Cocinando en Arzak con los brazos abiertos

La chef Elena Arzak recibe en su restaurante de San Sebastián a Julián Urbano y Paula Sanz, alumnos de los talleres del Club Inclucina de Atades.

Julián Urbano, Antonio Rodríguez, Elena Arzak, Paula Sanz y José Miguel Merino, contentos tras cocinar la receta
Julián Urbano, Antonio Rodríguez, Elena Arzak, Paula Sanz y José Miguel Merino, contentos tras cocinar la receta
Alejandro Toquero

Julián Urbano y Paula Sanz, alumnos de los talleres del Club Inclucina de Atades, vivieron este miércoles una experiencia que jamás olvidarán. Los dos cocinaron mano a mano con la chef Elena Arzak uno de los platos que forman parte de la historia del restaurante Arzak en San Sebastián: huevo marmolado con zizania frita.

Julián y Paula lo habían ensayado los días anteriores, así que lo hicieron genial, tal y como les insistía constantemente su maestra en la cocina. Elena es la madrina de la edición de este año del Club Inclucina y el 11 de diciembre estará en Zaragoza, en el Teatro de las Esquinas, elaborando de nuevo esta receta.

Los alumnos de Atades vivieron con intensidad el viaje a San Sebastián y cuando entraron en la cocina del laboratorio de Arzak, donde se investiga y se diseña el nuevo recetario, no se lo podían creer. Además, contaron con tres ayudantes del equipo del restaurante: Igor Zalakain, Lander Cornago y Mikel Sorazu. Ellos y la jefa lo dieron todo para que la experiencia resultase inolvidable.

Elena les explicó a sus jóvenes pinches los tres pasos del plato que iban a compartir: el embolsado y la cocción de los huevos; la fritura de la zizania (arroz salvaje) y la elaboración de una salsa de foie y setas. "Son como palomitas", comentó Julián al contemplar cómo suflaba el arroz, mientras su compañera asentía con una sonrisa cómplice.

Mientras cocinaban también aprendieron a diferenciar un huevo fresco de otro que no lo es y conocieron la importancia que este producto tiene en Arzak. "Para mi padre Juan Mari –contó la anfitriona–, es como el caviar porque su madre se quedó viuda joven y al hacerse cargo del restaurante, el momento de recibir los huevos del caserío era algo extraordinario".

Por supuesto, una vez emplatada la receta la probaron y dieron el visto bueno. "¡Qué rica está!", exclamaron los aprendices de cocineros. "Pues en Zaragoza nos va a quedar mucho mejor; tengo muchas ganas de ir a vuestra ciudad y compartir con vosotros esa gala tan especial", contestó la chef donostiarra.

Ella ya sabe lo que es trabajar con personas con discapacidad intelectual. Una vez concluido el plato insistía en la importancia de este detalle. «Hoy se ha podido ver que lo hacen muy bien –comentó–, marcándoles su función, lo que pueden llegar a conseguir y teniendo en cuenta sus límites, hacen el trabajo de cualquier persona».

Este, precisamente, es uno de los objetivos que este año persiguen los talleres del Club Inclucina: lograr que sean una salida laboral para sus participantes. En ello insistieron el presidente de Atades, Antonio Rodríguez, que estuvo acompañado por el padrino del taller José Miguel Merino, de Bergner Europe. Además, también estuvo representado HERALDO DE ARAGÓN como ‘medio amigo’ del Club Inclucina.

Pero el viaje a San Sebastián de Julián y Paula no quedó ahí. Elena Arzak les invitó a conocer la cocina del restaurante a las dos de la tarde, en el momento de mayor ajetreo y nervios, un detalle que agradeció toda la delegación zaragozana de Atades. 

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