DANZA. OCIO Y CULTURA

La bailarina y coreógrafa aragonesa Julia Romero, doblemente premiada en Madrid

Ganó el galardón del ‘Paso a 2’ en el Certamen Coreográfico, dotado con 5.000 euros, y recibió el galardón del público por su obra ‘THE MIS$EDUCATION’

Julia Romero y Mar Pérez trabajan, en su 'Paso a dos', con dos pupitres y dos sillas.
Julia Romero y Mar Pérez trabajan, en su 'Paso a dos', con dos pupitres y dos sillas.
Anna Fábrega.

La bailarina y coreógrafa Julia Romero (Zaragoza, 1997) fue la ganadora, por partida doble, del Paso a 2 en el Certamen Coreográfico de Madrid que se celebró este pasado fin de semana. Estudiante de quinto año en el Instituto de Teatre de Barcelona, logró el galardón absoluto, dotado con 5.000 euros, y también el premio del público; el impacto de su pieza, ‘THE MIS$EDUCATION’, fue muy claro: recibió una invitación para ser representada en el Festival Sacra Experience 2023 de Lugo.

La joven bailarina y coreógrafa explica el concepto de su pieza, que ejecutaron dos bailarinas -Mar Pérez y ella- con dos sillas y dos pupitres. “El interés principal de esta pieza corta de diez minutos de duración es la experimentación con cuerpos y objetos. Por eso se compone de dos intérpretes y dos pupitres escolares. El tema sobre el que se articula la investigación y el desarrollo del material es la violencia, tanto física como psicológica que sufren los cuerpos institucionalizados”, avanza de entrada Julia.

“De manera física se plasma en la relación entre la carne y el objeto con su dualidad blando ‘versus’ duro, en llevar al límite el cuerpo, en el recurso de la repetición y de mantener acciones en el tiempo. El colegio es una época difícil, representa un trauma común reconocible para muchas de nosotras, por eso recurro al imaginario del pupitre para representar algo que carga, que merma, que impide, que sesga, que marca, que obstruye y que condiciona de manera física”, señala la bailarina, que es hija de Mar Soriano, bailaora flamenca.

"Me interesa abrir y sugerir al espectador diferentes lecturas mediante las imágenes y el movimiento. Es por eso que uno de los focos de mi trabajo parte de una búsqueda constante por generar figuras y secuencias muy estéticas"

“Me interesa abrir y sugerir al espectador diferentes lecturas mediante las imágenes y el movimiento. Es por eso que uno de los focos de mi trabajo parte de una búsqueda constante por generar figuras y secuencias muy estéticas. El título literalmente significa ‘mala educación’ en inglés. Hace referencia a ese mundo de normas, a lo mal que las intérpretes utilizamos los pupitres porque no es la manera común y a lo mal que nos portamos con nosotras mismas y con la otra”.

Julia Romero, formada en Zaragoza, trabaja en una coreografía de 40 minutos que lleva por título provisional: 'La liturgia de la emoción'.
Julia Romero, formada en Zaragoza, trabaja en una coreografía de 40 minutos que lleva por título provisional: 'La liturgia de la emoción'.
Daniel Cao.

Julia revela que quiere compaginar los dos mundos: el del baile propiamente y “la parte más creativa, por decirlo de algún modo, de la coreografía. Quiero estar dentro y estar fuera: bailando y viendo, concibiendo el movimiento. Eso sí, cuando bailas tus propias coreografías tienes que jugar con el espejo, grabarte, analizarte mucho. No es esta pieza la única que he compuesto: he hecho un solo, que se titula ‘Ofelia’, y prepara una pieza mucho más larga, que será el Trabajo de Fin de Carrera que tiene un título provisional, ‘La liturgia de cristal’, pero creo que se lo voy a cambiar. Es una pieza concebida para cinco personas”.

Los mimbres de una carrera

Julia Romero, pese a su juventud, posee un amplio bagaje en el mundo del ballet. Estudió en el Conservatorio Profesional de Danza de Zaragoza con clásicos de Zaragoza como Antonio Ayesta, Antonio Almenara o Ángel del Campo; fue becaria durante año de LaMov y trabajó en ‘Recién pescao’ con Ingrid Magrinyá. “He aprendido mucho de todos. Víctor Jiménez ha sido muy importante: él me enseñó muchas claves de la profesión, tanto en el baile como en la coreografía y en la puesta en escena. Fue un año formidable: estuve en la producción, desde fuera, de ‘Buñuel del deseo’, y pude participar, y además en el Teatro Principal, en dos montajes: ‘La Cenicienta’ y ‘Terrenal’. Fue una aventura muy importante: aprendí mucho, del director, de los compañeros, incluso del funcionamiento de una compañía”, expresa.

"Pienso una idea, la desarrollo, le doy vueltas, me grabo a mí misma, prueba cosas, y le voy dando matices de movimiento, de plasticidad y de contenido. Una paleta de despliegue de recursos: pura artesanía corporal, si puede decirse así", dice Julia Romero

Otra experiencia que le gusta contar es su colaboración con Ingrid Magrinyà en ‘Recién pescao’. “Fueron unos meses, pero asimilé cosas nuevas, una forma de trabajar y de implicarse con sensibilidad, un modo muy directo de vivir la danza. Me entusiasma su entrega, cómo plasma sus ideas y vi cosas, aspectos de la creación que aún tengo que descubrir”. Julia Romero es una joven agradecida y entusiasta que vive con intensidad e ilusión su oficio: “En el Institute del Teatre tengo unos profesores increíbles que te enseñan a trabajar la danza actual, no solo la contemporánea, sino la de este tiempo de mestizaje. Pienso por ejemplo en Juan Carlos Lérida, apasionado por el flamenco y con una gran capacidad para hibridar estilos y movimientos”.

Un momento de la función el pasado sábado en Madrid.
Un momento de la función el pasado sábado en Madrid.
Archivo Julia Romero.

En otra dirección, le inspiran maestros clásicos de la coreografía como Balanchine, Béjart o Ullate, de estirpe clásica, pero quizá se sienta más próxima a Pina Bausch, Anne Teresa de Keersmaeker o el ‘Peeping Tom’ de Gabriela Carrizo. “Quizá sean coreografías un poco teatrales, pero también me interesa mucho eso. A mí me atraen mucho las coreografías que tiene un alto sentido estético, un impacto visual y teatral, un alto grado de belleza. Pienso una idea, la desarrollo, le doy vueltas, me grabo a mí misma, prueba cosas, y le voy dando matices de movimiento, de plasticidad y de contenido. Una paleta de despliegue de recursos: pura artesanía corporal, si puede decirse así. Pero no quiero ser rígida ni decirle al público que debe pensar o sentir. Prefiero hacer un arte de la sugerencia que enviar un mensaje concreto. Lo que busco en la danza, tanto como bailarina como coreógrafa, es crear emociones, invitar a sentir y a descubrir un sexto sentido y potenciarlo en escena. Como he dicho alguna vez me apasionan las artes visuales y quiero estar comprometida con mi tiempo”.

Julia Romero está muy interesada en bailes muy distintos, como el hip-hop, el popping o el vogue, la video danza, la danza urbana. Es tan constante como inconformista. Ha trabajado con Candela Capitán en ‘Solas’, en los Teatros del Canal, y con Marta Pazos, entre otras. Y ha participado en una giran con Rigoberta Bandini. “Cumplí un antiguo sueño de infancia: bailar en el Teatro Principal. Y ahora tengo otro: me gustaría volver con una coreografía mía”.

Julia Romero ha ido cumpliendo sueños: le gustaría regresar al Teatro Principal para bailar una coreografía suya.
Julia Romero ha ido cumpliendo sueños: le gustaría regresar al Teatro Principal para bailar una coreografía suya.
Archivo Julio Romero.

Tiempo al tiempo. El deseo va por los aires a lomos de los pájaros de fuego del futuro.

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