gastronomía
Tras un año de pesadilla, los caminos de Gerardo y El Foro por fin confluyen
Un vacío legal ha dificultado la contratación como camarero de este joven venezolano que llevaba un año durmiendo en la calle.
Ha pasado un año y dos meses desde que el venezolano Gerardo Longino llegó a Zaragoza desde Murcia. Su situación era peculiar. Se le había denegado la protección internacional en España y presentó un recurso para solicitarla de nuevo. A la espera de respuesta, no estaba claro si podía trabajar o no, pero el caso es que en este tiempo se le han cerrado prácticamente todas las puertas laborales. Hasta las pasadas navidades.
El 22 de diciembre, coincidiendo con el sorteo de la Lotería de Navidad, los propietarios del restaurante El Foro daban el paso definitivo de apostar por este joven para trabajar como camarero.
Hasta que ha llegado el ansiado contrato, Gerardo y su inseparable perrita Osa han vivido un calvario: durmiendo algunas semanas en el albergue municipal y varios meses al raso, en parques y en una tienda de campaña en la ribera del río Gállego. Esta fue su última morada hasta el 3 de diciembre, cuando una crecida se llevó por delante la tienda y todos tus enseres. A partir de ese día su suerte empezó a cambiar.
Desde que llegó a Zaragoza, la Fundación San Blas para Personas sin Hogar en Aragón ha sido su gran apoyo. En su centro de atención de la calle Echegaray y Caballero, Gerardo ha recibido un plato de comida diario, además de apoyo sociolaboral y psicológico. Al mismo tiempo, él colaboraba haciendo recados y en el reparto de cenas.
También ha participado en cursos básicos de cocina y de camarero en el Centro Joaquín Roncal, mientras seguía llamando a las puertas de establecimientos hosteleros para tener una oportunidad. Sin embargo, ante las dudas sobre su situación legal, ninguna se abría.
En el mes de junio, a raíz de un reportaje publicado en HERALDO, se produjo el primer contacto en el restaurante El Foro con Nacho Machín. “Nuestra gestoría no tenía claro que pudiéramos contratarlo”, asegura. A pesar de la buena predisposición, ante la posibilidad de una inspección y de una multa, el entendimiento se vio frustrado.
Desde la Fundación San Blas continuaron llamando a otras puertas y a mediados de diciembre la luz se hizo en forma de directiva europea.
En concreto, en el artículo 15.3 de la Directiva 2013/33UE se dice que “no se privará al solicitante del acceso al mercado de trabajo cuando se interponga un recurso que tenga efectos suspensivos, contra una decisión negativa tomada en un procedimiento ordinario, hasta la notificación de su desestimación”. De esta forma, como el Estado aún no ha contestado sobre la situación legal de Gerardo, ese silencio administrativo le autoriza a trabajar.
Así se recoge también en la página web del Defensor del Pueblo. En una noticia publicada en diciembre de 2022 se reseña que “el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha aceptado el criterio del Defensor del Pueblo, expresado en un informe, y ha dictado instrucciones para que la Seguridad Social no dé de baja en el sistema a los solicitantes de protección internacional a los que se les haya denegado el asilo de manera provisional y no con una resolución definitiva”.
Lo dicho, Gerardo puede ser contratado. De hecho, empezó el día de Navidad. “La gestoría nos ha dado el visto bueno y ya trabaja de camarero”, comenta Nacho. A su juicio, la Administración “debería ser más rápida y clara ante este tipo de situaciones”.
Gerardo apenas lleva un mes como camarero y todavía está en fase de adaptación. “Estoy muy agradecido a los medios de comunicación y, sobre todo, al restaurante El Foro, además de la Fundación San Blas, por supuesto”.
Este agradecimiento lo manifestó personalmente en la última edición de los Premios CMG de HERALDO, donde esta fundación recibió el galardón Gastronomía sin Límites. Sobre el escenario, Gerardo dirigió unas emotivas palabras reivindicando el derecho que tienen las personas a una nueva oportunidad en la vida. A él le ha llegado en el restaurante El Foro.
