Víctor Jiménez: "En las artes escénicas hay que ir paso a paso pero siempre hacia la excelencia"

El director artístico de LaMov celebra que el público vuelva a querer disfrutar de la danza en directo. La compañía gira actualmente con dos espectáculos y tiene contratos comprometidos hasta enero de 2023.

Jiménez, en una de las salas de ensayo Conservatorio Municipal Profesional de Danza de Zaragoza.
Jiménez, en una de las salas de ensayo Conservatorio Municipal Profesional de Danza de Zaragoza.
Oliver Duch

Después del terrible 2020, ¿el mundo de la cultura ha recuperado el pulso o aún se está desperezando?

El año de parón fue muy duro, pero también es cierto que nosotros, desde que salimos del ERTE y volvimos a empezar, allá por julio de 2020, no hemos parado. En la danza y en otras disciplinas culturales se ha retomado la actividad con mucha energía. Aún no estamos a los niveles de contratación de antes, pero estamos en camino de encontrar cierta estabilidad.

Series, películas, conciertos... La cultura se apreció mucho durante el confinamiento doméstico. ¿Cree que eso se ha traducido después en más ventas en las taquillas de los teatros?

Creo que el mercado se ha renovado y aún estamos en proceso de recoger a ese público que procede de una cultura –digamos– más ‘online’. En las nuevas producciones hemos percibido que los espectadores desean ver y sentir todo en directo otra vez, no solo a través de las pantallas.

En lo personal, ¿cómo vive el confinamiento de un bailarín?

Lo hemos visto todos: ahí están los vídeos de profesionales que trataban de seguir entrenando con unas sillas en casa. LaMov ponía todas las tarde un trozo de un espectáculo y los bailarines nos metíamos en ‘zoom’ y charlábamos con tal de no perder el contacto ni el espíritu de la compañía.

¿Y ninguno se fue de peso?

No, no. La gente normal empezó a hacer ejercicio en casa y a cuidar su dieta. Nosotros, también. Creo que nos dedicamos más tiempo a nosotros mismos. A veces viene bien de vez en cuando quedarte en tu mundo, aislarte un poco y dejar que la naturaleza fluya sola. Quizá el mundo debería parar un mes cada dos o tres años para que todo se renueve y se recicle.

Hay novelas y películas con la pandemia como tema. ¿Es también un posible contenido para la danza?

Yo cuando coreografío no echo mano de lo autobiográfico, pero sí robo cosas de mi intimidad. Creo que la pandemia no puede ser evidente ni plasmarse tal cual en el arte, pero sí te puedes quedar con una idea, un sentimiento, un momento, una metáfora... Se puede trabajar con sensaciones sobrevenidas en este tiempo.

Este año LaMov no ha parado...

Estremano en octubre la última propuesta, ‘La voz eterna’, con Gustavo Ramírez como coreógrafo invitado y también con Nunzio Impellizzeri. Y ahora tenemos dos espectáculos en gira: ‘El lago’, que nos acaba de llevar a Alcalá de Henares y Braganza (Portugal), y ‘Tempus fugit’, que es la propuesta que lanzamos hace dos años y sigue con vigencia.

¿Augura que 2022 será un buen año?

Si todo continúa así, con dos espectáculos por mes, la verdad es que nos podemos sentir más que aforturnados. Tenemos contratos hasta enero de 2023, pero vayamos paso a paso, poco a poco.

Lanza un mensaje optimista para el nuevo año...

Yo soy un currante muy optimista. En las artes escénicas el futuro suele verse negro, como la Cenicienta que tiene que resistir, pero creo que siempre llega la luz. Intento demostrar que el trabajo es útil y que la continuidad es un arma muy importante. Hay que trabajar con ánimo y un paso detrás de otro siempre hacia la excelencia. El trabajo diario, la constancia y la excelencia es nuestra premisa.

¿Así ha conquistado a toda la hinchada que tiene LaMov?

Tenemos un público fiel que anima y nos quiere allá donde vamos. Aún no podemos arriesgarnos a ir a taquilla –funcionamos a caché con contratación cerrada–, pero los teatros están llenos y la mejor sensación es cuando los chicos tienen que salir a saludar dos o tres veces y todo el público está en pie. Somos una compañía viva, que quiere crecer y dar mucho más.

El perfil del artista

Bailarín y coreógrafo. Víctor Jiménez empezó en la escuela de ballet de Víctor Ullate y desde 1992 formó parte de la compañía homónima, actual Ballet de la Comunidad de Madrid. Allí fue bailarín solista desde 2001, antes de recalar en Suiza donde ejerció de bailarín solista principal del Béjart Ballet Lausanne. En 2007 se convirtió en solista del ballet de la Ópera de Lyon y desde julio de 2008 es el director artístico de LaMov.

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