Ruta de 3 días en coche por el valle de Broto: de Torla al Cañón de Añisclo

De este a oeste, el Pirineo aragonés está compuesto de diferentes valles que albergan pueblos y espacios naturales de incomparable belleza. Una fuente de turismo de la que emana singularidad y tradición. Por este motivo, el norte de Aragón se convierte en uno de los principales destinos y atractivos del visitante nacional e internacional. El lugar con más eco dentro del ámbito turístico es el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. La joya de la corona desde la que se vigilan el resto de valles que recorren la cordillera. Adscrita territorialmente al valle de Broto, es el lugar perfecto para pasar unas pequeñas vacaciones al natural.

Día 1 | Sarvisé, Oto y Broto

Puerta al valle de Broto, Sarvisé es una de localidades situadas más al sur de la ruta. Sus casas de piedra y tejados de pizarra te introducen de lleno en el mundo pirenaico. Rodeado de bosques frondosos y prados es un buen punto de partida para arrancar la escapada por este valle.

A tan solo ocho minutos en coche, el siguiente destino nos lleva a la localidad de Oto. En este lugar es popular su casco urbano medieval, un conjunto arquitectónico medieval con un estilo muy marcado. Entre sus elementos, destacan las chimeneas de forma troncocónica. Un lugar por el que merece la pena pasar.

Justo al lado se encuentra el pueblo de Broto, unido por puente medieval en su división por el río Ara. Aquí se erige la Casa del Valle, vestigio de la Mancomunidad del Valle de Broto. Otros sitios imperdibles dentro de la localidad son cascada de Sorrosal, en la cual existe una vía ferrata y la Torre de la Cárcel. Todo ello amparado en un entorno magnífico con distintas rutas senderistas.

Dónde comer en Broto

Restaurante Casa Joaquín
Restaurante Hotel El Mirador
La Tea
Asador Meliz (Sarvisé)
Restaurante Casa Frauca (Sarvisé)
Balcón del Pirineo (Buesa)

Dónde alojarse en Broto

Hotel La Posada
Completo Broto, Hotel Gabarre
Hotel Viña Oliván
Hostal Pirineos (Sarvisé)
Casa Herrero (Oto)

Día 2 | Torla y la famosa ruta de la Cola de Caballo

A menos de cinco kilómetros de Broto se encuentra la localidad de Torla, puerta principal de acceso al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Al fondo del pueblo podemos observar el imponente murallón del macizo de Mondarruego, uno de los iconos más relevantes del Pirineo. Torla ofrece vistas increíbles hacia sus alrededores y el estilo medieval del pueblo bien merece un paseo por sus calles de cuento.

A partir de este lugar, que se puede visitar antes o después de la ruta descrita a continuación, nos ponemos en marcha hacia la Pradera de Ordesa (un cuarto de hora en coche), desde donde accederemos a la ruta que nos ocupará todo el día. Aquí deberemos parar el coche y sacar nuestras ganas de andar. Además de esta excursión, existen muchas otras por el valle de Ordesa.

Esta marcha senderista se introduce por el camino de Soaso, en pleno valle de Ordesa. Aquí observaremos las denominados Gradas de Soaso, llamadas así al tratarse de escalones de agua. En esta ruta iremos disfrutando de las panorámicas que ofrece el Macizo de Monte Perdido. Al final del trayecto, en la cabecera del valle, se halla la inigualable cascada de Cola de Caballo. La ruta tiene una duración aproximada de cinco horas.

Dónde comer en Torla-Ordesa

El Duende
Asador La Cocinilla
La Brecha
Restaurante La Pradera de Ordesa

Dónde alojarse en Torla-Ordesa

Edelweiss Hotel
Hotel Bujaruelo
Silken Ordesa
Hotel Villa Rusell
Hotel Villa de Torla

La cascada de la Cola de Caballo, el pasado lunes, en el Parque de Ordesa. — La cascada de la Cola de Caballo, en el Parque de Ordesa.

Día 3 | De Fanlo al Cañón de Añisclo

Como colofón a la ruta de tres días, el paisaje natural y lugar en los alrededores que nos ofrece el valle de Broto y el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido nos traslada hasta la localidad de Fanlo, la más grande del valle. Aquí destacan las Casas Fuertes (siglos XVI y XVII). Se tratan de edificaciones de piedra caliza de grandes dimensiones. El pueblo, de reconocida belleza, está situado entre los ríos Ara y Cinca.

Desde esta población, la visita es obligada a uno de los imperdibles pirenaicos, el conocido Cañón de Añisclo. Se trata de uno de los parajes más espectaculares que ofrece el turismo aragonés. Una brecha que parte la montaña en dos, esculpida por el paso de los años y la intervención erosiva del río Bellós. El desvío para acudir a este lugar se coge en la localidad de Escalona. Por su parte, si continuamos el recorrido hacia el sur de la comunidad, es parada obligatoria la localidad de Aínsa.