El vino dulce de Hilario que viste como las cúpulas del Pilar

La bodega de los Hermanos Torcal elabora este vino desde hace varias generaciones y ahora le da identidad.

La botella de Aromas del Pilar.
La botella de Aromas del Pilar.
Hnos. Torcal

Érase una vez, un alemán afincado en Valencia que viajó a Morata de Jalón en busca de un vino dulce. Hilario Torcal, un bodeguero de la localidad, creó uno siguiendo las indicaciones del forano y gustó tanto que se empezó a comercializar en Levante. Así, la receta pasó de generación de generación de la familia Torcal. Con orgullo y emoción relata esta historia Myriam Joven Torcal, la nieta de Hilario.

"La familia siguió elaborando este tipo de vino, año tras año, sin apreciar el trasfondo, la historia y la tradición que había detrás, sin darle el valor que realmente tenía", cuentan desde la bodega. Después de comercializarse en Valencia, pasó a Cataluña y es ahora cuando este vino de licor elaborado a base de garnacha se vende como Aromas del Pilar. El consejo llegó tras participar en la feria gallega Fevino, donde alabaron tanto este dulce que se lanzaron con el proyecto. "Hemos decidido embotellarlo y ponerlo en valor", defiende Joven, que es la quinta generación que trabaja en la bodega familiar.

El germen de Hermanos Torcal se fecha en 1845, cuando Manuel Torcal y Rafaela Trasobares fundaron una bodega en Morata de Jalón y casi un siglo más tarde sus nietos Benito, Hilario y Pascual hicieron una bodega en Morata de Jalón y Marisa y Ángel Torcal la trasladaron a Cariñena, pueblo donde continuó su historia y donde se encuentra en la actualidad. Nuevas generaciones de la familia trabajan con garnacha, syrah, cabernet, tempranillo, merlot, mazuela, macabeo y chardonnay. Pero sin dejar de lado este vino dulce que en 1991 acuñan con el nombre de Aromas del Pilar y lo registran como marca. "Mi madre está encantada", aplaude Myriam. Precisamente Marisa, su madre, les ha transmitido muchas de las historias familiares que giran en torno a la bodega.

Por fuera es una botella tintada que se diferencia del resto por su forma y que luce una curiosa etiqueta serigrafiada. Viste de amarillo, azul, verde y blanco, los colores de las tejas de las cúpulas de la basílica del Pilar de Zaragoza, de hecho, también evoca su geometría.

Con el corcho fuera se descubre un vino dulce de color picota, que llega a la nariz muy intenso con matices de mermelada, cereza y violeta. En el paladar se desliza muy concentrado y jugoso. "No resulta empalagoso por cómo es el proceso de elaboración", apunta Joven. Utilizan uva garnacha 100% de la añada de 2021, que fermentan en los depósitos. En el momento indicado detienen el proceso y dejan que actúe el azúcar propio de la uva sin fermentar. Desde la bodega recomiendan servirlo a una temperatura de 18ºC y para acompañar postres y chocolates. No obstante, también puede maridar con algunos quesos o foie. El precio de cada botella es de 15 euros, se puede comprar en su página web y comienza a verse en algunas tiendas.

una ilusión familiar con historia. "En la tercera edición del tratado 'El cultivo de la vid. La elaboración de los vinos', de Quintín Chiarlone, de 1871, se afirma que los vinos dulces más afamados de Aragón se hacen en el Campo de Cariñena", apunta Myriam, por lo que "la historia ha vuelto a sus orígenes". "Nuestros antepasados sabían lo que hacían y nosotros tenemos la obligación de continuar con su legado –apuestan las nuevas generaciones de la bodega Hermanos Torcal–. En su honor, hemos querido que Aromas del Pilar represente la tradición, historia y amor por este oficio".

Los otros vinos de la bodega. Los productos de Hermanos Torcal están íntimamente vinculados al territorio y no solo por su producción, sino porque sus nombres están inspirados en elementos y personajes aragoneses. El Cachirulo es un tinto que se convierte en otra de las banderas de esta bodega cariñenense. Se trata de "un vino joven que es fruto de la sabiduría y del amor por el buen vino desde el siglo XIX", lo definen desde Hermanos Torcal. Distinguen tres cachirulos diferentes, en función de las variedades con las que están producidos: garnacha–syrah, tempranillo–cabernet y syrah– merlo. Además, a la oferta suman el Marqués de Fuendetodos, donde el protagonista es el pintor Francisco de Goya y Lucientes, cuyo perfil luce abocetado en las etiquetas. Lo comercializan en blanco (chardonnay–macabeo), ideal para aperitivos, ensaladas, pescados y mariscos; y en tinto (tempranillo), que recomiendan para carnes y quesos.

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