Educación

Ánjel María Fernández: "Los profesores huyen porque el trato diario con las aulas provoca ansiedad y estrés"

El autor de 'Había del verbo a ver' relata un año de instituto con alumnos difíciles y disecciona la situación de la educación actual en España.

Ánjel María Fernández.
Ánjel María Fernández.
Azahara Memberg

La realidad de las aulas se descubre en el "diario de instituto" de un profesor con 15 años de experiencia. Formador de estudiantes con dificultades de integración y aprendizaje, y siempre a punto de dejar el oficio, Ánjel María Fernández disecciona del sistema educativo desde su experiencia en 'Había del verbo a ver' (Editorial Pepitas), título alusivo a algunas de las faltas de ortografía halaba en los exámenes. El libro habla del respeto, o su ausencia, entre maestro y discípulos; de la vocación docente y el desencanto; de la pobreza como obstáculo para aprender, de la pandemia y de las clases telemáticas, entre otros temas.

Aunque el tono general roza el desasosiego ("Me siento descolocado, fuera de lugar, del revés, mal escrito, peor que un 'avia' del verbo 'haber'"), destila humor gracias al protagonismo coral de los jóvenes, identificados solo con apodos -como Zoilo, Talento y Flecha-, en un mundo agridulce sin localización precisa que podría estar en cualquier rincón de España. Como cuando Fernández, filólogo que este año no se inscribió en "ninguna oferta de trabajo" relacionado con la docencia, tiene que alzar tanto la voz para captar la atención del grupo que le dicen "das miedo, profe". O cuando el más malicioso de la clase grita: "Voy a copiar el ejercicio. Me das pena". Ternura y furia.

-¿Podría trazar una tipología de los alumnos?-Hay chicos respetuosos y disruptivos. Los incapaces de mantenerse en el aula con un mínimo de educación son muy pocos, pero pueden maliciar al resto. Y también están los que no les interesa nada lo que les enseñamos, los que no les interesa pero aceptan aprender y los que entienden que será bueno para su futuro. Pero lo que marca más es el nivel económico. El principal problema es la pobreza. Cómo pedir buen desempeño a chicos que no tienen cubiertas las necesidades mínimas.

-¿Heredar la pobreza genera un fracaso escolar sin salida?-Son pocos los que logran salvar la distancia entre ser pobre y no serlo. He tenido alumnos que huelen mal porque pasan muchos días sin ducharse y con la misma ropa, y sus compañeros se quejan. Se añade el olor de la leña porque en sus casas se calientan con hogueras. Esto sucede en un país rico, en una de las comunidades más ricas de España.

-Relato que la falta de respeto llega a ser mutua. ¿Qué está pasando en las aulas?-El respeto a la figura del profesor se ha perdido. Hemos pasado de una escuela franquista y posfranquista bastante férrea, al otro extremo. Es fundamental venir de casa sabiendo que el profesor es la autoridad y hay que respetarlo sí o sí. En esta sociedad democrática laxa se les pregunta demasiado qué quieren y cómo, sin tener en cuenta que lo normal es que un adolescente no lo sepa. Para eso estamos los adultos.

-¿Es posible cambiar las dinámicas de los más difíciles?-Hay chicos a los que es muy difícil reconducir a una dinámica típica de profesor que en el aula explica materias. Desde la primaria no aceptan el espacio del aula; les oprime, se sienten enjaulados. Necesitan trabajar con las manos y aprender oficios.

-Se lee la desmotivación de los profesores. Una compañera le recuerda que gana 2.000 euros al mes.-Pero no es sólo una cuestión de dinero. Teniendo buen sueldo y buenas vacaciones, lo extraño es que queramos huir de ese trabajo. ¿Cómo es posible? Porque no merece la pena. El día a día se hace insoportable, por el trato con los chicos que no quieren aprender y el propio mecanismo de la institución con una enorme burocracia. Los profesores huyen porque el trato diario con las aulas provoca ansiedad y estrés. Es insoportable no ser capaz de sacar adelante las clases. Se puede pensar que es carencia de los docentes. Probablemente, sí. Pero ¿por qué tenemos que tener chicos convertidos en alumnos de secundaria cuando no deberían haber salido de primaria? Son inmaduros.

-Y llegó el confinamiento por la pandemia. ¿Que sucedió ese año largo?-No quedó más remedio que inventarse sobre la marcha. No me pareció mala solución las clases 'on line'. Lo hicimos. Quizás lo que fue nocivo para todos fue hacer obligatorio que todos pasaran de curso. Por más que el hecho excepcional de la pandemia no ayudó a los chicos, saltaron de curso y se encontraron con niveles que no pudieron asumir.

-¿Todo lo que cuenta en el diario es real o hay licencias literarias?-Es todo real, memoria, lenguaje sin imaginación. Sólo los nombres de las personas que aparecen son ficticios.

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