Este es el pueblo de Aragón al que hay que viajar en febrero según National Geographic
Descubre por qué la prestigiosa publicación ha elegido a esta localidad, una de las más bonitas de España, como mejor destino rural de este mes.
National Geographic ha vuelto a poner sus ojos en Aínsa. Si el mes pasado, la prestigiosa publicación incluía a la localidad oscense -junto a otras ocho aragonesas- entre los 100 más bonitos de España, en esta ocasión ha elegido Aínsa como el mejor destino rural al que viajar en febrero.
Los argumentos que han hecho a National Geographic decantarse por este “encantador pueblo de Huesca” que “sintetiza a la perfección la estética de los pueblos del Pirineo aragonés” son, entre otros, sus “paisajes, un carnaval de lo más singular y su arquitectura medieval”. Precisamente es su casco urbano medieval, uno de los más bonitos y mejor conservados de la Comunidad, una de las grandes razones que le hicieron merecer el título de ser uno de Los Pueblos Más Bonitos de España. Es por ello que uno no puede irse de Aínsa sin callejear y disfrutar de su arquitectura, contemplando cada rincón. Destacan su porticada plaza Mayor y su castillo, símbolos de identidad visual por excelencia, y la vista que ofrece la localidad de la espectacular peña Montañesa. Aínsa se encuentra, además, muy cerca de otras maravillas que merece la pena conocer como Boltaña, El Pueyo de Aragüás o el parque Nacional de Ordesa, todo un paraíso para los amantes de la naturaleza.
El encanto de este municipio altoaragonés se multiplica en esta época del año, ya que gracias a su privilegiada ubicación, permite al que lo visita disfrutar de “una colección de paisajes nevados”, cita la publicación. Otro de sus atractivos este mes es el Carnaval, que si bien no es el más conocido de los carnavales de la comarca del Sobrarbe -Bielsa se lleva el protagonismo-, cuenta con una arraigada tradición, tal y como ocurre también en otras muchas localidades de la zona, como Gistaín, San Juan de Plan, Torla o La Fueva.
National Geographic también pone en valor que “a poco más de una hora en coche está la estación de Canfranc, uno de los destinos ferroviarios más emblemáticos de España”, cuyo hotel, de lujo, abrió recientemente sus puertas tras meses de obras para adecuar el histórico edificio.
