Al menos 100 profesores han sufrido agresiones en lo que va de curso en Aragón: "Nos sentimos indefensos y desprotegidos"

El sindicato CSIF lanza una campaña para visibilizar esta situación y pide a Educación un protocolo claro que les proteja, registre los casos e implante medidas pedagógicas.

Sandra Lipe, Mónica de Cristóbal y Víctor Gumiel, de CSIF, en la rueda de prensa celebrada este martes en Zaragoza
Sandra Lipe, Mónica de Cristóbal y Víctor Gumiel, de CSIF, en la rueda de prensa celebrada este martes en Zaragoza
Heraldo.es

Al menos un centenar de profesores aragoneses han sufrido agresiones físicas o verbales por parte de los alumnos o sus familias en los dos meses de este curso 2023-2024. En el 73% de los casos estos ataques provienen de los propios estudiantes y en el 27% de los allegados y personas de su entorno. En el 81% de las situaciones se trata de agresiones verbales, principalmente insultos y amenazas, y el 19% tienen un carácter físico, sobre todo patadas, empujones y arañazos, aunque también se tiene constancia de actitudes violentas en las que se han utilizado tijeras y lápices.

Esta es la denuncia que ha lanzado este martes la Central Sindical Independientes y de Funcionarios (CSIF) en base a dos encuestas remitidas a los alrededor de 640 colegios e institutos existente en la Comunidad tras la vuelta a las clases el pasado septiembre y a la que han contestado 95 equipos directivos y 131 docentes.

"No solo aumenta el número de agresiones, sino que, lo que es muy preocupante, es que cada vez están implicados niños más pequeños de primaria. Los docentes nos sentimos indefensos y desprotegidos porque no hay un protocolo claro sobre cómo actuar cuando ocurre y, en ocasiones, por parte de equipos directivos, inspectores y las propias familias existen presiones para que no se comunique ni quede registrado para no estigmatizar al alumno", ha lamentado la responsable de Educación de CSIF Zaragoza, Mónica de Cristóbal.

De estas agresiones muy pocas veces queda alguna constancia oficial y la mayoría no llegan a comunicarse a la Policía Nacional o la Guardia Civil, entre otras razones porque los menores de 14 años son inimputables. De hecho, del pasado curso solo constan 8 denuncias por este motivo ante prevención de riesgos laborales. CSIF tiene constancia de cuatro centros de Zaragoza en los que durante este curso ya ha tenido que intervenir la policía.  Los maestros incluso llegan a tener miedo de denunciar por temor a posibles represalias. 

Sin llegar a estos extremos, De Cristóbal ha advertido que muchas veces se trata de "agresiones de baja intensidad, pero que se van acumulando en el tiempo y llegan a hacer tanto daño como las de alta intensidad".  

Dentro de estos incidentes también se incluyen las agresiones que sufren los maestros por parte de alumnos con necesidades especiales con problemas de conducta o reacciones violentas. Hay que tener en cuenta que la encuesta no se ha llevado a cabo en centros de educación especial.

CSIF ha criticado que la falta de  profesionales de apoyo en las aulas está afectando al aumento de este tipo de problemas. Así lo asegura un profesor de un centro zaragozano en el informe elaborado por el sindicato: "Mi comienzo de curso ha sido uno de los peores que recuerdo en los 12 años que llevo trabajando. Tenemos dos alumnos diagnosticados con trastornos de conducta. Ambos agreden a veces a sus compañeros y a profesores, porque no tenemos el personal suficiente para que estén acompañados en clase. Es imposible atenderles a ellos y sus compañeros como se merecen. Se crea muy mal ambiente y estamos sometidos a un gran estrés".

Un protocolo oficial claro, ágil y efectivo

Ante estas cifras y las llamadas que atienden diariamente, CSIF ha lanzado la campaña 'Stop agresiones' para visibilizar esta situación y pedir a la Administración protección y apoyo para los docentes, así como iniciativas encaminadas "a dignificar" la labor del profesorado.

El coordinador de esta iniciativa, Víctor Gumiel, ha señalado que actualmente hay distintas leyes y normas sobre convivencia escolar, pero no existe un protocolo claro sobre cómo tiene que actuar un docente cuando sufre una agresión. Hay una normativa sobre convivencia escolar que data de 2018, pero no pautas concretas a seguir cuando ocurre un incidente de estas características.

 "Aparece un protocolo entre docente y alumno que no es público, que se ha utilizado una vez y está obsoleto. Está basado en un libro de 2007 y es muy farragoso y muy complicado, además de conllevar mucha burocracia", ha comentado Gumiel.

Desde CSIF se plantea que desde el mismo momento en que se produzca la agresión el equipo directivo se implique para controlar la situación, proteger a la víctima y recopilar la información sobre lo ocurrido, además de transmitirla a inspección, la familia, el equipo de orientación y denunciarlo a fiscalía si se trata de un episodio grave. El sindicato insiste en que cada incidente debe quedar registrado y durante todo el proceso la víctima tiene que recibir orientación y apoyo físico y emocional. Ante faltas leves (faltas de respeto e insultos) de alumnos se pueden tomar medidas pedagógicas y mediar si los insultos o injurias provienen de las familias. A la denuncia ante los tribunales, según CSIF, habría que llegar cuando se trate de agresiones físicas, amenazas, coacciones o chantajes.

 

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