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La historia de Aguas Tuertas, el increíble valle aragonés que el GPS confunde con otro de Cataluña
Este valle situado en el término municipal de Ansó, al que se accede por la selva de Oza, no tiene nada que envidiar al Parque Nacional catalán del mismo nombre.
El Parc Nacional d'Aigüestortes i Estany de Sant Maurici es el único parque nacional de Cataluña. Está enclavado en el Pirineo, dentro de la provincia leridana, en la zona del Boí. A sus vistas espectaculares y cascadas de fábula se une la posibilidad de hacer excursiones con raquetas de nieve en invierno, con mucha superficie hábil para esta práctica. Casi 200 estanques y varios tresmiles en el área lo convierten en un punto perfecto para amantes de la alta montaña. Su acceso en el Planell es un espacio totalmente llano, con bosque, pradera y un recorrido circular de pasarelas de madera adaptadas para silla de ruedas.
Pues bien, estas aguas tuertas catalanas tienen primas no tan lejanas en Aragón, que nada tienen que envidiar en belleza y recursos para el excursionista en la comparación con las leridanas; el valle de Aguas Tuertas, en el término de Ansó, es otro paraíso pirenaico separado de su pariente leridano por 236 kilómetros. Una joya del Parque Natural de los Valles Occidentales, apta además para hacer en familia.
No hay que confundir el valle de Aguas Tuertas (también se le llama Aguatuerta) con el museo serrablés de Aguas Tuertas. Para llegar allá se accede primero a la Selva de Oza, en el Valle de Hecho, pasar el campin y seguir por pista de tierra, apta para cualquier vehículo, hasta dejarlo aparcado en uno de los dos puntos habilitados en el valle de Guarrinza.
Aguatuerta: una excursión sencilla y fabulosa
Allí comienza la subida por una pista fácil, que asciende suavemente, y se empina un poco más antes de llegar a un pequeño refugio de pastores. Entonces ya se divisa el espectáculo: un río que serpea por un valle verde, haciendo eses, con las montañas flanqueándolo todo. El nacimiento del río Aragón Subordán está ahí mismo. También es interesante la Caseta del Duende, un dolmen llamado Achar Aguas Tuertas al que las leyendas atribuían el papel de guardián del valle.
Las opciones se multiplican: se puede caminar por el valle, siguiendo las revueltas del río que dan nombre al valle (tuertas o torcidas) hasta el magnífico ibón de Estanés, volver por el mismo camino al aparcamiento o hacer una ruta circular tomando el GR-10, lo que permite ver varias formaciones megalíticas en el valle de Guarrinza: lo más destacado es el llamado Conjunto del Mallo Blanco, que data del tercer milenio a.c. En definitiva, un paseo que ocupa una mañana, sin correr, para el que hay que pertrecharse bien; agua, bocadillo y, si es verano y hace sol, gorra o pañuelo para la cabeza, ya que no hay sombra en ningún sitio.
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