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Castejón de Monegros: mucho que ofrecer

El aprovechamiento del patrimonio arquitectónico se combina con el recurso natural más fotografiado y filmado de todos los Monegros, Jubierre

Tiene un montón de esa aplastante bonhomía aragonesa que se cincela en la mocedad y se educa un poco al saludar la edad adulta. Lleva de alcaldesa de Castejón de Monegros desde 2011, se entiende a la perfección con los vecinos de todas las edades y desgrana las bondades de su pueblo con una soltura pasmosa. «Ya sabéis que el año pasado hubo aquí un concurso internacional de piano, en varios escenarios, este año no ha podido hacerse nada, pero aquí no perdemos las ganas de llevar ideas a la realidad. En el castillo, donde está la ermita de San Sebastián, el exterior es más bonito que el interior, aunque se restauró para frenar las filtraciones, se puso tela asfáltica. Subimos el 20 de enero, día del patrón, y por San Isidro el 15 de mayo, día de los agricultores. Lástima que esté encalado hasta la mitad, pero para adecentarlo hace falta dinero que no tenemos. Por cierto, que desde ahí arriba hay una vista magnífica del pueblo».

Castejón también cuenta con la ermita de Santa Ana, y la impresionante parroquia de Nuestra Señora de la Lumbre impresiona desde el pórtico. «Tras el retablo mayor hay cerámica muy interesante, además. Es monumental, y lo más destacable es el atrio, con sus hermosos arcos. Antes de Santa Ana, la patrona era Nuestra Señora de la Lumbre, la Candelera, el 2 de febrero. Había una gran feria de ganado, y entonces esos arcos estaban abiertos. A ver si podemos volver a hacer algo allá».

A Ana se le encienden los ojos al hablar de Jubierre, el orográfico tesoro de Castejón al otro lado de la sierra que separa el pueblo del paisaje más arquetípico de Los Monegros. «Dice la leyenda que había allá un pueblo llamado Chuvierre; llegó la peste y murieron todos, menos una señora y su perro. Estaban al frente de Albalatillo e iban para allá, pero había crecido tanto el río que no pudo pasar, y entonces se subió a Castejón; por eso nos pertenecería Jubierre», explica Ana.

Lo más destacado que ocurre allá durante todo el año son los rodajes publicitarios; todos los televidentes conocen Jubierre consciente o inconscientemente. También se hace cine. «Lo que más hay son anuncios de coches, desde Jeep a BMW, Renault o Lamborghini este invierno; en largometraje que se han hecho allá son ‘Incierta gloria’ de Villaronga, que grabaron tres días, y los dos días de ‘Miau’ de Ignacio Estaregui que es aragonés, pero esto no para, ¿Sabes que Pablo Alborán también rodó un vídeo allá hace un tiempo? No nos enteramos que era él, porque el espacio lo reservan las productoras, pero luego sí lo supimos. ¡Habríamos bajado todas en fila –ríe– pero no pudo ser. Sí nos enteramos de un rodaje de Ruth Lorenzo, porque durmió en el pueblo y cenó en el bar, muy simpática».

Ana, eso sí, no tolera la caradura de los intrusos. «Hay gente que viene sin permiso; es terreno municipal, el día de rodaje cuesta 500 euros. Cuando detectamos un rodaje sin permiso les avisamos de que deben abonar la tasa si no quieren afrontar acciones legales. Los vecinos están concienciados; el regadío nuestro está allá, y los agricultores avisan de cualquier movimiento. Tampoco me parece desorbitado para ellos y, sin embargo, son ingresos importantes para el municipio».

Jubierre quiere al Nowhere y, ojo, el Nowhere ama a Jubierre

Hace casi dos décadas, el Nowhere Festival desembarcó en Jubierre. Inspirado en el Burning Man de Nevada, cuya historia se remonta a mitad de los años 80, el Nowhere es una reunión de espíritu ‘hippie’ que fomenta la creación cultural, la interactuación pacífica y el contacto con el medio que alberga la cita durante unos cuantos días en el arranque de cada verano monegrino. Están en la zona más o menos un mes entre el montaje, la cita y el desmontaje, y parte de su filosofía es no dejar huella; todo se limpia escrupulosamente. “Empezaron en una explanada, per les buscamos una ubicación mayor y más recogida, con el río cerca –explica Ana, que habla de estos visitantes ocasionales con indisimulado afecto– porque van siendo cada vez más, aunque no quieren crecer demasiado: 6.000 es el tope”.

Ahora tienen 35 hectáreas, tras unas permutas de lotes consensuadas con los agricultores. El festival tiene un camino de entrada y otro de salida, la privacidad deseada y un hueco, dolorosamente previsible, en el calendario de este 2020 maldito. “Los echamos de menos, y también echamos de menos esos 40.000 euros;pagan 10 euros por participante, y en 2019 fueron 4.000. La gente de Pirinea de Huesca fue adaptando el proyecto inicial a las nuevas necesidades, pararrayos incluidos, un gasto para el municipio en el que colaboraron también los organizadores del festival. Viene mucha gente de Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, pero se juntan hasta de 33 países; nos llevamos muy bien, también nos han extrañado mucho este pasado verano. Hay uno llamado Aqua que es ingeniero de la NASA, y mide los valores de agua en el festival todo el mes. Desconecta el móvil al bajar del avión, se pinta el pelo de azul y enciende el móvil un mes después. Un tío encantador”.

La Fuente Madre y el misterio que discurre bajo el suelo del pueblo

La Fuente Madre dista dos kilómetros llanos de Castejón, muy paseados por los habitantes del pueblo. “Es un acueducto subterráneo, catalogado como BIC, con un misterio en su datación –explica la alcaldesa– que nuestro archivo no resuelve. El manantial recoge el agua de varios barrancos, y va tapado por piedra hasta el pueblo. Durante muchos años fluyó sin problemas; de hecho, cuando llegó el agua corriente a las casas, se puso con su agua, pero hace unos 20 años dejó de manar. Se dice entre los mayores del pueblo que unas prospecciones de petróleo pudieron romper la veta. Se trajo el agua del canal, que es la que bebemos. ¿Cómo hacer atractiva esa fuente? Ha habido varias propuestas, pero no queremos una que exija demasiada manipulación. Lleva demasiado tiempo sin limpiarse; si mana algo tras unas lluvias fuertes es barro, pero el agua no huele mal, no está estancada. Misterio”.

CASTEJÓN DE MONEGROS

Comarca. Los Monegros

Cómo llegar. Desde Huesca, su capital de provincia, hay 73 kilómetros por la A-131 hasta Sariñena y luego se coge la A-230 hasta Castejón.

Dónde comer y dormir. Se cuenta en pleno centro del pueblo con la fonda, bar y restaurante La Chipranera.

Monegrarte Piano Competition & Festival. La primera cita de esta iniciativa de carácter internacional, promovida por una hija del pueblo, Nati Ballarín, tuvo lugar en junio de 2019 con un notable éxito.

Miel Castillo de Monegros. Esta firma familiar local elabora en primavera exquisitas variedades de romero y tomillo, mientras que tras las floraciones de verano llega el turno de la miel de mil flores.

Parroquia. Está consagrada a Nuestra Señora de la Lumbre y es de carácter monumental.

Ermita de Santa Ana. Edificio con planta de cruz latina; la cúpula está dividida en cuatro plementos, donde hay óculos de iluminación natural y medallones pintados con motivos florales y las palabras en acróstico: “Viva Santa Ana nuestra patrona”. 

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.