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Acopio de alimentos y fecha de caducidad: ¿hasta cuándo me puedo comer un yogur?

El miedo al desabastecimiento está llevando a los más impulsivos a llenar la despensa. 

Los consumidores vacían las estanterías de leche y aceite.
Los consumidores vacían las estanterías de leche y aceite.
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Que no, que salvo casos puntualísimos no nos falta de nada. Vale que la invasión de Ucrania y sus efectos colaterales, la pandemia o la huelga en el transporte inviten a pensar lo contario, pero lo cierto es que las imágenes de los lineales vacíos en los supermercados se vienen rebotando sin medida a través de los grupos de Whatsapp y por las redes sociales, señal de que hay instalada cierta preocupación y de que, evidentemente, hay quienes están haciendo acopio de alimentos.

Alimentos que, como indica su envase, tienen una fecha de caducidad o de consumo preferente. Unas indicaciones que se han de seguir, aunque con salvedades, ya que algunos alimentos se pueden seguir comiendo una vez pasado el 'día D'. "La fecha de caducidad se indica en productos que son muy perecederos y con riesgo microbiológico, como son las carnes y los pescados crudos y frescos, que duran pocos días y en los que puede haber bacterias patógenas". 

"Una vez pasa la fecha de caducidad- añade-, el producto no debe consumirse, ya que hay riesgos de que se encuentre en mal estado, estropeado y puede incluso ser peligroso por la presencia de bacterias patógenas", indica Ileana Izverniceanu, directora de comunicación y relaciones institucionales de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Por su parte, la fecha de consumo preferente se aplica a productos bastante más duraderos y que son estables. "Una vez pasada esta fecha, pueden haber perdido parte de sus propiedades, como presentar un sabor algo rancio, tener menos aroma o que este sea extraño, que cambie de textura o de color... pero no hay riesgo microbiológico.

No se pueden consumir productos que han superado su fecha de caducidad. Lo que se puede hacer si vemos que llega la fecha de caducidad y no los vamos a comer es congelarlos. Podemos hacerlo con carnes, pescados, incluso con el salmón ahumado, el jamón cocido...", señala Izverniceanu.

Cuándo comer y cuándo no

Cuando se pasa la fecha de consumo preferente, ya no se asegura que el producto esté en óptimas condiciones. "Puede -apunta la portavoz de la OCU- estar algo más reseco en pastelería y bollería, rancio en caso de aceites y grasa o productos grasos como embutidos, chorizo, salchichón o quesos. Pueden perder sabores y aromas o ser menos intensos. Es decir, no están perfectos, pero son comestibles. Por tanto, lo más importante es verificar cómo se encuentra el producto: si todavía no está rancio, solo un poco reseco, un poco más ácido en el caso de un yogur, puede ser comestible.

¿Y hasta cuándo puedo estirar la fecha de consumo preferente? "Depende de la duración de vida del producto. Si un alimento tiene una vida de dos o tres semanas desde que se envasa, podemos consumirlo pasado unos días, pero no tres meses después. Mientras que un producto como una conserva con cinco años de caducidad puede aguantar perfectamente tres meses o incluso seis meses después de la fecha y se puede consumir. En un producto que dura tres meses, aunque pasen 15 días no suele pasar nada", concluye Izverniceanu.

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