Helmut Jacobs: "Goya se reveló en los 'Caprichos' como un ilustrado"

El catedrático de Literaturas Románicas de la Universidad de Duisburg-Essen, publica el tercer volumen de su estudio sobre la serie de grabados

El hispanista Helmut Jacobs, catedrático de Literaturas Románicas de la Universidad de Duisburg-Essen, en el Museo Goya de la Fundación Ibercaja.
El hispanista Helmut Jacobs, catedrático de Literaturas Románicas de la Universidad de Duisburg-Essen, en el Museo Goya de la Fundación Ibercaja.
Guillermo Mestre

La principal aportación científica al Año Goya, de momento, es el tercer y último volumen de 'Los comentarios manuscritos de 'Los Caprichos' de Goya'. La obra, publicada por la Institución Fernando el Católico, recoge el estudio realizado durante años por Helmut Jacobs, catedrático de Literaturas Románicas de la Universidad de Duisburg-Essen, sobre un aspecto en el que los especialistas apenas habían reparado: buena parte de las colecciones que se conservan de las primeras ediciones de 'Los Caprichos', y que están dispersas por todo el mundo, incluyen comentarios manuscritos sobre las estampas. Jacobs ha descubierto que el primero de esos comentarios dio a la serie de 80 estampas una lectura política muy crítica con los principales personajes de la España de la época, y que esa visión se extendió rápidamente. Goya retiró 'Los Caprichos' de la venta pública, aunque siguió ofreciéndolos en su taller, y al sentir sobre él la presión de la Iglesia, a través de un grupo de amigos e intelectuales, elaboró otra lectura alternativa como réplica a la primera. Así pudo garantizarse seguir siendo primer pintor del rey. 

Todo comenzó para usted hace casi 25 años, con el 'Capricho 43', 'El sueño de la razón produce monstruos'. ¿Qué lectura hace hoy de ese 'capricho'?

La gran importancia que tiene el “Capricho 43” para mí es la misma todavía hoy: con su función programática, su genial estructura concienzudamente elaborada y esta leyenda enigmática y ambigua de “El sueño de la razón produce monstruos”, y a lo largo de los años he podido comprobar mi alta valorización de este grabado singular, descubriendo siempre nuevos documentos u obras de arte que hacen referencia a él. Cuando durante mi investigación sobre el “Capricho 43” descubrí la cantidad de comentarios manuscritos que los contemporáneos de Goya escribieron sobre él, este fue el punto de partida para el gran proyecto de coleccionar, analizar y editar estas anotaciones también para los otros 79 'caprichos'. Esta ha sido la motivación inicial para la edición de los tres tomos que ahora se acaba de completar. 

Todos los caprichos llevan un número porque salían a la venta encuadernados en una especie de álbum. ¿El orden es aleatorio, o quiso Goya decirnos algo según se suceden las imágenes?

No creo que sea un orden aleatorio, pero tampoco parece que obedezcan a un orden sistemático, porque los temas de 'Los Caprichos' son muy diferentes y también ambivalentes. Pero se pueden distinguir ciertos grupos de dos, tres o cuatro 'caprichos', por ejemplo el tema de la situación de las mujeres jóvenes en algunos grupos de grabados en la primera mitad de la serie, la Inquisición en los 'caprichos' 23 y 24, el grupo de la asnería en los 37 a 42...Nuestra investigación sobre los comentarios manuscritos ha mostrado que hay una estrecha relación entre los tres últimos 'caprichos' que se refieren a graves abusos sexuales cometidos por unos clérigos.

¿Por qué cree que Goya hizo la serie? ¿Hasta qué punto quiso seguir la estela de las estampas caricaturescas que se hacían en otros países europeos?

En el ambiente de la Corte, Goya entabló amistades con los eminentes ilustrados de la época, como Gaspar Melchor de Jovellanos, Leandro Fernández de Moratín o el clérigo Juan Antonio Llorente, que escribió un libro contra la Inquisición en su exilio francés. A todos ellos los retrató, e interiorizó sus conceptos e ideas ilustradas. Mediante la colección de grabados de su amigo Sebastián Martínez conoció en Cádiz los grabados satíricos del extranjero, particularmente los británicos, como los de William Hogarth. Todas estas influencias le llevaron a crear esta serie de grabados satíricos sobre la sociedad en que él vivió. En sus 'caprichos', Goya se revela claramente como un ilustrado.

Usted asegura que el artista buscaba denunciar los abusos de su época. Pero no era tonto, ¿no se imaginó que la colección de estampas iba a considerarse escandalosa en determinados círculos de la sociedad española de la época?

"No existe sátira sin escándalo. Goya se protegió mediante la ambivalencia y la ambigüedad. Tras sentir la presión de la Iglesia, renunció a la venta pública de 'Los Caprichos'

Esto es lo esencial de la sátira: no existe ninguna sin escándalo, pero Goya se protege mediante la ambivalencia y la ambigüedad de la sátira. Sin embargo, muestra también una enorme osadía, un valor impresionante. Goya era realista: tras sentir la presión de la Iglesia, renuncia inmediatamente a la venta pública de 'Los Caprichos' después de solo algunos días y vende los grabados de forma clandestina en su taller, con éxito, porque vendió muchos ejemplares, también a nobles o a los embajadores en la capital, como el de Suecia.

Se ha escrito mucho sobre el carácter 'abierto' de las estampas, que permiten variadas interpretaciones, pero lo cierto es que Goya, con sus 'pies de foto', con sus propios comentarios, delimita qué es lo que está queriendo decir con sus aguafuertes. ¿Estamos seguros de que los escribió él? Hay quien lo ve demasiado 'iletrado' para ello.

En los dibujos de su propia mano hay muchas leyendas que nos muestran su competencia literaria y satírica. Su ortografía, algunas veces caprichosa, no quiere decir que fuera un iletrado. Goya era el autor de muchas leyendas de sus diseños, pero no escribió los comentarios manuscritos de 'Los Caprichos': eso lo hicieron sus amigos, más tarde también otros coetáneos suyos sin que conozcamos su identidad.

Ahora acaba de publicar el tercer volumen de 'Los comentarios manuscritos sobre los Caprichos de Goya'. Más de 1.600 páginas. ¿imaginaba que el tema iba a dar para tanto?

Al inicio no: pero a lo largo de los años de una investigación intensa hemos visto la enorme cantidad de los manuscritos y copias que hemos descubierto en las colecciones particulares, las bibliotecas, los museos y archivos en todo el mundo.

Su trabajo se centra en un detalle en el que apenas habían reparado los especialistas: algunas primeras ediciones de los 'Caprichos' llevan anotaciones manuscritas que ofrecen datos interesantes. Se pensaba que era algo raro, pero usted ha encontrado hasta 70 de estas ediciones.

Helmut Jacobs está estudiando ya 'Los desastres de la guerra'
Helmut Jacobs está estudiando ya 'Los desastres de la guerra'
Guillermo Mestre

Hemos analizado también muchas leyendas en los dibujos preparatorios o en algunas pruebas de impresión, todas escritas con la mano de otros, no por la de Goya.

¿Cómo surgen y qué informaciones nos dan?

Estos documentos están repartidos en muchos museos y publicados en muchos libros o catálogos de las obras de Goya. Hay que buscarlos y compararlos los unos con los otros.

¿Quiénes las hicieron?

Esto no lo sabemos: amigos de Goya o colaboradores en su taller.

Ha podido ver dos líneas argumentales, dos tendencias dentro de esas anotaciones: una lectura política, en lo que podrían ser las primeras anotaciones manuscritas, las más antiguas; y otra, elaborada en colaboración con el propio Goya, que busca exculparle.

Nuestra investigación con la edición de todos los manuscritos del siglo XIX puede demostrar que no fue Goya quien escribió el primer comentario como clave interpretativa para la serie, sino que, tras la existencia de un comentario de peligrosas alusiones de contenido político, se vio obligado a redactar, con la ayuda de su círculo de amistades, uno propio que se difundiera a modo de réplica del anterior. Su fin era preservar y proteger así su reputación como primer pintor del rey. Este comentario primero y más antiguo es el comentario Ayala (el apellido del coleccionista que poseía la colección en la época) que se publicó en una biografía de Goya en el siglo XIX. Pero este manuscrito desapareció y se le consideró perdido. Lo hemos descubierto en Rusia (en San Petersburgo), y está escrito por un autor desconocido cerca del círculo de Goya, porque este comentario retoma algunas frases de las leyendas manuscritas de las pruebas de los grabados.

¿Hasta qué punto se puede considerar que 'manipula' las estampas para hacer más daño a la clase social de la época?

Entre otros aspectos, en este comentario se identifican ciertas figuras con poderosas personalidades políticas de la época: con el primer ministro Manuel de Godoy o la reina María Luisa, nobles como la condesa de Benavente... Creo que la intención del autor desconocido no era la de hacer daño a nadie, pero quiso aplicar 'Los Caprichos' a la actualidad política. Goya escribió en el anuncio de la serie que no quería representar a ninguna persona en concreto. 

¿Cómo se divulgó esa lectura 'política'? Al fin y al cabo, las estampas no se exponían, como hoy, sino que permanecían en álbumes en el ámbito privado de cada persona que las compraba.

Supongo que estas interpretaciones se divulgaron de forma clandestina en un círculo limitado.

"Goya era realista: tras sentir la presión de la Iglesia, renunció inmediatamente a vender públicamente 'Los Caprichos' y lo hizo de forma clandestina en su taller"

¿Cómo y cuándo reaccionó Goya?

A este peligroso 'comentario Ayala' reaccionó un comentario que nuestro grupo de investigación descubrió, escrito por un colectivo de nueve autores del círculo de amigos de Goya, ciertamente con su colaboración.

¿En qué está trabajando actualmente? ¿Quedan más aspectos 'literarios' que estudiar en la obra de Goya?

Estoy preparando una edición de 'Los desastres de la guerra' para el público alemán, y estamos preparando la versión española de la edición de cuatro ejemplares de 'Los Caprichos' coloreados a mano por algunos coetáneos de Goya. El libro ya se publicó en Alemania y la Institución Fernando el Católico está preparando la publicación de la versión castellana. Esta edición reúne un total de 320 grabados, que se analizan por primera vez de forma sistemática, con lo que constituyen una documentación más de la recepción temprana de 'Los caprichos' en las primeras décadas del siglo XIX. A través del trabajo de los cuatro coloristas desconocidos, los grabados de Goya no solo se transforman de manera característica, sino que el coloreado elegido en cada ocasión expresa siempre una cierta interpretación individual. 

Usted es además un gran intérprete de acordeón. Acaba de publicar el tercer cedé dedicado a la música en tiempos de Goya. ¿Qué te resulta tan atractivo de la música española de esa época?

La música siempre ha sido muy importante en mi vida. Con diez años tomé mis primeras clases de acordeón e hice una formación solista con diversos maestros. Recibí numerosos premios en concursos nacionales e internacionales. Después de haber producido grabaciones con acordeón clásico con un repertorio de obras escritas para ese instrumento, en 2010 me dediqué a realizar transcripciones de fandangos de la época de Goya, entre los que había varios inéditos que descubrí en bibliotecas y archivos. Siguió otro cedé con fandangos y boleros de compositores españoles, pero también de compositores de otros países: Francia, Inglaterra, un fandango de un bohemio que vivió en la corte de San Petersburgo... En mi último disco he grabado sonatas de la época de Goya, cada una de otro compositor español, casi un abanico abigarrado del repertorio de esta época. Que la música española de la época de Goya aún albergue tantos tesoros desconocidos se hace comprensible si se tienen en cuenta las condiciones bajo las que se originaron. En el siglo XVIII no había imprentas o editoriales de música profesionales en España comparables a las famosas editoriales de música Breitkopf & Härtel en Leipzig, Novello en Londres o Artaria en Viena, que hicieron posible la difusión internacional de partituras. A consecuencia de esto, la mayoría de los compositores españoles rápidamente cayó en el olvido, ya que de sus obras solo se han conservado manuscritos. Aunque hoy día sí que existen numerosas ediciones modernas de estas obras, esto apenas ha conllevado una ampliación del repertorio musical, incluso en España.

En qué se parece y en qué se diferencia de la música alemana del momento?

La música alemana en época de Goya es la música clásica de Mozart y Haydn como sus representantes más conocidos. Se trata de la Escuela de Viena, cuya influencia en España en la época de Goya se debe particularmente a la recepción de las obras de Joseph Haydn.

"Tras un comentario de peligrosas alusiones de contenido político, Goya se vio obligado a redactar, con ayuda de su círculo de amistades, a modo de réplica. Buscaba proteger su reputación como primer pintor del rey"

¿Por qué las sonatas?

Las sonatas de un solo movimiento compuestas por Domenico Scarlatti y posteriormente por una serie de compositores españoles son piezas muy ingeniosas. En ellas se presentan temas característicos, pero se confiere prioridad a la elaboración de motivos por encima de la contraposición de ciertos temas y ritmos típicos de la música española. A pesar de que se trata a menudo de sonatas polifónicas, las diferentes voces están configuradas libremente, de forma que intensifican la expresión de los sentimientos y afectos. Este nuevo fenómeno en la música instrumental se denomina 'empfindsamer stil' (estilo sentimental).

El acordeón es un instrumento que nace prácticamente cuando muere Goya. ¿Qué sentido le da a interpretar una pieza musical con un instrumento que no corresponde a la época en la que fue creada, ahora que se valora incluso que los instrumentos sean 'de época'? Si Goya escuchara el disco, cree que reconocería la música?

Ya en la época el instrumento era libre. La mayoría de las sonatas se compusieron para clave, lo que quiere decir: para clavicordio, pianoforte u órgano manualiter. Tocar las sonatas con un acordeón de concierto es una actualización mediante la cual se intensifican algunos parámetros de la música. Creo que Goya reconocería la música porque todas las obras han sido interpretadas en su versión original (sin cambios de altura o de las estructuras musicales).

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