ahí, por ejemplo. Siempre que vamos con obras se llena, es una gozada. Y Marisol es de Ambel… jugamos los dos en casa".

Patrimonio, deleite, adaptación al medio y una reflexión en cadena

Jorge abunda un poco más en referentes locales de su interés. "Me gusta mucho la judería de Borja, debería ser más conocida; con ella pasó una cosa curiosa, vinieron descendientes de quienes vivieron aquí cinco y seis siglos atrás y alguno conservaba la llave de la casa de su familia, y la llave todavía abría la puerta. ¿Qué más? Bueno, la colegiata de Santa María es preciosa, el museo arqueológico me gusta mucho y, por supuesto, aunque me darán un capón por ‘quedabién’, la gente me encanta –ríe– pero es que es verdad, qué quieres que te diga. Y los fritos del Arraclán, que no falten. Siempre ha habido un ambientazo en Borja, muchos bares, las dos discotecas de cuando crío, San Baya y Espejos; bastante gente de Tarazona, que es más grande, se venía aquí de juerga".

Con el asunto del ‘Ecce Homo 2012’ hay que pasar de puntillas con los borjanos. No le hace gracia el tema a todo el mundo. Puntillas, pues. "A ver... fíjate que el día que publicó HERALDO la noticia, yo estaba en Borja, en casa de mi hermana, y me lo enseñó. Al principio pensamos que íbamos a quedar de maltratadores de arte, y no hizo gracia; luego ya se le fue viendo el beneficio para la ciudad… y ha dejado dinero hasta hace nada, hasta la pandemia; todos aquellos autobuses de turistas, el consumo en las tiendas y restaurantes... en fin, queda como un hito aquí".

Jorge recuerda que Cecilia Giménez, la protagonista de aquella llegó a participar en un ‘late night’ de Estados Unidos. "¡Se hizo un musical y todo! Es una historia muy americana, más aún por todo lo que ha pasado Cecilia en la vida, la pobre. Cuando sales fuera de España siempre hay alguien que conoce el tema".

Sin miedo al drama en medio de las carcajadas

Jorge no llega a los 50 en el DNI, pero ya lleva tres décadas de carrera. Acaba de terminar un par de proyectos fílmicos y su contador personal de películas ya llega al número 11. "Hace nada se rodó en Benasque una película de Álvaro Fernández Armero, el de ‘Nada en la nevera’, que se llama ‘A mil kilómetros de la Navidad’, lo pasamos muy bien en el rodaje y personalmente me hinchaba como un pavo cada vez que oía a los madrileños echar piropos al pueblo y al Pirineo. En Cádiz trabajé en ‘Lobo feroz’, otra película; es un ‘thriller’ que toca temas duros, mi papel lo es, por ejemplo. Dirige Gustavo Fernández, uruguayo, y actúan entre otros Adriana Ugarte, Juana Acosta, Javier Gutiérrez, Rubén Ochandiano y Antonio Dechent".

Las grabaciones de ‘Oregón Televisión’, de cuyo plantel forma orgullosa parte el intérprete borjano, no se han detenido en estos meses. Un programa de altos vuelos y largo recorrido en el humor local y nacional. "No paramos, no, así que ha habido momentos duros de agenda Cádiz-Zaragoza-Benasque, mucho kilómetro en plena pandemia, pero vale la pena. También participé en la serie ‘La fortuna’ de Amenábar; no ha faltado el trabajo en estos momentos tan duros".

Muchos cómicos aspiran a un papel dramático para probar su solvencia en otro registro; Jorge, más que probar, se atreve con todo. "Yo me apunto a lo que salga; estoy cómodo con las risas, pero ya te digo... en ‘Lobo feroz’ me he ido a la otra punta del personaje majete, soy un asqueroso total. De hecho, aviso desde ya a los padres que ven el ‘Oregón’: venid a ver la peli, pero sin vuestros hijos pequeños. A raíz de ‘Lobo feroz’ he descubierto un mundo de posibilidades en la producción, además; también hice ‘Otelo’ con Che y Moche hace años, de maltratador en un corto… creo que tengo la versatilidad suficiente. Y otra cosa: estoy escribiendo el guión de un cómic sobre Goya con Bernal, me hace mucha ilusión".

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.

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