¿Hay que seguir llevando mascarilla después de ponerse la vacuna contra la covid-19?

La insistencia de la clase médica en mantener las precauciones sanitarias después de recibir la vacuna que previene de la infección por el coronavirus que causa la covid-19 extraña a mucha gente. La razón es sencilla: aquellas personas que hayan completado su ciclo de vacunación, que actualmente consta de dos inyecciones separadas por varios días (según la variedad administrada) aún podrían transmitir el virus, aunque sean asintomáticas.

El coronavirus causante de la covid-19, el SARS-CoV-2, puede atacar al tracto respiratorio aunque las células inmunitarias sistémicas protejan al cuerpo de la covid-19. Las vacunas esterilizantes, que brindan una protección completa, son muy complejas de conseguir y más aún en el corto plazo del que se ha dispuesto. Por eso es importante que las personas vacunadas sigan llevando mascarillas, a fin de minimizar el riesgo de propagar la enfermedad entre quienes no han recibido aún la vacunación en su ciclo completo.

Cortar la propagación de la covid-19

Actualmente, apenas un 2% de la población española está inmunizada por la vía de la vacunación. La permanencia de las mascarillas entre la población vacunada, especialmente en lugares cerrados, se debe básicamente a que son un modo de ganar tiempo para que avancen las investigaciones a la par de la vacunación, baje la presión sobre el sistema de salud y la prevalencia de la enfermedad baje. La intención es aumentar gradualmente el número de personas inmunizadas para poder ir normalizando (con toda la cautela del mundo) el trato social. La opinión generalizada entre la clase científica es que no se puede esperar una situación normalizada a corto plazo, y que este verano volverá a ser de máxima precaución; se cifra la esperanza en una perspectiva más clara con la llegada del otoño, y un porcentaje sensiblemente mayor de población vacunada.

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