Calendario del huerto 2022: qué plantar en abril

Las lluvias, si se atiende al refranero, también harán lo suyo durante el mes para que la tierra esté más receptiva y los nutrientes afloren.

La espinaca mucha más atención que las acelgas, ya que requieren de riesgos breves y continuos.
La espinaca mucha más atención que las acelgas, ya que requieren de riesgos breves y continuos.
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Aunque el inicio del mes no traiga precisamente las temperaturas habituales en estas fechas, ya es primavera y el huerto lo nota. Las lluvias, si se atiende al refranero, también harán lo suyo durante el mes para que la tierra esté más receptiva y los nutrientes afloren. Es fundamental eliminar las malas hierbas y atender a la incidencia de las plagas, especialmente los pulgones; en cuanto a la tierra, es fundamental descompactarla (combatir ese efecto natural del frío) y nutrirla bien.

De la acelga a la espinaca

Las acelgas son un cultivo de ciclo largo, con dos meses desde la siembra hasta la recolecta. Mejor en sol o semisombra: es fuerte, aunque conviene no juntar demasiado las plantas, y hay que estar atentos a las hojas para que no desaparezcan ante la voracidad de los caracoles. La espinaca también se siembra directamente en el suelo, cuidando igualmente que haya una mínima separación. Necesitan mucha más atención que las acelgas, ya que requieren de riesgos breves y continuos.

Del calabacín a la zanahoria

El calabacín también es primaveral, aunque más sensible al frío que las dos anteriores hortalizas, por lo que a veces se recurre al semillero antes de la plantación en tierra. Necesita muchos nutrientes y un suelo bien drenado, para evitar charcos que en el caso del calabacín resultan fatales. En cuanto a la zanahoria, muy resistente, tiene en la primavera a su estación ideal de cultivo, aunque soporta todo tipo de temperaturas; sí precisa suelo profundo y bien nutrido, con remojo previo de las semillas antes de la plantación.

Del níspero a la papaya

El brócoli está en auge y también pertenece a la primavera, aunque aguanta bien el frío y puede plantarse antes. Suele recurrirse al semillero para llevar luego los plantones a la tierra con un crecimiento mínimo. En cuanto a los guisantes, tan fuertes como las judías, funcionan muy bien los redondos en estas fechas, dejando los arrugados para dentro de unas semanas. Los rábanos también se sienten de maravilla en abril, al igual que la rúcula, el maíz o la patata; si se opta por el vivero, es un mes idóneo para los puerros, las remolachas o las chirivías. Entre la fruta, abril es el mes del níspero; también abunda el fresón, el limón, la papaya y a finales de mes, los albaricoques 

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