Ruta de los chuletones más buscados junto al río salvaje del Pirineo

Desde Torla hasta Aínsa hay numerosos lugares en los que poder disfrutar de una carne de primera clase.

Jorge Rabal partiendo un chuletón
Jorge Rabal partiendo un chuletón
Laura Uranga

Si usted es vegetariano o vegano, también le interesan las siguientes líneas. Puede identificar lugares en los que aquellos que aman la carne encuentran una respuesta de primera categoría a sus requerimientos, con el aliciente de que en todos ellos también hay opciones para quienes no consumen productos procedentes del reino animal. HERALDO pone el foco en diez lugares que no fallan: naturalmente, hay más, pero todos los que aquí están sí son.

En la montaña, desde luego, no se admiten bromas con la carne: materia prima de la máxima categoría, máximo cuidado en la parrilla y presentación impecable son los tres mandamientos que nadie se atreve a saltarse. Si se cumple con ellos, llegan los fieles, y si no se descuidan, se marchan satisfechos, corren la voz y acaban regresando.

El Duende (Torla)

Se ubica en la calle de la Iglesia, en un caserón de principios del XIX reconvertido en restaurante hace dos décadas. Son populares sus carnes a la brasa, desde las costillas y paletillas al chuletón de vaca. También tienen rodaballo a la brasa con langostinos y deliciosos entrantes. Un nuevo clásico de la zona.

Vértigo (Fiscal)

Uno de los locales más populares de todo el valle del Ara, ya que además de bar y restaurante con asador tiene también piscina en verano, zona verde abundante y discoteca, con programación de conciertos y DJ. Si nos ceñimos a la carne, lleva fama su chuletón de buey. Además, la merluza a la brasa está de muerte.

El Balcón del Pirineo (Buesa)

Un lugar de ensueño, un emprendedor admirable (Jorge Rabal también está detrás de la Tirolina de Fiscal) y una carne exquisita (lomo de buey de la dehesa en Salamanca, chuletones de vaca Simmental, de Caseira gallega, de wagyu) y una cocina espectacular, en la que también destacan los postres. Las vistas son impresionantes.

Asador Portal de Ordesa (Sarvisé)

Conocido por su nombre de siempre, Asador de Adolfo, tiene un chuletón espectacular de Txogitxu; allá se domina la brasa, incluyendo las verduras a la parrilla, y la relación calidad-precio es más que interesante. Situado a pie de carretera, tiene además cerca los negocios de paseos a caballo que llevan muchos años en el pueblo.

Casa Coronel (Boltaña)

Con nueva administración que ha decidido mantener lo mejor de la anterior, este clásico del centro de Boltaña une a su oferta de carnes, entre las que destaca el latón de La Fueva con parmentier trufada y caviar de trucha, con unas excelentes migas y el flan de requesón con toffee de Baileys y espuma de café.

Zabrín (Boltaña)

Más allá de la ‘pannacotta’ de romero con la que rematan muchos de sus menús, el local dispone de una excelente parrilla y un menú de chuletón para chuparse los dedos. También cuenta con oferta más informal, para satisfacer todos los paladares y atender al gusto de los más pequeños de la casa.

Hotel Boltaña (Boltaña)

Este negocio reabrió en plena pandemia y ha atraído a multitud de aficionados a la pizza de horno de leña, una materia en la que han sido innovadores en la zona por sus variedades. El año pasado se añadió una parrilla de espíritu argentino para la brasa y desde entonces es una nueva referencia en la zona para disfrutar de la carne. Cerró después del día de Reyes y reabre el próximo 15 de marzo.

Casa Fes (Aínsa)

Carne ecológica de reses propias, carnicería familiar puerta con puerta (La Reja) y maestría absoluta a la hora de tratarla. Situado en la bellísima parte alta de Aínsa, forma parte de la historia de la localidad y cada euro invertido (no son tantos en comparación con otros negocios) vale mil veces la pena.

La Parrilla (Aínsa)

En la parte baja de Aínsa, situado estratégicamente en un nudo de comunicaciones y abierto el año entero, este asador cuida la materia prima con detalle, para todos los bolsillos y con el toque de autenticidad que se asocia a la cocina de montaña. Los caracoles a la llauna son otro símbolo del local.

Merendero Garcés (San Vicente de Labuerda)

En la pedanía de Labuerda, con una espectacular vista de la Peña Montañesa, se sitúa este lugar favorito de los residentes en la zona. Sus dos menús, el Garcés y el Pirenaico, incluyen ensalada de huerta propia y entrantes (buenísimo el paté casero) y de plato fuerte ha cordero de ganadería propia, embutidos, chuletón o churrasco.

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