Las infusiones que bajan la tensión arterial y regulan la acumulación de grasa
Esta bebida protege del daño que causan los radicales libres, como el envejecimiento prematuro de las células y los tejidos, además de proteger los propios vasos sanguíneos.
El mundo de las infusiones es apasionante. No lo parece, pero lo es. U gran número de personas en España tienen estas bebidas incorporadas en su día a día como una rutina más, ya sea para desayunar, después de comer o antes de irse a dormir. El modo en que pueden mejorar eficazmente el día a día si se toman con cabeza e información previa es fantástico. Una sabiduría que viene del lejano oriente, como el propio concepto del té, y que han adoptado amantes de la vida sana en el mundo entero.
Una de las principales causas de las visitas al médico entre la población adulta es la hipertensión: además de tomar las consabidas precauciones acerca del estilo sedentario de vida, el exceso de cafeína o las dietas rocas en grasas saturadas, hay remedios naturales que ayudan a regular este problema. Que suba la tensión alta es preocupante, pero cuando se desboca la baja, los problemas asociados son aún peores.
Tés contra la tensión alta: del de hibisco al de camomila
Healthcare destaca cinco tés que ayudan en la batalla contra la alta presión sanguínea y el daño consiguiente a los vasos. El té de hibisco ayuda a relajar estos vasos sanguíneos gracias a su contenido en polifenoles antioxidantes, que tienen efecto vasodilatador y mejoran el perfil lipídico (regulan la acumulación de grasa).
El té verde, por su parte, tiene abundantes catequinas. Un flavonoide que protege del daño que causan los radicales libres, como el envejecimiento prematuro de las células y los tejidos, además de proteger los propios vasos sanguíneos.
Los olivos pueblan buena parte de la geografía española, y aunque la fama se la llevan en Jaén, Aragón está muy bien servido, desde tierras belchitanas al Bajo Aragón y su empeltre, por citar dos referencias. Pues bien, el té de hojas de olivo tiene oleuropeína, un protector cardíaco que también ayuda a regular la diabetes tipo II y su hipertensión asociada. En cuanto al té de bayas de espino albar, menos común, es un gran vasodilatadoras.
Otro gran aliado es el té de camomila: sus flavonoides tienen el mentado efecto antioxidante, y también tiene propiedades antiinflamatorias, con el consiguiente apoyo a la reducción de la presión sanguínea.
